"La clase polí­tica" asciende al tercer puesto de los problemas en la última encuesta del CIS

En nómina de la banca

El dato más significativo de la última macro encuesta del CIS es que los españoles situamos a «la clase polí­tica» en el tercer escalón de los problemas nacionales. A nadie puede resultar extraño que la clase polí­tica que regala dinero a espuertas a la banca mientras nos sube los impuestos a los demás, acumula escándalos de corrupción y despilfarra los recursos públicos en plena crisis, o se auto concede escandalosos privilegios cuando nos receta al resto «moderación salarial» se haya situado en el centro de las iras populares.

Tamoco es casual que la indignación hacia los banqueros y las élites políticas hayan crecido de forma paralela. Ambos están hermandados en un matrimonio que nos toca sufrir a toda la población.Los lazos del gobierno de Zapatero con la gran banca son tan evidentes que hasta hemos visto al presidente del gobierno caricaturizado como “los tirantes de Botín”.E incluso la dirección de las principales fuerzas obreras (los sindicatos mayoritarios) y de la principal fuerza de izquierdas (IU) mantiene una línea y unos vínculos tan dependientes de esa misma banca, que les llevan a desviar permanentemente el blanco -como hacen las cúpulas sindicales, empeñadas en situar a “los empresarios”, y no a la gran banca, como principal responsable de la crisis- o a apoyar, por activa o por pasiva, sus proyectos y sus alternativas. Como hizo Llamazares en el parlamento con el plan de rescate bancario.Este es el “pecado original” de la clase política. Están, literalmente, en nómina de la gran banca.Llevar adelante una política que permita salir de la crisis en beneficio de la mayoría, exige cuestionar los privilegios de la banca, requisar sus ingentes recursos -que nos han arrancado a través de la usura y la extorsión financiera- para ponerlos al servicio de acabar con el paro y crear riqueza.Y para ello es necesario forzar un cambio político, agrupando fuerzas en torno a una línea que exija la nacionalización de la banca, y difundiéndola en el seno de los sindicatos y el resto de organizaciones.Debemos aprovechar las condiciones creadas por el rebrote de la movilización tras la manifestación del 12 de diciembre en Madrid.Esta es la clave para dar pasos en cambiar la correlación de fuerzas política en un sentido favorable a los intereses populares.

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