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Nos conmovieron sus lágrimas y sus nervios la noche de los Goya. Pero el «cabezón» como dice ella con su gracejo andaluz, ya es suyo. Solo tiene 12 años y ninguna experiencia antes de Camino. Quería ser actriz. Por eso escribió a la productora de Fesser cuando se inició el casting para la película. Es ya una excelente actriz, lo ha demostrado, y tiene toda la vida por delante para ratificarlo.
Le dedicaste el Goya a tu ueblo de Almería, a todo Balanegra. ¿Por qué? Ha sido muy importante para mí. Me apoyaron desde el principio. Y también al director, a Javier Fesser. ¿Qué has aprendido de él? Me ha hecho crecer como persona y me ha enseñado a ser actriz. Nunca antes de “Camino” habías tenido ningún tipo de experiencia interpretativa. Lo único que he hecho en mi vida antes de “Camino” ha sido asistir 8 meses a una escuela de teatro en mi tierra. Era para mayores de 18 años, pero me hicieron una prueba y me admitieron a pesar de no tener la edad. Háblanos de tu personaje, de Camino. Es una niña superluchadora, que a pesar de tener cáncer no tira la toalla. Está ilusionada porque se ha enamorado. Está llena de luz. Yo procuré transmitir esa alegría con la mirada durante el rodaje. Era en lo que mas me insistió el director que me esforzara, que transmitiera esa alegría a pesar de la enfermedad. Hay alguna gente del Opus Dei que se pusieron en contra de la película y de Fesser. ¿Por qué? Yo no lo entiendo. No tienen por qué ponerse así. Fesser ha hecho la película con mucho cariño. Creo que algunas actrices consagradas te decían la noche de la gala que tuvieras los pies muy en la tierra, ¿no? Es muy importante, claro que sí. Yo me decía también eso en el rodaje. Cuando decían “acción” yo era Camino, una niña muy distinta a mí. Pero en cuanto decían “corten” yo volvía a ser Nerea. Lo tenía muy claro. ¿Y después de “Camino” qué? Lo primero terminar primero de la ESO. Estudiar mucho. Y también ser actriz. Me han llamado para hacer una película con Imanol Arias en marzo, pero todavía no está decidido.