Corresponsalí­a Euskadi. Salud

Entrevista a Rafa Gracia, representante de la Plataforma «Diez Minutos» en Euskadi

Rafa Gracia es médico de familia en Amurrio, de origen maño. Participa en la Plataforma diez minutos, conquista fundamental (diez minutos por paciente) conseguida al dí­a de hoy. A su vez al dí­a de hoy participa en la Junta de la Sociedad Vasca en la campaña por la «desburocratizacion de la sanidad».

DVd. ¿Es exagerado decir que la salud de la oblación y la atención médica es una ví­ctima más de la crisis?Rafa Gracia. Lo cierto es que la crisis hoy por hoy no está afectando a la sanidad pública, no se está recortando empleo, aunque podrí­a llegar a afectar. Otra cosa es cómo está afectando a los ciudadanos. Las clases medias donde ya estamos empezarlo a notarlo en la atención primaria, y donde más es en el escalón más bajo, que hoy por hoy son inmigrantes. La crisis viene a provocar problemas de salud mental, en primer lugar ansiedad, ponerte nervioso cuando ves que te vas al «puto» paro y ves que no vas a tener por donde tirar, y luego se convierte en depresión. La primera oleada de trastornos graves la veremos nosotros y luego los que no seamos capaces de resolver lo verán los psiquiatras.DVd. Ibarretxe se vanagloria de tener uno de los mejores sistemas sanitarios de toda España. ¿Qué hay de verdad y qué de propaganda? ¿Cuáles son los problemas centrales de la sanidad en Euskadi?R.G. El gobierno vasco sí­ que es verdad que consiguió hace 20 años una sanidad bastante puntera pero yo creo que se ha estancado un tanto. Estancado en el terreno de las ideas. Ahora grandes avances no está habiendo, si acaso en el terreno de organización y gestión. Por ejemplo en ese terreno nos han reducido el número de pacientes por médico de cabecera para que tengamos menos cupo y por lo cual más tiempo de atención. Pero no se ha pensado para qué. Nos pueden decir queremos que consigáis que lo vascos sean más sanos, más altos, más autónomos… eso no está. Están lo medios pero falta la orientación y los fines.DVd. Uno de los temas recientes, a raí­z de la saturación de las urgencias en las que el consejero de sanidad llegó a decir que era culpa de la gente acudir a urgencias cuando no debí­a. ¿No se está echando balones fuera de otros problemas?R.G. Sí­ que tiene que ver con que la gente va adonde no tendrí­a que ir. Pero el porqué pasa esto es uno porque se ha convertido a los pacientes en clientes y de los clientes se ha pasado a consumidores, y los consumidores son voraces. Pero ahora no es la culpa de que lo pacientes vengan por todo. Se ha dicho, «el paciente tiene la razón en todo, elige el medico que quiera», hacen unos compromisos polí­ticos, pero que luego son equivocados y difí­ciles de llevar adelante. Se ha planteado una sanidad pública con criterios de empresa que puede resolver alguna cosa, pero por otra cambia la relación entre unos y otros. Por ejemplo la lista de los derechos de los pacientes son 100 y los deberes 3 o 4.Además no se controla a los vendedores de remedios, los cuales meten un miedo grandí­simo, de una forma escandalosa. Por ejemplo un anuncio que compara saltarse un semáforo en rojo con saltarte un control de colesterol, es una manipulación. No son cosas comparables y lo que hace es meter mucho miedo a la gente.DVd. ¿Se está dando demasiado peso al tema lingüí­stico e identitario a la hora de planificar a sanidad?R.G. Muchí­simo. El euskera no se puede tocar, y eso es injusto. En ningún lugar hay médicos pero en Burgos pueden atraer a médicos con un buen sueldo, pero en Euskadi no se puede atraer a nadie ni siquiera con un buen sueldo, sino sabes euskera pues no vas a poder entrar nunca en la vida. Luego llegan las oposiciones y ahí­ se juega con las matemáticas. El máximo de puntos es 100, y el euskera solo son 10. Pero si haces un examen en el que todos sacan 90 puntos, las plazas las llevan los que tienen el diez en euskera única y exclusivamente. Así­ el euskera se convierte en la cuestión capital, en lo más importante. Lo demás esta muy igualado, por ejemplo en las últimas oposiciones hicieron un listado de preguntas que iban a caer, todo el mundo lo aprendió de memoria y hubo más gente que saco 100 sobre 100, que 99, muy poquitos los que sacaron menos de 90 puntos. En ese 10% del euskera en donde se decide si entras o no.

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