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Empresarios alemanes quieren abrir brechas en las sanciones a Rusia

Una delegación del mundo de los negocios de Alemania realizó un viaje casi secreto a Moscú en un intento por mantener los vínculos económicos entre los dos países en el contexto de las sanciones y la tensión entre Rusia y la Unión Europea. Los empresarios germanos se fueron a casa más animados, escribe Kommersant.

La visita, no anunciada públicamente, tuvo lugar el miércoles y culminó con sendas reuniones con el canciller Serguéi Lavrov y el vice primer ministro Ígor Shuválov en las que se analizaron, en un ambiente «privado y de confianza», las «vías para salir de la crisis actual», según fuentes citadas por el diario.

El viaje fue organizado por el Comité Económico Alemán para Europa del Este. El presidente de la entidad, Eckhard Cordes, encabezó la delegación compuesta por directivos de una docena de empresas germanas de la talla de Daimler, Siemens o Winterhall Holding.

Estas y otras grandes compañías alemanas «en los últimos meses han intentado disuadir al Gobierno federal de imponer sanciones contra Rusia, para no perjudicar los negocios conjuntos», explicó un interlocutor de Kommersant cercano a la delegación.

Según esta misma fuente, los empresarios alemanes abandonaron la capital rusa «más animados».

De acuerdo al último informe de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, las exportaciones germanas a Rusia se contrajeron un 16,6% entre los meses de enero y agosto de 2014 respecto al mismo período del año anterior.

La Asociación Alemana de Fabricantes de Maquinaria teme por su parte que su sector podría cerrar este año con una caída del 35% en las ventas al país eslavo.

El comercio entre los dos países alcanzó su máximo histórico en 2012 con 80.900 millones de euros, aunque tan solo un año más tarde retrocedió un 5,4% dejando a Alemania en la undécima posición entre los principales socios comerciales de Rusia.

Hasta hace poco, los productos de inversión y los automóviles acaparaban más de la mitad (55,6%) de las exportaciones alemanas a Rusia. El 9% correspondía a la industria química y otro 6% a la farmacéutica.

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