En la gira del president de la Generalitat, Carles Puigdemont -junto al número uno de Junts Pel Sí, Raül Romeva- se han entrevistado con una variada muestra de congresistas y representantes del establishment norteamericano. ¿Quienes son los extraños anfitriones de Romeva y Puigdemont?
En la búsqueda de relaciones internacionales y de centros de poder que puedan apadrinar la ‘independencia’ de Cataluña y un futuro ‘Estat catalá’, EEUU se ha convertido en la prioridad.
Desde los rotativos españoles se ha querido quitar importancia a la gira de Puigdemont y Romeva por EEUU, dando a entender que no les ha recibido nadie influyente. La realidad es justamente la contraria. Han tenido audiencia con importantes representantes del establishment político norteamericano. Veámos quienes son.
En primer lugar tenemos a Dana Rohrabacher, un halcón en toda regla, alineado con los posicionamientos de Trump. Republicano y presidente del Subcomité de Asuntos Exteriores para Europa, Eurasia y Amenazas Emergentes del Congreso estadounidense, es firme defensor de restablecer unas buenas relaciones con la Rusia de Putin -del que se dice que es amigo personal- y de subir el tono en el enfrentamiento con China, aplaudiendo el gesto presidencial de hablar con la presidenta de Taiwan. Es un encendido partidario del intervencionismo militar, de la mano dura contra el terrorismo, incluyendo su defensa de las técnicas de tortura interrogatorias perpetradas en Guantánamo.
La promoción del independentismo potenciado por Washington es una constante en la carrera de Rohrabacher. En la guerra de los Balcanes de 1998 fue un activo defensor de que EEUU financiara y armara al Ejército de Liberación de Kosovo. La ‘independencia’ de este pequeño país de la mano estadounidense lo ha convertido en una gran base norteamericana, un portaaviones de la OTAN en medio de los Balcanes. También se conoce una carta escrita por Rohrabacher al Departamento de Estado en 2012 recomendando el patrocinio de los movimientos separatistas en Irán como forma de intervención en este país.
Junto a Rohrabacher estaba Francis Rooney, miembro republicano del mismo subcomité para Europa de la Cámara de representantes, tambien ligado a la administración de George W.Bush. Es dueño de una importante empresa constructora (Manhattan Construction Company) y miembro del Consejo Asesor de la Autoridad del Canal de Panamá, un país -conviene recordar- escindido en 1903 de Colombia bajo las instancias y la protección de EEUU, para luego construir el estratégico canal.
Además se entrevistaron con Eliot Engel, líder demócrata en el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso. Otro encendido defensor de la conveniente independencia de Kosovo a finales de los 90. Es amigo de Gerry Adams, líder del Sinn Fein irlandés. De religión judía, tiene fuertes vínculos con el lobby israelí estadounidense -siendo un firme partidario de declarar Jerusalén como capital de Israel- y se ha opuesto a Obama en temas como el acuerdo nuclear con Irán. También ha trabajado en las estrategias de intervención norteamericanas en América Latina y el Caribe.
Puigdemont y Romeva se reunieron asismismo con Mario Díaz-Balart, Carlos Curbelo, e Ileana Ros-Lehtinen, tres congresistas republicanos por Florida furibundamente anticastristas. Díaz-Balart y Curbelo se han posicionado explícitamente a favor de la autodeterminación de Cataluña -junto a buena parte del staff republicano anticastrista de Miami- siendo el apoyo más claro y explícito que tienen los independentistas en EEUU. Díaz-Balart es además un conocido detractor del aborto o de la investigación con células madre, así como de los matrimonios homosexuales, y ha cuestionado abiertamente los estudios científicos del calentamiento global. Recientemente se ha destacado por apoyar el veto migratorio de Trump.
Otro en recibirlos fue Arthur C. Brooks, presidente del American Enterprise Institute (AEI), uno de los más importantes think tanks (laboratorios de ideas) republicanos, fuertemente ligado al neoconservadurismo. Brooks, con familia política en Cataluña, ha mantenido contactos contacto con Artur Mas, pero también con Aznar. Es un conocido teórico del llamado «conservadurismo compasivo», una doctrina que ha sustentado los postulados ‘neocon’ de los gobiernos de Ronald Reagan o George W.Bush. De hecho, miembros destacados de la AEI han sido Dick Cheney (vicepresidente de Bush hijo, y considerado por muchos el verdadero presidente de aquel gobierno) y otros halcones de esa administración como Paul Wolfwowitz (subsecretario de Defensa) o John Bolton (embajador ante la ONU). En política exterior y defensa, el AEI siempre se ha destacado por ser defensores de la linea dura con respecto a cualquier amenaza para EEUU, impulsando decididamente las intervenciones militares (Irak o Afganistán) o las operaciones encubiertas de desestabilización (América Latina, Siria, Irán), así como el endurecimiento de la postura ante China.
También recibieron la atención de James Carville, exasesor del expresidente Bill Clinton -autor de la famosa frase “¡es la economía, estúpido!”- y figura prominente del partido demócrata. En las elecciones de 2008 fue uno de los más estrechos colaboradores de Hillary Clinton en su carrera hacia la presidencia. Es además un conocido comentarista político de gran proyección mediática. Ha asesorado como ‘estratega electoral’ a diferentes líderes extranjeros a ganar elecciones, como al británico Tony Blair (2001), al israelí Ehud Barak (1999) o al boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada (2002). Tiene asimismo fuertes vínculos con la industria del cine y del entretenimiento.
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Los cuadros del independentismo catalán en EEUU.
