Trabajadores rumanos ante la crisis

Entre la Espada y la Pared

Sergeiv, el excosmonauta ruso de «Los lunes al sol» – Fernando León (2002) -, cuenta un chiste a sus compañeros: «Lo peor no es que todo lo que nos contaron sobre el comunismo era mentira. Lo peor es que todo lo que nos contaron sobre el capitalismo era verdad».

Tras la enhorabuena or escapar del fascismo soviético, llegó a Rumania la miseria en forma de monopolio del libre mercado. Con hasta casi un 30% de aumento del paro – ¡4 millones de personas! – y con el 5% actualmente, las expectativas son indignantes. Veámoslo. Se calcula que más de 20.000 millones de euros es la contribución de los trabajadores rumanos al PIB español; un cálculo arto rácano pues no contempla el consumo, las hipotecas y otros beneficios subsidiarios – pensiones, seguridad social… -. El aumento de la población de origen rumano se ha producido en 4 años escasos y principalmente a raíz del ingreso de Rumania en la UE. Pero sobre todo, éste ha sido el periodo en el que los trabajadores inmigrantes han pasado a ser 5 millones en España y a sufrir la sobre explotación al servicio de los ingentes beneficios de los monopolios. Los que ahora piden ayuda ante la crisis. Sin duda esta ayuda, a parte de lo presupuestado por el gobierno en concepto de “rescate bancario”, se concreta en la expulsión – por activa o por pasiva – de la fuerza de trabajo “sobrante” y el endurecimiento de las condiciones laborales. El contraste de esto con las relaciones de integración – o mejor, de mestizaje – es como el aceite sobre el agua: 1400 matrimonios mixtos antes del periodo de mayor inmigración, más de 27 asociaciones rumanas, 160 mil autónomos y casi la totalidad de los niños escolarizados. La elección está entre la espada y la pared: O sufrir aquí la crisis o sufrirla allí. Que no nos engañen.Sin detenernos en quién es quién, no hemos de olvidarnos de las mafias. Que es lo mismo que decir la privatización de una parte de la burocracia soviético-rumana y la Securitate, los servicios secretos rumanos en época del fascismo. En los últimos meses están proliferando las ofertas de empresas que dan trabajo en Rumania contratando en España. El problema no está solo en la seguridad o garantías que se ofrecen, que son pocas o ninguna, sino en el trato en sí. Como diría un amigo rumano que inspira este artículo: “Así no se puede. Nos tratan como ganado”.

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