Jaén. Inmigración

Entre el acoso y la caridad

La crisis actual agudiza todo el sistema de contradicciones sociales y pone de manifiesto el abismo social creado en la época de bonanza.

Un informe de Caritas dice que casi 600.000 personas viven de la misericordia pública, 200.000 más que en 2008, de las que un 75% son inmigrantes. En el campo andaluz se están creando condiciones para conflictos graves que se le pueden escapar de las manos al gobierno.

En Lepe ya hay unos 10 asentamientos ocupados por un número que oscila entre los 400 y los 1000 trabajadores sin papeles. La fresa no daba trabajo ya en Huelva en febrero. Los inmigrantes llegaron allí en diciembre pasado después de fracasar en los olivares de Jaén y Córdoba. Meses después los campamentos crecen. Más de 700 inmigrantes subsaharianos deambulan por las calles de Lepe.

¿Qué ocurrirá en Jaén cuando empiece la recogida de la aceituna? El año pasado fueron ya más de 2.000 inmigrantes los que buscaban infructuosamente trabajo en la provincia. La mayoría de cuadrillas se formaron por mano de obra local y parados españoles (en Jaén hay más de 34.000 parados inscritos en el Régimen Agrario más los que provienen de la construcción).

Este año el gobierno ha propuesto que la red de 20 albergues de la provincia cerrará sus puertas a los inmigrantes sin papeles. Sólo acogerán a los que tengan permiso de residencia y de trabajo. Eso sí, estudiarán «nuevos medios de alojamiento por razones humanitarias» para los que, a pesar de todo, se arriesguen y viajen en busca de un jornal de miseria. ¿Aparecerán los “zetas” de la nacional para cubrir sus cupos de detenciones? Tan hijos de Dios como los dueños de los olivos

Mientras la ONG Jaén Acoge estudia la legalidad del veto del gobierno para que los inmigrantes sin papeles accedan a los albergues, el obispo de Jaén, monseñor Ramón del Hoyo López, afirmó que las puertas de las iglesias se abrirán a los inmigrantes sin papeles. La falta de un proyecto nacional de creación de riqueza y empleo para salir de la crisis, de dotar a los inmigrantes de una conciencia de clase, hace que se coloque a éstos entre la espada de una legalidad que les convierte en “delincuentes”, caldo de cultivo para graves convulsiones sociales, y la pared de una “caridad” que, al fin y al cabo, está limitada por los que ponen el dinero. «He hablado con el director de Cáritas para adelantarnos y dar una respuesta si esa medida se cumple. Y para abrir las iglesias si hace falta»

“-Entre los más desfavorecidos están los inmigrantes. ¿Piensa que en Jaén se les acoge bien? – Hay una integración sana, despierta y bien organizada. Yo estuve en la visita pastoral en Úbeda y Baeza, en la temporada de la recolección de la aceituna, y se llegaron a dar hasta 1.300 comidas en un día (…) se les enseñaba a los inmigrantes nociones de español, se les informaba de sus derechos y se les acompañaba. – ¿Cree usted que los albergues de temporeros deben ser sólo para trabajadores con papeles en regla? – He quedado extrañado cuando he conocido la intención de la administración. Una vez que han entrado, tienen derecho a estar. Tienen derecho a comer. Los recursos de la naturaleza son para todos. Discriminar no entra en mi mentalidad. He hablado con el director de Cáritas para adelantarnos y dar una respuesta si esa medida se cumple. Y para abrir las iglesias si hace falta. No se puede quedar gente en la calle. ¿Qué vamos a hacer con las personas que vienen a buscar el pan? Atenderlos. Son tan hijos de Dios como los dueños de los olivos.”

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