En EEUU viven y trabajan diferentes cuadros de prestigio que actúan de “representantes” oficiosos del independentismo catalán en los círculos políticos y de influencia de EEUU.
Se trata de académicos como Pol Antràs, especializado en defender ante el establishment de EEUU la «viabilidad económica» de una posible independencia de Cataluña; o como Xavier Sala i Martín, profesor de Economía en la Universidad de Columbia e independentista a pies juntillas; tambiñen a Joan Massagué, prestigioso oncólogo y director del centro Sloan Kettering de Nueva York; y a Carles Boix, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Princeton y miembro del Consejo Asesor Por la Transición Nacional de la Generalitat.
*Datos tomados del artículo ‘El sueño americano del soberanismo ‘de Cristian Segura en El Pais (31 marzo)
Y los medios de Washington ¿qué opinan de esto?
Aunque discreta, la atención mediática de los principales medios de comunicación norteamericanas ha sido significativa. El New York Times, el Washington Post y la CNN cubrieron la gira de Puigdemont, aunque las referencias en sus columnas han sido secundarias.
Aunque es el New York Times el que ha hecho un seguimiento más intenso al independentismo catalán en los últimos años, ha sido el Washington Post el que más atención ha dedicado a la gira del president de la Generalitat.
En un articulo del WP del 28 de marzo, Rick Noack titula que «Los movimientos independentistas son un signo de fortaleza europea, no de discordia». En él hace un repaso por los movimientos independentistas más potentes del continente, y después de hablar de Escocia y las islas Feroe se detiene en Cataluña. Noack destaca el «ferviente europeísmo» del movimiento independentista catalán. «La manifestaciones en favor de la independencia incluyen deliberadamente la palabra “Europa” en sus consignas (“Cataluña, un nuevo estado de Europa”) y el líder regional actual, Carles Puigdemont, es incondicionalmente pro-europeo. Puigdemont y sus aliados políticos esperan que la independencia de España permitiría a Cataluña, que tiene más habitantes que Dinamarca, para influir en los asuntos europeos, finalmente, sin tener que tomar un desvío a través de Madrid».
Al día siguiente, otra columna de Ishaan Tharoor también en el Washington Post, llamada «Mientras Escocia relanza su oferta de independencia, Catalunya tiene su propio plan» volvía a insistir en la comparación, recogiendo esta vez las declaraciones de la entrevista de Puigdemont al periódico. “La via escocesa es el camino que queremos seguir ”, dijo Carles Puigdemont, presidente del gobierno de Cataluña, una región en la esquina noreste de España. Puigdemont habló visión del mundo de hoy durante una visita a Washington y comparó las aspiraciones de independencia de Cataluña a los de Escocia. “Cataluña y Escocia son muy diferentes, por supuesto, pero nuestras demandas son las mismas», dice el artículo.
Tharoor ofrece más datos al lector sobre el peso demográfico y económico de Cataluña «Su población de 7,5 millones es similar en tamaño a un número de otros estados miembros de la UE. Cataluña representa aproximadamente una quinta parte del producto interno bruto de España; en Barcelona, que ya cuenta con un capital putativo que es una metrópoli próspera mundial». Aunque luego el artículo toca tierra, advirtiendo que «los críticos, sin embargo, dicen que el movimiento de independencia está perdiendo fuerza e incluso puede no encabezar un apoyo mayoritario en Cataluña.
El artículo de Tharoor acaba advirtiendo a Rajoy sobre tomar medidas drásticas -como hacer uso del artículo 155 de la Constitución- cosa que llama, citando a Oriol Bartomeus -de la Universidad Autónoma de Barcelona, entrevistado por Financial Times- «la opción nuclear. Si el gobierno español hace uso de ella, todo explota». «Puigdemont, al igual que otros catalanistas, pinta un cuadro de un estado independiente que se integra perfectamente en la Unión Europea», insiste en remarcar el Post.
La idea de la comparación con Escocia y de que buscan ser un nuevo Estado europeo, asociado económica y comercialmente a España ha estado presente en el discurso de Puigdemont en otras entrevistas. «Queremos reentendernos con España, no desentendernos», dijo en la CNN, añadiendo que le gustaría tener «un diálogo permanente con España, a partir de una relación de igual a igual, para tener un futuro en común en el que ambas partes salgan beneficiadas». Aunque también sacó a relucir el discurso identitario. «No se puede ser español siendo catalán. Para ser español me piden que deje de ser catalán. Si no me pidieran renunciar a mi identidad, no habría problema», dijo en la entrevista.
El argumento victimista también ha sido defendido sin pudor en las conferencias que Puigdemont y Romeva han dado en su gira. En una conferencia en Harvard (ante 85 personas) ha comparado el referendo de autodeterminación con la batalla por los derechos civiles de los afroamericanos en EEUU durante los 60 para poner fin a la discriminación y la segregación racial.
Oscar dice:
Vamos, que en el fondo, si Cataluña llegase a independizarse de España, haría alianzas con la misma chusma que lleva mandando en este país desde que Carrero Blanco dio el gran salto al más allá ;).
MakiNavaja dice:
Vaya con los amiguitos de Puigdemont… dime con quién vas… si a EEUU le interesa la independencia de Cataluña más firmemente nos tenemos que posicionar en su contra. Que quieren hacer otra base militar allí? sacarle más plusvalías? O simplemente dividir y debilitar españa para q tenga menos peso y dominarla mejor? Vaya con Puigdemont, es capaz de vender su patria al demonio para ser su virrey…