Emezaste en el periodismo a los 21 años, sin formación académica previa, lo cual una vez más certifica que calidad profesional y estudios no siempre van unidos. ¿Qué te llevó al periodismo?La casualidad. Quería ser escritora. En realidad lo que quería era ganar el Nadal y el Planeta y cosas así. Escribí a una revista que dirigía la escritora Carmen Kurtz, un consultorio sociológico. Les gustó lo que escribí y me contrataron de secretaria para las páginas femeninas. La taquigrafía me ayudó mucho. Y ahí empecé a formarme.Y del periodismo a la literatura. Ya en el 2000 ganaste el Planeta con “Mientras vivimos” y ahora el Nadal con “Esperadme en el cielo”. ¿Qué te impulsó a escribir novelas?Era la asignatura pendiente. Empecé haciendo un libro de humor, en una época que me había quedado en el paro, y la revista Rolling Stone me propuso hacer el seguimiento a Julio Iglesias en su primera gira americana. Lo hice en clave de humor, parodiando las revistas del corazón, e hice otro libro de humor sobre el V Centenario. Creo que para escribir hay que escuchar la voz interior de uno, y eso procuro hacer.El título es una referencia a una de las canciones mas conocidas de Machin. ¿Lo elegiste por algo en particular?Pensaba en un bolero, y le di vueltas a varios, hasta que vi claro este: “Espérame en el cielo, corazón,si es que te vas primero…” (tarareando)Se podía añadir: “y que sea por muchos años”, no soy una suicida.El libro recrea tus años de amistad con Manuel Vázquez Montalban y Terenci Moix, es una especie de sueño en el que te reencuentras con ellos. Decías que es como una resurrección para ti, que no es un libro nostálgico. ¿Qué quieres decir?Es un regreso a mis propias convicciones. Con la edad nos vamos encasillando, pierdes la esperanza, propia de los jóvenes. Yo me estaba apoltronando. Hice varias sesiones de espiritismo laico con ellos dos, y a la vez coincidió que me fui de vacaciones a Beirut en el verano de 2006, y me pilló la invasión de Israel. Esos dos hechos me devolvieron la pasión por escribir y por el riesgo.En medio se me cruzó el libro “Amante en guerra”, pero ya se iba gestando este, que es un libro de aprendizaje.El libro habla de una mujer, o sea tú, que se encuentra en el dilema entre “vivir vegetando o resistiendo”. Mucha gente luchadora puede identificarse con eso que planteas. La sociedad en que vivimos, a cierta edad te dice: deja eso para los jóvenes, sólo te queda eso, vegetar, y es importante rebelarse contra esa concepción ¿no?Vivimos en una sociedad muy poco aventurera, lo más que puedes tener en perspectiva es un crucero, y si no te destroza las vacaciones un tsunami no hay aventura que valga.En el libro he tratado la muerte con humor y esperanza, con la convicción de que lo que me han dado en la vida no puede morir, y ellos dos me dieron el saber mirar de frente. Y eso hice en mi apartamento de Beirut en el 2006: como ya no me van a mandar allí de reportera, me lo pago yo, y soy la mujer asomada a la ventana en primera línea de combate. La verdad es que soy una privilegiada.No es un libro de vuelta a la juventud, sino de saber envejecer.En la segunda parte Maruja Torres nos hablará de su amistad con Manuel Vázquez Montalban y Terenci Moix y de sus dos ciudades: Barcelona y Beirut