Candidato de UPyD por la provincia de Pontevedra

Entrevista a Andrés Wenceslao

La reducción en sólo un 10% de los gastos del Estado –emezando por los superfluos y suntuosos– daría de sobra para poder pagar un subsidio de 800 euros a los 1,2 millones de parados. ¿No cree que la sociedad española está esperando y reclamando a la clase política medidas de este tipo y no los parches que se están poniendo? Sin lugar a dudas. Las medidas tienen que ir aflorando. Pero ahora el 78% de los gastos del Estado son no productivos, y hay que empezar a revisar esta forma de gasto, ver que es productivo y que no, para empezar a inclinar la balanza hacia el otro lado ¿No cree que es necesario y urgente crear algún tipo de Fondo especial para ofrecer ayuda inmediata a los 1,2 millones de trabajadores desempleados que hoy no cobran ningún subsidio, y que los sindicatos afirman que se van a incrementar en 400.000 más en los próximos meses? ¿Piensan presentar ustedes alguna iniciativa parlamentaria al respecto? Nosotros estamos hablando ya de crear un “salario social” para los parados de larga duración. Es muy necesario porque es posible que vayamos hacia una depresión, con un elevadísimo nivel de paro, cierre masivo de empresas… pero sobre todo con la destrucción de la riqueza de las familias. En Galicia tenemos 600.000 personas por debajo del umbral de la pobreza, y de ellas 100.000 en severa pobreza, es decir, que cobran menos de 3.000€ al año. ¿No cree que ha llegado el momento de decir que puesto que todos pagamos el dinero que se le da a la Banca, todos debemos poder decidir donde va? Sin duda. El objeto primordial del rescate se supone que es el reestablecer el poder de compra de las familias y de las empresas. Yo creo que lo que está haciendo Zapatero es montar una mascarada infame que es una locura. El dinero dado a los bancos no tienen ni siquiera un plazo de repago fijado, sin avales… de manera que no sabemos como va a acabar esto. Tenemos que tener en cuenta que el PIB ha caído un 2%, vamos hacia los 4 millones de parados, los precios se han derrumbado y hay un incremento notable de presión fiscal en las Comunidades Autónomas, los ayuntamientos, para las clases medias y los trabajadores. Todo esto hace prever que podamos llegar a un proceso de depresión.

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