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Cadbury pretende despedir a 170 trabajadores de su planta en El Prat, Barcelona, especializada en la producción de chicles (Trident) trasladando su producción fuera de España. Eso sí, dejará casi cien trabajadores de la estructura comercial, financiera y de marketing de la multinacional, y también el centro de toma de decisiones en España. El hecho es que la multinacional inglesa, una de las grandes marcas mundiales de «alimentación» (distribuye sus productos de dulces, confitería y refrescos en 200 países y cuenta con 50.000 empleados) es líder en el mercado español gracias, en parte, a los chicles «Trident», aunque cuenta con varias marcas conocidas más como Halls, Huesitos, Tokke, Respiral. La empresa tiene otras fábricas en Madrid, Valladolid y Ateca (Zaragoza).
DVd. ¿Cómo fueron ayer los actos informativos en El Prat? ¿Cómo ha resondido a la gente? JAM: La respuesta de la gente muy favorable. Estuvimos en Carrefour repartiendo papeletas y panfletos explicando nuestra situación. Tuvimos un pequeño percance con los Mossos por no tener permiso. Resulta que como éramos más de 20 aquello era ya una concentración. Por la tarde nos dividimos en grupos y fuimos al Alcampo de Sant Boi, un centro de Mercadona que inauguraron en Viladecans. La gente repondió muy bien, con mucha solidaridad. DVd. ¿Por qué cierra Cadbury sólo la planta de El Prat? ¿Está justificado? JAM: El informe de la empresa es largo. Pero, resumiendo, su decisión se basa en la estrategia de concentración de plantas de cara a superar en Europa al competidor. De hecho, nos comparan mucho con la otra marca grande que compite con Cadbury, Wrigley’s, fabricante de los chicles Orbit o Five. Por seguir la misma estrategia lo que quieren concentrar plantas en Europa. En ningún momento se han basado en pérdidas porque no las tenemos, tenemos beneficios. DVd: El comité de empresa de Cadbury denuncia la falta de ética de la multinacional inglesa. ¿Por qué? JAM: No entendemos el cierre de una planta con unos beneficios tremendos. SE habla de 18 millones de beneficios en el 2007. Deslocalizar la planta a Polonia, y parte a Rusia con unos beneficios de este calibre no se comprende, y menos siendo líderes del mercado en España. En Europa nos supera Wrigley’s, pero en España estamos por encima de ellos. Precisamente deciden cerrar nuestra empresa, en la que trabajamos de lunes a domingo y en todos los turnos de mañana, tarde y noche. Somos flexibles al máximo. DVd. Denunciais que la empresa no esta haciendo caso a vuestras propuestas. ¿Cuáles son? JAM: Mantener el empleo lo primero. Pero estaríamos dispuestos a hablar. Si se trata de reducción de costes, de más beneficios, que es lo que suelen buscar estas empresas con la deslocalización después de haber obtenido beneficios. Lo primero es que la empresa estuviera dispuesta a hablar del tema, que no lo está. Dice que la decisión es irrevocable. La empresa es viable? DVd: ¿Ha recibido ayudas públicas? No que nos conste. DVd: ¿Que proporción de los beneficios se reinvierten? JAM: Estos datos se me escapan. DVd: ¿Que desproporción hay entre el sueldo de los altos ejecutivos y el de los trabajadores? JAM: Hace unos años sí vimos los sueldos y había una desproporción brutal. DVd: Deverdaddigital está difundiendo la candidatura “de verdad contra la crisis” con 10 medidas para redistribuir y ahorrar para invertir en empleo productivo. Las dos primeras hacen referencia a que nadie cobre menos de 1.000 euros mensuales y nadie más de 10.000. Porque vosotros estáis dispuestos a apretaros más el cinturón pero aquí hay directivos como los de la banca que llegan a cobrar 20 millones al año. Otra medida es hacer depender el nivel de impuestos sobre beneficios de la empresa de qué porcentaje reinvierta en mejorarla. JAM: Es clarísimo que tiene que haber una redistribución de la riqueza porque es imposible salir de la crisis mientras unos estamos dispuestos a apretarnos el cinturón mientras hay otros que viven con sus grandes sueldos a costa de los trabajadores. Nosotros no somos los que hemos provocado la crisis. Son ellos que tienen que apretarse el cinturón. DVd: ¿Os habéis planteado, si la multinacional se va, quedaros con la producción? JAM: Nosotros estamos escuchando a la empresa pero no hemos entrado en ningún tipo de negociación. Ellos tienen la marca. No sé si nos la dejarían o si podríamos adoptar otra marca. En principio está difícil. DVd: ¿Quieres añadir algo más? JAM: Los compañeros están unidos y dispuestos a luchar hasta el final. Ahora se trata de manifestarnos, que se nos vea y que se sepa que somos una planta con beneficios que se la quieren llevar y que se sensibilice. La empresa amenaza que si seguimos firmes adelante pueden presentar un expediente y, aunque no se les apruebe, dejan morir la compañía, hacen despidos objetivos, 20 hoy, 20 mañana, 20 al cabo de tres meses, pagando 45 días por año y acaban con la planta. Nosotros tomaremos todas las medidas oportunas, si esto se lleva a cabo, para que ellos no sigan liderando el mercado de Trident aquí en España.