En la última década, los bancos echaron a uno de cada tres empleados

Los bancos obtienen en la actualidad beneficios más altos que cuando empezó la crisis. Gracias principalmente al dinero del rescate bancario. Pero esas multimillonarias ganancias no han sido obstáculo para que las entidades financieras despidan en la última década a uno de cada tres empleados.

Según la Asociación Española de Banca (AEB), los seis principales bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) cerraron el ejercicio de 2017 con 24.778 millones de euros en beneficios. Un 17’8% más de lo que ganaban en 2008, un total de 21.030 millones, antes de la caída de Lehman Brothers.

De entre los seis bancos, el que más beneficios ha obtenido es -naturalmente- el Santander, con 12.088 millones de euros, un 7’8% más que en 2008. Le sigue el BBVA con 6.931 millones de euros, un 0’1% más. El único que gana menos que hace una década es Bankia, un total de 549 millones de euros, frente a los 1.036 que recaudaba entonces.

Que los bancos españoles tengan en la actualidad tan buenos resultados y perspectivas ha contribuído en gran medida los más de 60.000 millones de euros en rescate bancario, inyectados desde las arcas públicas, al sistema financiero en 2012 y además de forma opaca (sin ser capaces de averiguar qué entidades financieras fueron las rescatadas). Esta enorme masa de dinero del bolsillo de todos los españoles es una importante base de sus actuales pingües beneficios.

Pero estos beneficios no se utilizan para pagar la deuda contraída con las arcas públicas gracias al rescate bancario , ni para redistribuir la riqueza en beneficio de la mayoría, ni para reindustrializar el país y crear tejido productivo y empleo. Ni siquiera se usa para que sus propios empleados puedan conservar sus puestos de trabajo.

Según la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros), las cajas de ahorros tenían en 2008 en su plantilla a 134.867 empleados. En el 31 de diciembre de 2017, esa cifra se ha reducido a 72.344, casi la mitad de los empleados.

Esto se debe principalmente a la privatización, concentración y venta de las cajas de ahorro que ha acontecido durante la crisis. Aparentemente, el suculento regalo que fue vender cajas como Unnim, CAM o Banco de Valencia por un euro a los grandes bancos no fue suficiente incentivo para asegurarse que sus propios empleados pudiesen conservar sus empleos.

Los ERE no solo afectan a las antiguas cajas de ahorros, también los propios bancos han echado a gente a la calle. Según el AEB, los seis grandes bancos españoles han pasado de tener 109.133 empleados en 2008 a tener contratados 88.549 a finales de 2017. Un 20% menos. Sumados, son 83.107 personas que en estos diez años han dejado de trabajar tanto para cajas de ahorros como para bancos. Un tercio del total de empleados bancarios.

Las causas que se aducen es el cierre de oficinas debido a una mayor digitalización que permite que no sean necesarias llevar a cabo operaciones presenciales. Efectivamente, el número de oficinas de cajas de ahorros se ha reducido a menos de la mitad en todos estos años, de 25.035 a solo 12.246. Mientras que las sucursales de los grandes bancos han pasado de 15.638 oficinas a tan solo 11.081.

Pero eso no es excusa. Con los beneficios obtenidos, se podría perfectamente recolocar el personal sin necesidad de despedirlos o reducir la plantilla.

Estos números son la prueba de cómo la banca antepone la obtención de beneficios por encima, no ya de los intereses de nuestro país, sino de sus propios trabajadores. Es su naturaleza, para eso son bancos.

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