Serial: "Islam, Cultura, religión y polí­tica"

Entrevista a Juan José Tamayo

El pasado enero, el teólogo Juan José Tamayo publicó «Islam, Cultura, religión y polí­tica». En él se abordan los origenes del Islam desmontando muchos de los prejuicios e interesadas justificaciones. Una obra que disecciona la dialéctica del Islam, apostando por valores de liberación. Juan José Tamayo, eminente teólogo y escritor palentino, es un activo defensor de la Teologí­a de la Liberación y actualmente Secretario General de la Asociación de teólogos Juan XXIII. Inciamos con esta entrega de tres, un breve serial en el que reproducimos la entrevista que el teólogo concedió a De Verdad digital, y en la que charlamos de Historia y de actualidad

Antes de este libro usted ha ublicado “Desde la Heterodoxia” y “Culturas y Religiones en diálogo”. ¿Cree que hay una voluntad por no entenderse o que se utilizan las religiones para otros objetivos mucho más terrenales? Hay una voluntad por no entenderse de parte de la mayoría de los jerarcas y dirigentes de las religiones, pero en los sectores de la base, en los creyentes de a pie, en las diferentes comunidades religiosas, lo que hay es una voluntad de entendimiento, de convivencia y de dialogo. Los conflictos suelen producirse en dos niveles, en los sectores jerárquicos por un exceso de celo para ocupar terrenos de otras religiones, de otras tradiciones espirituales, y para ejercer el mando y el poder sobre las creencias religiosas de todos los seres humanos y sobre todo sobre las conciencias. Lo mismo los conflictos se producen cuando se entra en cuestiones doctrinales, desembocando en planteamientos ortodoxos y en consecuencias descalificatorias de la crítica o de la diversidad, hasta calificar a los críticos de herejes. En su libro “Islam. Cultura, religión y política” hace un concienzudo trabajo por desmontar muchas de las mentiras o tergiversaciones que se han vertido o que han servido como justificación. Por ejemplo, respecto a la mujer; algo totalmente desconocido. No me extraña que sea desconocido porque sobre las religiones hay una ignorancia enciclopédica, y muy especialmente, lo cual es llamativo y escandaloso, sobre el Islam. Tenga usted en cuenta que el Islam ha vivido en España, con una importante presencia, durante ocho siglos. Es la etapa más larga de la Historia de España, la España musulmana. Y sin embargo el desconocimiento es total. Y muy especialmente en relación con el tema de la mujer donde se aprecia claramente que se opera con estereotipos y con prejuicios. Podríamos hacer cuatro afirmaciones sobre el Islam en relación con la mujer: La primera en la época pre-Islámica de la península Arábiga, la mujer era no solamente inferior al hombre sino que carencia de toda protección jurídica y de todo reconocimiento como persona. No se le reconocía la dignidad y era objeto de uso y abuso sin ningún tipo de límite. Los abusos no solamente no eran penalizados sino que quedaban claramente impunes. Hasta tal punto que era una práctica bastante habitual el que si nacía una niña el padre, como dice el Corán, se quedaba mustio y estaba dudando si mantenerla con vida o enterrarla viva bajo tierra. El Islam lo que hace es reconocer jurídicamente los derechos de la mujer y, al mismo tiempo, darle un espacio de libertad y una función con un nivel de igualdad con el varón. ¿Ejemplo? la dote. En la península Arábiga pre-islámica cuando la mujer se casaba, la dote iba a los padres, mientras que en el caso del Islam la dote iba directamente a la mujer y ella usaba de esa dote, y en el caso de separación no tenía porque devolverla sino que se quedaba con ella. Y otros muchos ejemplos donde se pone de manifiesto este reconocimiento. Si bien es verdad que en el Corán se mantienen algunas de estas tradiciones o alguna de estas prácticas en las que el reconocimiento de sus derechos no es total. El tercer momento es el de la expansión del Islam. Cuando el Islam se difunde por diferentes lugares del mundo y logra imponerse dentro de otras tradiciones culturales. A esa religión se incorporan determinados comportamientos, prácticas, costumbres y tradiciones que infravaloraban a la mujer, y eso se va a incorporar a la Sharia, que es la ley islámica, hasta el punto de imponer el castigo de la lapidación por adulterio cuando eso en el Corán no aparece. Esa práctica se va extendiendo de manera generalizada por la mayoría de los países donde está implantado el Islam, siendo conscientes de que eso no es islámico sino que es producto y fruto de costumbres y tradiciones arraigadas en esos lugares conquistados. Y la cuarta afirmación es que felizmente, desde hacer 25 o 30 años, en el Islam, lo mismo que en el Cristianismo y el Judaísmo, las tres religiones monoteístas, se está produciendo una lectura de esta religión, y principalmente de sus textos, del Corán, de la Sharia y de la Sunna, de los dichos del profeta, en perspectiva de género. Y las mujeres han vuelto de nuevo al Corán para recuperar esa dignidad que el Islam les reconoce, y para elaborar toda una teoría feminista del Islam y del Corán.

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