El endurecimiento de las penas contra los delitos de "desobediencia" y "resistencia a la autoridad"

En una mano la tijera, en la otra la porra

La respuesta del ministro del Interior a la brutalidad policial exhibida contra los estudiantes valencianos ha sido endurecer las penas contra los delitos de «desobediencia» y «resistencia a la autoridad». Ya advertimos que el nombramiento de dos representantes del sector más duro del PP al frente del ministerio de Interior y de la policí­a auguraba un año difí­cil y duro. Ahora, ellos mismos lo confirman, dando una nueva vuelta de tuerca legal que coloca en el punto de mira a las manifestaciones y luchas, cada vez más numerosas, contra los recortes. En una mano empuñan la tijera y en la otra sostienen la porra.

Dos cosas llaman poderosamente la atención en la nueva reforma del Código Penal propuesta por el ministro del Interior.

Se presentó justo el mismo día que la Fiscalía Anticorrupción anunciaba que no pedirá el ingreso en prisión para Jaume Matas, a pesar de haber sido condenado a seis años de cárcel por un delito de corrupción, y contradiciendo su propia doctrina, que exigía colocar al reo entre rejas si la condena superaba los cinco años.

Paralelamente a esa muestra de “magnanimidad” con un corrupto que ha saqueado las arcas públicas, la reforma del ministro planteaba un endurecimiento de las penas para los pequeños hurtos, que pasarán a considerarse como delito independientemente de su cantidad –hasta ahora se exigía que el botín superará los 400 euros-.Mano ancha con los ladrones de cuello blanco, con los corruptos, y mano dura con los pequeños ladrones.

Ya sabemos de qué pie cojea el ministro.

Pero, además, la reforma plantea un cambio en el “delito de desobediencia / resistencia” para que, en palabras textuales del ministro, “pueda operar una mayor disuasión en relación con comportamientos violentos o gravemente desobedientes de los mandatos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

Recordemos que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, había justificado pocos días antes la brutalidad policial contra estudiantes indefensos y menores de edad en Valencia, alegando que “la policía actuó de manera proporcional a la agresión que estaban sufriendo”.

Estamos ante una nueva vuelta de tuerca represiva. Saben que las movilizaciones contra los recortes van a multiplicarse, y ya preparan los medios necesarios para criminalizarlas y reprimirlas.

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