Carod Rovira inaugura una "embajada de Cataluña" en Nueva York

¿Embajada «anticrisis» en el Rockefeller Center?

Piso 26 del Rockefeller Center, Edificio Time Life, uno de los edificios más emblemáticos, caros y exclusivos de Manhattan. Allí­ se situará la «embajada» de Cataluña en Nueva York. Y allí­, en uno de los centros del capitalismo norteamericano, Carod Rovira tuvo la desfachatez de asegurar que «en tiempos de crisis es lógica la inauguración de esta delegación para no quedarse estancado y no aislarse del mundo».

La aertura de la “embajada” comenzó con un acto surrealista. Carod Rovira convocó a todos los periodistas españoles en Nueva York, pero, para demostrar que aquello nada tenia que ver con España, les habló, no en la lengua común que todos comparten, el castellano, sino en catalán, ante el estupor de la concurrencia. En estos episodios disgregadores, gasta Carod Rovira el dinero de los catalanes. El vicepresidente de la Generalitat se negó a desvelar cuanto cuesta mantener una embajada en el edificio más caro de Nueva York. Pero sólo el sueldo del embajador se lleva la nada despreciable cantidad de 83.000 euros anuales. Por cierto, el “embajador de Cataluña” es un norteamericano, Andrew S. David; Carod Rovira no aceptaría confiar ese cargo a un madrileño, pero le parece normal que la “representación internacional de Cataluña” la ostente un ciudadano estadounidense. La “embajada” en Nueva York es la cuarta tras la puesta en marcha de las de Berlín, Londres y París. Y ya se anuncia la apertura de otras delegaciones en China y Sudáfrica. Carod Rovira ha creado una viceconselleria de Exteriores, y ha incrementado en un 63% los gastos de la Generalitat en política exterior. Sólo el mantenimiento de las embajadas en el extranjero se lleva ya 20 millones de euros, una cantidad que no cesa de crecer. Resulta indignante que, justo al día siguiente de que se dieran a conocer las escalofriantes cifras del incremento del paro, que castigan especialmente a Cataluña, una zona industrial afectada por una catarata de EREs, Carod Rovira justifique, desde el Rockefeller Center, el dispendio en su política exterior disgregadora apelando a la lucha contra la crisis. Y es estremecedor para los intereses de Cataluña que sus intereses en el mundo estén representados por Carod Rovira, una persona que declaró aspirar “al mismo grado de independencia que Luxemburgo”, una mera colonia financiera cuya autonomía termina en algún despacho secundario de un ministerio alemán.

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