Candidato Aralar - Elecciones Europeas 2009

Entrevista a Iñaki Irazabalbeitia

¿No crees que los votos manifiestan la exigencia de medidas contra la crisis? Eso lo tenemos muy claro, y en la camaña hemos estado machacando ese tema, reclamando una Europa de los trabajadores y las trabajadoras; además del derecho de Euskalherria a tener un Estado independiente dentro de Europa, con la misma fuerza, la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras, el cambio de modelo económico y de desarrollo. Esa identidad política la tenemos muy clara. También tenemos claro que los resultados de las Elecciones Europeas no son extrapolables a la correlación de fuerzas en la familia abertzale como ha querido vender Arnaldo Otegui estos días. Y en este sentido, ¿no crees que la gente también está demandando unidad con el voto, especialmente de las que se reclaman de izquierdas, al margen de su orientación política? Yo creo que la ciudanía está pidiendo esa unidad de acción. No iría más allá… unidad de acción contra las políticas del Gobierno. El papel que están jugando CCOO y UGT ante la crisis es penoso. No han sido capaces de activar a los trabajadores y las trabajadoras, ni para manifestarse, ni para ningún tipo de movimiento social que se enfrente a las políticas que están viniendo. Aquí en Euskalherría se promovió una Huelga General – sus resultados son más o menos discutibles en cuanto a la capacidad de movilización, ahí no vamos a entrar – de la que se excluyeron CCOO y UGT. Y en el Estado no han sido incapaces de movilizar a la clase trabajadora. Uno se pregunta si el trabajo sindical que se desarrolla sirve a los intereses de la clase trabajadora o a los de las estructuras de los sindicatos. Hablando de las medidas contra la crisis, ¿no consideras que debería aplicarse un sistema impositivo que primase a las rentas más bajas y gravase, sobre todo, a las grandes fortunas improductivas? El sistema fiscal necesita una reforma urgente e importante para que los que más rentas perciban, más paguen. Las últimas reformas fiscales han seguido el sentido contrario. Como la eliminación del impuesto de patrimonio, que va en ese sentido. ¿Quién tiene patrimonio?, los trabajadores y las trabajadoras no tienen más que la casa donde viven, en el caso en que sea de propiedad. Hay que impulsar políticas de aumento de los impuestos indirectos y disminución de los impuestos directos. Toda política fiscal tiene que ir en esta dirección, aumentando los impuestos sobre aquellas empresas y entes que más ganen. Reducir el impuesto de sociedades tampoco es un acierto. La sociedades pagan impuestos cuando ganan, no cuando están en crisis y no ganan, aunque nos quieran vender lo contrario. Hace falta una reforma profunda más cercana a los modelos escandinavos, que al modelo actual que tenemos. Tenemos servicios sociales escandinavos con un sistema fiscal marroquí. Y eso es imposible. Lo mismo habría que hacer con el despilfarro y la corrupción, como lo que ocurre y los casos que habéis denunciado en Euskadi… Eso es evidente. La lacra de la corrupción, la lacra de los favores, del mal uso de los bienes públicos… como el uso de los aviones para ir a los mítines. Ayer mismo conocimos en Álava que diputados forales utilizan el coche oficial para irse de vacaciones a Los Alpes. Eso no es un delito, pero no es éticamente correcto. Parece que a la corrupción no se le da mucha importancia. Hay como un sentimiento de que “ahí está y la tenemos que soportar”, como en México tienen que soportar “la mordida”, y no tiene que ser así. Realmente no se ven consecuencias políticas directas en los casos de corrupción, en el sentido que la persona que se ha demostrado y está acusado de corrupción, luego sigue teniendo el favor de los electores. Hay un pequeño problema cultural y demasiada manga ancha con los temas de corrupción y corruptelas

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