A raíz de la publicación del informe «Las diez crisis humanitarias más desatendidas de 2008» de Médicos Sin Fronteras, el De Verdad digital inaugura este espacio, en colaboración con MSF, en el que se abordarán quincenalmente cada una de estas crisis. Desde aquí hacemos un llamamiento a colaborar, tanto con el trabajo de MSF como con este espacio, enviando comentarios, iniciativas y sugerencias, colaboraciones… Gracias a MSF y a su gente por colaborar con la información independiente.
MSF está en la RD del Congo desde 1987, ¿no? Si, son casi 22 años y llevamos actividad rácticamente en todo el país, empezando por Kinshasa, la capital, donde tenemos proyectos bastante importantes, en Katanga, que es una región sur del país, tenemos hospitales, centros de salud y también una Unidad de Respuesta Rápida de Emergencias, como epidemias, desplazamientos de población… pero ahora la mayor parte de la actividad está centrada en Sur Kivu y especialmente en la provincia de Kivu Norte ¿Has vuelto recientemente? Si, he estado ahí entre septiembre y diciembre del año pasado, respondiendo a la emergencia producida por la reanudación de los combates y el desplazamiento de población que se ha producido. ¿Cuál es la situación ahora mismo? La situación desde un punto de vista político y militar está aparentemente un poco más tranquila, a partir de finales de diciembre la situación se calmó un poco. Hablaríamos de una calma tensa porque ha habido cambios en las alianzas de los grupos armados en la zona. Hubo un acuerdo entre el Gobierno rwandés y el Gobierno congolés para luchar contra el FDLR, un grupo rebelde de la zona, y en los últimos días han entrado tropas de Rwanda, en Kivu Norte para ayudar a las tropas congolesas a luchar contra este grupo rebelde. Es difícil saber que va a pasar a corto plazo. Por otra parte lo que nos dicen los equipos que están trabajando sobre el terreno es que pese a que la situación en estos momentos es un poco mas tranquila, la violencia contra los civiles no ha cambiado, siguen habiendo cientos de miles de desplazados, pillajes, robos, violaciones a mujeres… ¿Cómo es posible que lo que podría ser la Arabia Saudí africana, la más rica de las 16 naciones que en la década de los 60´s consiguieron la independencia, tenga esta situación? Viendo la historia en África está claro que el tener recursos naturales no ha sido ninguna bendición para ninguno de los países de África. Una vez dicho esto, es difícil y arriesgado el achacar la situación de conflicto en Kivu Norte a la existencia de recursos minerales. Hay muchas cuestiones: odios étnicos que se han agravado mucho en los últimos quince años, luchas por el poder, y cálculos de las grandes potencias que están en la zona. Hay diferentes factores a tener en cuenta no solo los recursos minerales. ¿Y el silencio mediático…? En septiembre del año pasado, cuando se habían recrudecido los combates y había cientos de miles de desplazados, yo estaba realmente sorprendido de que no hubiera ningún tipo de información en España, y prácticamente en el resto del mundo, sobre lo que estaba pasando. Y a principios de noviembre hubo una explosión mediática cuando las tropas estuvieron a punto de entrar en Goma y desde entonces se ha vuelto a caer el telón sobre lo que pasa ahí. En los últimos doce años desde Médicos Sin Fronteras hemos hecho grandes esfuerzos por dar a conocer la situación en la zona, especialmente las consecuencias que tiene la guerra sobre la población civil, que muchas veces quedan de lado en la información que dan en los medios de comunicación. Ahora hemos creado una página web que se llama Estado-Crítico.org, en la que intentamos dar voz a las victimas del conflicto. ¿Cuáles son las principales necesidades y carencias a nivel medico? Hay dos tipos de necesidades diferentes. Primero las que se producen en los momentos de mayor violencia cuando hay combates. Hemos tratado a centenares y centenares de heridos, tanto civiles como militares. Hay una autentica epidemia de violaciones. Es algo que es aterrador cuando uno está en el terreno y lo ve. Necesariamente estas situaciones de violencia conllevan, por una parte el colapso de las infraestructuras medicas, porque lógicamente el personal