Seminci 2022

Encontrarse en Pucela

La investigadora y mediadora artística Lourdes G. Morrondo nos cuenta los entresijos del Valladolid International Film Festival (Seminci) 2022

Siempre es un placer para mí volver a Valladolid, una ciudad lo suficientemente grande como para soñar con perderse y lo suficientemente pequeña como para encontrarse, es por eso que hay veces que cuando los pucelanos nos encontramos, no nos hacemos caso. Ésta es una ciudad de cine y eso nos permite el privilegio de la ensoñación. No siempre se habita el mundo desde el mismo lugar y el cine nos lleva a lugares que nos invaden y de los que a veces es difícil salir.

Ésta ha sido una semana intensa, hemos podido viajar por distintas partes del mundo y nos hemos metido en rincones de vidas ajenas que hemos aprendido a comprender un poco más. Decir cine es viajar, soñar, jugar, bailar, vivir de forma intensa. La Semana Internacional de cine de Valladolid es un evento que define a la ciudad y sus habitantes. En ésta ciudad, se ve mucho y buen cine, se puede decir que somos gente de cine.

Éste ha sido un festival un tanto accidentado en cuanto a la logística, coger las entradas a través de la web no ha sido la mejor parte, digamos que hay películas que me hubiese gustado ver. El primer día desayuné cine en el Carrión L’immensitá. Dirigida por Emanuele Crialese. Francia / Italia.  2022. Una película fuera de concurso que optaba al premio arcoíris. Amable y un tanto melancólica, nos habla del amor y la complicidad de una madre y sus descendientes. Aunque tiene momentos hermosos a la hora de representar los sentimientos y de que utiliza recursos muy cinematográficos, resulta anodina. En ese mismo teatro pero desde un anfiteatro diminuto en el que las rodillas golpean inevitablemente la silla de delante vi No mires a los ojos de Félix Viscarret. España/Bélgica – 2022. Una adaptación cinematográfica de la novela ‘Desde la sombra’, de Juan José Millás. La película juega a enlazar la realidad y la ficción de una forma divertida y elocuente para terminar poniendo en jaque el propio concepto de realidad. La ética, la moral, la diversidad mental forman parte de este entramado que busca en la complejidad del individuo. Formalmente muy interesante y no tanto en el contenido. Trata la enfermedad mental como algo que solo emana del sujeto y toca de manera tangencial las consecuencias que puede traer una situación de exclusión social como puede ser la pérdida de un empleo después de veinte años.

Hasta Le Bleu du Caftan, me llevó el Teatro Cervantes. Un teatro no muy grande, no muy céntrico que encabeza un rincón maravilloso de la ciudad, un trozo de barrio en zona centro, un espacio con preferencia a mostrar historias reales. La película es de Maryam Touzani. Francia / Marruecos / Bélgica / Dinamarca – 2022. Trata de amor, enfermedad y muerte, pero lo hace de una forma suave y con un aire de realismo mágico que envuelve la atmósfera de la película. La protagonista, Lubna Azabal, se lleva el premio a la Mejor Actriz, desarrolla un personaje sutil, cargado de humor ácido y de comprensión que devuelve una mirada serena ante lo inevitable. Colores cálidos para hablar del salto al vacío.

Valladolid, grande para soñar y pequeña para encontrarse


David Greenwald, director de Afghan Dreamers.

En La noche del corto Español estuve en el Teatro Zorrilla, un teatrito que hay en la plaza mayor y que ha sido restaurado a base de brocha y pintura. Butacas pequeñas con gran mullido y acabado de terciopelo rojo carmín. Asientos demasiado incómodos o cortos demasiado largos que hicieron que destacase Lavenir de Santiago Ráfales – 2022. Un trabajo que habla del poder de transformación de la mirada, incluida la propia. El director nos lo cuenta a través de la infancia y lo hace de una manera directa.

