La precampaña gallega

El verdadero rostro del BNG

Para quién le parezca que afirmar que las elecciones autonómicas gallegas (y las vascas, por supuesto, también) son unas elecciones generales en Galicia (y en el Paí­s Vasco) es una exageración, considerará que la afirmación de que, en alguna medida, también son internacionales, o, desde luego, hispanas, es una locura. Y no entenderá que en las calles de Buenos Aires puedan verse pintadas y carteles, en las paredes de las calles del centro de la ciudad y en los autobuses, alusivos a los candidatos gallegos socialista y popular. Y es que en Buenos Aires viven 120.000 personas que tienen derecho a voto en Galicia. Estamos seguros de que no sólo serán esas 120.000 personas las que miren las pintadas y carteles. Parece que también hay elecciones en Argentina.

Pero centrémonos hoy en las propuestas de campaña que el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) ha hecho públicas. El Bloque quiere convertir la reforma del Estatuto «en un pacto entre Galicia y el Estado en virtud del cual éste reconozca el carácter nacional de Galicia». El BNG, expresado en su programa electoral, defenderá en las elecciones gallegas del 1 de marzo que la reforma del Estatuto de Autonomía de Galicia sirva para que el gobierno autonómico asuma la facultad de establecer, en imitación y en plena sintonía con la iniciativa promovida por el lehendakari Juan José Ibarretxe, «consultas populares vinculantes», una competencia exclusiva del Estado, según estableció el año pasado el Constitucional en relación con la propuesta de Ibarretxe.

Anxo Quintana, líder del BNG, encarna un tipo de político nacionalista con dos caras y un sólo rostro verdadero. Utiliza un estilo, aparentemente posibilista, que caracteriza la actual dirección del BNG, en el que se permite la demagogia de afirmar que va a contar con el voto de los nacionalistas y de los no nacionalistas, «porque no hace falta serlo para votar al BNG». Sin embargo, su verdadero programa consiste en, aprovechando las elecciones, conseguir más poder para llevar adelante su estrategia de promover el conflicto entre los gallegos y generar la división social en Galicia.

El BNG no está suficientemente contento con los “logros” de su política disgregadora, llevada durante la pasada legislatura. Quiere incorporarse con más fuerza a la ofensiva nacionalista coordinada, que se desarrolla en toda España, para debilitarla como país unido y fuerte. Lo que es una noticia que dará satisfacción a todas las fuerzas que hacen lo mismo dentro de España y para otras que están en el exterior. Parece que las elecciones gallegas (y las vascas) sí que son unas elecciones generales e, incluso, se podría decir que internacionales, para las fuerzas democráticas, progresistas y patrióticas.

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