La irrupción de Podemos en el panorama político nacional se ha convertido en una bomba de relojería para las previsiones electorales del PSOE, que ha visto como su otrora privilegiada posición ha sido dinamitada por la novedosa formación de Pablo Iglesias tras la última encuesta del CIS. Esta tendencia negativa también se ve refrendada con la encuesta que para LA RAZÓN ha realizado NC Report entre votantes habituales del Partido Socialista. En ella, se refleja que la pérdida de su electorado no se circunscribe únicamente a la huida de votos hacia Podemos, sino que parece algo más profundo. Así, a la pregunta de si volverían a votar al PSOE, poco más de la mitad, un 56,6%, asegura que sí, mientras que un 34,8% da un no rotundo. Desglosado ese 34,8% de «huidos» del PSOE, el 20,2% iría directamente a las arcas de Pablo Iglesias, mientras que sólo el 1,2% apostaría por Izquierda Unida, otro 2% por Ciudadanos y 2,6% se los repartirían el resto de partidos. Resulta relevante que el número de abstenciones se elevaría hasta el 9,4%.
Entre las razones por las que los votantes socialistas que han dado la espalda al PSOE en las urnas, existe una principal: la mala gestión del último Gobierno de socialista. Así, desglosando el citado 34,8% de votantes perdidos, ahora en porcentaje, un 40,1% coloca al paro creado durante ese Gobierno como razón principal para no repetir su voto; un 22,6% aduce la pérdida del poder adquisitivo de las pensiones en ese periodo; un 23,2% se refiere a los recortes en los servicios públicos y un 4,5% a la gestión general.
Respecto a la firma del pacto antiterrorista, refrendado entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el 70,6% da su apoyo incondicional a este acuerdo, mientras sólo un 20,2% no lo apoya. En este mismo sentido, a la pregunta de si cree que el PSOE debe pactar con el PP cuestiones de Estado, la rotundidad del sí alcanza el 64,2%, mientras un 26,8% se niega a cualquier pacto.
Con los datos que manejan desde Ferraz, el PSOE parece estar barajando un cambio de estrategia de cara a los próximos meses. Su intención sería ubicarse con claridad y sin rodeos en el centro político. Es decir, a la izquierda del Partido Popular y a la derecha de Podemos, un espacio que tienen claro que deben recuperar si no quieren derrumbarse definitivamente en la primera gran cita electoral. Aunque sus votantes no lo tienen tan claro en esta encuesta. Así, a la pregunta de si el PSOE debe ser de centro izquierda o sólo de izquierdas, se imponen los que apuestan por el centro, con un 47,4%, mientras un 42,4% quiere decididamente escorarse más a la izquierda.
Uno de los aspectos que más preocupan a los electores socialistas se refiere a las batallas internas que se libran en la cúpula del partido. De este modo, el 72,4% tiene claro que las luchas de poder debilitan claramente el partido, mientras que sólo 19,8% cree que no.
Lo que también parecen tener muy claro los votantes es el discurso en el que debe centrarse el PSOE durante los próximos meses, ya que existe un empate técnico entre los que apuestan por lo social (45,4%) y los que lo hacen por lo económico (45,2%). En un porcentaje casi residual, un 4,8% quiere que los esfuerzos deberían centrarse en atacar al PP y a Podemos (2,2%).
En lo que la inmensa mayoría de los votantes socialistas coincide es en que el PSOE no puede desaparecer, pase lo que pase. Así lo piensa un 82%, por sólo un 9,8% que opina lo contrario, que tiene los días contados.
Parece obvio que el objetivo prioritario de los socialistas se centra ahora en obtener el suficiente arco parlamentario como para poder presentar una creíble opción de gobierno y que tenga que ser el partido de Pablo Iglesias el que dé el paso para apoyarlos si no quieren ver de nuevo al PP en el Gobierno. Por ello, el 59,4% de los encuestados quiere que, llegado el caso, el PSOE pacte con Podemos. Sin embargo, un amplio porcentaje, el 26,2, apuesta por pactar con el PP.