También estuve en lo que antes era la Filmoteca de Castilla y León, en la sala de Fuente Dorada, ahora llamada Sala Fundos. En ella vimos por primera vez a los clásicos del cine mudo acompañados por música de piano en directo. Imaginaos ver La Huelga, sobre el perfil del pianista… ¡Cómo olvidar algo así.! Una sala cálida que nos mostró una película arriesgada de David Greenwald; Afghan Dreamers. Afganistán – 2022. Nos cuenta la  historia de un grupo de mujeres jóvenes, estudiantes de secundaria que forman un equipo de robótica. A medida que el régimen talibán se consolida no solo el proyecto se tambalea, también lo hacen sus vidas y las de sus familiares. El director subraya que Afganistán es el único país que no deja escolarizar a las mujeres de más de 12 años. Mujeres o más bien niñas, las dimensiones del drama nos hacen obviar cuestiones que son fundamentales. En este caso, el director apuesta por la colectividad tanto en la cinta como en la presentación que hace de su película, nos recuerda el abandono de esta situación. La película es una apuesta por la defensa de los sueños y por la construcción de la realidad a partir de la imagen mental que los propios sueños dejan. Por un lado, pensar que es posible nos hace estar más cerca, nos sitúa en un escenario de posibilidad con referencias claras pero por otro lado si no se facilitan las condiciones para que las cosas sucedan, lo más probable es que no sucedan. Crítica a la comunidad internacional por su ausencia, grito ante una situación tremendamente violenta, y esperanza para soñar o imaginar otros espacios de posibilidad.

Terminé con mis pies en el museo de Arte Contemporáneo y es que la cabra tira al monte. El Patio Herreriano es un encuentro místico entre el pasado lejano y el más cercano rozando lo contemporáneo siempre con algo de timidez. Allí pude ver un documental sobre Remedios Varo. Misterio y Revelación. de Tufic Makhlouf Akl. Francia/Mexico. 2013, 67´. Una artista interesantísima a la altura de sus contemporáneos cuyos nombres no voy a repetir. En el documental se nos muestra la obra de la artista con animaciones de sus cuadros y con la narración de los textos que ella misma escribe. Un trabajo delicioso que añade más colorido a un festival de colores.

Una cultura que debemos a las salas que habitaban en los barrios

También disfruté mucho con la película documental sobre Remedios Varo. Misterio y Revelación. de Tu c Makhlouf Akl. Francia/Mexico. 2013, 67´. El documental muestra la obra de la artista con animaciones de sus cuadros y los acompañaban con la narración de los textos explicativos de la propia artista. Un trabajo delicioso que se proyectó en el Patio Herreriano. Siempre se agradece mover el centro de acción de festival a otros escenarios, aunque la sección o cial no salga del centro.

Del Teatro Calderón no os voy a hablar, ya sabemos que es un lugar mágico, pero lo que vi en él no me pareció destacable. Además parece que en la actualidad, todo tiene que pasar por los centros de las ciudades, todo está mas pensado para el que llega de fuera que para las personas que habitan en ellas. Valladolid es una ciudad con cultura de cine y en parte se lo debemos a las salas que había en los barrios: Delicias, Cinema avenida, La Rubia, Embajadores, Cine Matallana, Alameda, Vistarama, Castilla, etc. Eran cines para ver películas de par en par, sesiones continuas en las que podías pasarte una tarde de octubre cualquiera en una de esas en las que el frío ya golpeaba las manos y siempre era mejor estar a resguardo que en la calle. En ellas fuimos viendo que había muchas más historias que las que sucedían alrededor o que había alrededores muy diferentes a los nuestros. Una semana casi completa dedicada a la ensoñación en la que no he podido asistir a ninguna película de la sección de Cine y Cambio climático, pero he podido comprobar que ahora vamos a la Seminci en Octubre como si fuera finales de verano. Al salir del cine podemos sentamos a tomar algo en una terraza y hasta podemos tomarnos un helado como en una película de William Wyler. En esta semana hemos disfrutado con mucho cine de verdad y mucha verdad en el cine. Gracias a todas las personas que con su trabajo hacen posible esta semana, gracias a todas las personas que se atreven a contarnos historias a través de su mirada.

Deja una respuesta