Entrevista a Eudald Carbonell (Codirector del equipo cientí­fico de Atapuerca)

En el bicentenario de Darwin

¿Qué significación tiene la obra de Darwin 200 años desués? Como ninguna otra obra científica. Ha incrementado la sociabilidad de nuestra especie. Su aplicación social es fundamental. Has comentado que la influencia de Darwin en la evolución de la humanidad es creciente, no sólo en el ámbito científico, sino también en el social. Explícanos eso. Su validez científica es incuestionable. Tiene una lógica única. Pero también nos ha ayudado a explicarnos a nosotros mismos como seres sociales en el mundo: nuestra relación con la naturaleza, con el resto de especies. ¿No habría que separar, a la hora de acercarse al darwinismo, las leyes científicas y de valor universal de la teoría de la evolución, de las “interpretaciones sociales” que han desarrollado otros en su nombre y que sirven de justificación a la explotación y el racismo, bajo la pseudo explicación de “competencia entre humanos y supervivencia de los mas aptos”? Las teorías de Darwin han sufrido una manipulación constante, que empezó ya en su época, en la Inglaterra victoriana. Se tergiversó para justificar la existencia de las clases sociales. Justamente Darwin establece el azar como causa de los fenómenos naturales, es decir, no hay dirección ni intencionalidad en lo que ocurre. Atribuírsela es un pensamiento malintencionado. ¿Qué debe significar la celebración del bicentenario para las nuevas generaciones? Todo el mundo habla de Darwin, pero la teoría de la evolución en realidad no se conoce. Debería servir para promover la lectura de la obra de Darwin, estudiar los mecanismos evolutivos que nos permiten entendernos a nosotros mismos. Debería ser una celebración conceptual, en los colegios, institutos, universidades. En otro orden de cosas, son ya 30 años del descubrimiento de Atapuerca. Con la perspectiva de hoy, ¿qué ha aportado Atapuerca a la ciencia? Ha servido para contrastar la teoría de la evolución con datos empíricos. Ha permitido conocer al “Homo Antecesor”, la primera especie que evolucionó en Europa, una especie que practicaba el canibalismo hace un millón de años. La “Sima de los huesos” de Atapuerca, es la mayor concentración de cadáveres de hombres prehistóricos de toda Europa. Ha servido también para popularizar el estudio de la prehistoria, sacarlo de las élites científicas y hacerlo patrimonio social. Eres arqueólogo, paleontólogo y antropólogo. Pero también eres doctor en Historia. ¿No deberíamos tener un bagaje cultural mas integrado entre saber científico y humanidades? Exactamente. El conocimiento no se debería fragmentar. Todo el mundo debería tener conocimientos de Física y Química, que dotan de pensamiento científico, y también de humanidades, todos los conocimientos que permiten comprender la evolución de la humanidad. ¿Cómo ves el futuro de la ciencia en España? Todos los que tenemos entre 50 y 60 años podemos constatar la gran evolución del desarrollo científico en nuestro país desde hace 30 años. Hemos hecho contribuciones en Astronomía, Biomedicina, etc. Tenemos algo que decir en casi todos los campos. Pero nunca es suficiente. Los políticos y las administraciones deben invertir mucho más en ciencia, que es lo que nos permite conocer para pensar y para dar respuesta a los problemas de nuestro mundo.

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