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En Asia, nuevos lí­deres con viejos problemas

Para los nuevos líderes en Japón, China y Corea del Sur, las tensiones territoriales y la amenaza nuclear de Pyongyang —puesta de manifiesto por el reciente lanzamiento de un cohete por parte de Corea del Norte— son enormes. Pero el comercio, la política monetaria y el crecimiento están en lo alto de la agenda de Xi Jinping, Shinzo Abe, y quien gane las elecciones del miércoles, entre Park Geun-hye y Moon Jae-in.

En Japón, Abe se ha comprometido a fomentar el crecimiento con un importante paquete de gasto. El elevado ratio deuda/PIB significa que es inevitable implementar más relajación monetaria y el Banco de Japón podría verse obligado a sustituir su objetivo de inflación del 1% por un objetivo del 2%. El yen ya está inmerso en una tendencia bajista frente al dólar; los exportadores del país deberían estar frotándose las manos al anticipar que el dólar pueda valer más de 100 yenes.

En China, Xi hizo un viaje simbólico a Shenzhen que recuerda al viaje que hizo Deng Xiaoping en 1992 y que sacó a China de su estancamiento y llevó al país hacia una economía de mercado. Los economistas coinciden en prever un crecimiento ligeramente más sólido de cara a 2013, y los 12 analistas encuestados por el Wall Street Journal prevén de media un crecimiento del 8% en 2013, por encima del 7,7% del primer trimestre de 2012. Los mercados parecen coincidir, con el índice Shanghai Composite al alza en 2.162, frente al mínimo de 1.959 de comienzos de mes.

El nuevo líder de Seúl heredará una situación de ralentización del crecimiento de las exportaciones y una desaceleración de la economía. Ambos candidatos presidenciales se han comprometido a romper con los grandes conglomerados controlados por familias, conocidos como los chaebol, que dominan los negocios. Corea del Sur ha tratado firmemente de alcanzar acuerdos de libre comercio con este fin y el próximo presidente probablemente continuará en esa línea.

Un yen más débil, sin embargo, aumentará la competitividad de los fabricantes de automóviles y de los fabricantes de aparatos electrónicos de consumo japoneses, a costa de sus rivales más cercanos en Corea del Sur. Si Seúl responde a Tokio debilitando su divisa también, las consecuencias podrían tener un efecto cascada en la región. El continuo progreso del yuan frente al dólar podría ralentizarse, como mínimo.

El resultado de las actuales turbulencias en Europa y del abismo fiscal en Estados Unidos desempeñarán un papel importante a la hora de determinar el éxito de los nuevos líderes del norte de Asia. Una recuperación de la economía china ayudaría a sus vecinos a recuperar el rumbo. Pero también será crucial la política regional y nacional. ¿Podrán todos los nuevos líderes lograr sus objetivos económicos al mismo tiempo? Dados sus intereses enfrentados, podría resultar difícil.

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