medico de las zonas de violencia lo que hace es huir, y además el desplazamiento de cientos de miles de personas. La gente se desplaza a lugares que no reúnen las condiciones adecuadas para vivir con dignidad. Tenemos entre 20.000 y 30.000 personas en lugares de Kivu Norte, y allí las necesidades son muy grandes. En primer lugar hay que proveer de comida a la población porque no tienen medios para encontrarla por ellos mismos, hay que proveerlas de agua y hay que hacer lo necesario para que haya las condiciones mínimas de higiene para evitar la aparición de epidemias. Estamos teniendo muchos casos de malaria, enfermedades respiratorias agudas que son debidas al frío y a la falta de unas condiciones de habitación adecuadas. Están viviendo en condiciones muy precarias. También hemos tenido bastantes casos de cólera aunque afortunadamente el tratamiento esta siendo muy efectivo y estamos teniendo muy pocos muertos atribuidos al cólera. ¿En que condiciones de seguridad trabajáis? Nosotros tenemos la ventaja respecto a otras organizaciones de que llevamos muchos años trabajando allí en el Congo y tanto la población como los propios integrantes de los grupos armados nos conocen. Llevan años viéndonos trabajar en la zona. Me atrevería a decir que en Kivu Norte cualquier persona que nos encontremos, bien él o bien algún familiar o amigo, ha sido tratado en algún momento de su vida en un centro de Médicos Sin Fronteras. Esto nos ayuda mucho, junto al hecho de que mantenemos la independencia y la neutralidad de forma más rígida que otras organizaciones. Esto nos ha permitido que incluso en los momentos de mayor violencia nuestras actividades médicas no hayan parado o se hayan visto muy poco afectadas. Incluso en los momentos de combates más fuertes. En octubre del año pasado tuvimos que parar algunas actividades digamos secundarias, pero las actividades principales en los hospitales nunca han parado. Para continuar así estamos permanentemente en contacto con las consultas de conflicto, con la sociedad civil y los agentes que están implicados para hacer llegar el mensaje que para la población es importante que la actividad medica continúe La Iglesia Católica del Congo ha denunciado la pasividad de la ONU, siendo la mayor misión humanitaria que tiene en el mundo… No es nuestro papel valorar la actuación de la ONU en el Congo. Lo que puedo darte son algunas impresiones que tenemos sobre el terreno. Para valorar el trabajo de la ONU hay que estar a unos niveles que no son los que nos corresponde a nosotros. Somos una organización de terreno que estamos en los hospitales y en los centros de salud. Efectivamente es la mayor que tiene la ONU en ningún país del mundo, con 17 mil es la misión con mayor capacidad militar. La ONU tiene un mandato muy difícil de cumplir. Por una parte les obliga a colaborar con el gobierno reconocido internacionalmente para lograr la estabilidad en el país. Desgraciadamente en el Congo significa combatir contra otros grupos armados y al mismo tiempo, también les obliga a proteger a la población civil. Hay momentos que la ONU es parte del conflicto y otros que debe proteger a la población. Muchos países que están enviando tropas no están dispuestos a que sus tropas corran esos riegos, en el congo han muerto muchos soldados de la ONU en combate. He leído como destacabas la solidaridad de la población… A mi me dejo impresionado. En Minoga, donde he estado trabajando, en cuestión de apenas diez días llegaron decenas de miles de desplazados, y es un pueblo pequeñito, no es muy grande, la gente vive en condiciones que son difíciles de imaginar para nosotros. Las familias que viven allí acogieron en sus casas a una o dos familias en muchos casos, compartiendo lo poco o casi nada que tenían, y lo estuvieron haciendo durante dos o tres meses. ¿Quieres añadir algo más? Pese a que ya no se habla en los medios de comunicación la situación humanitaria es muy mala. Hay muchas necesidades. Hacer una petición a los medios de comunicación para que no se olvide del Congo, porque es la única manera de que la población en los países occidentales se entere de lo que esta pasando y los políticos tomen medidas para resolver o al menos aliviar la situación