Televisión

El último superviviente

Bear Grylls contaba con veinte años cuando se unió a las Fuerzas Especiales del Ejército Británico. En poco tiempo acumuló una serie de experiencias de superación que decidió aprovechar al abandonar el ejército. Ahora se ha convertido en una pequeña estrella de la televisión, gracias a sus insólitos desafí­os. Grylls logra mezclar, en esta serie documental, espectáculo y aventura con divulgación, haciéndonos conocer tanto geografí­a, como los entresijos de la naturaleza más salvaje y los métodos de resistencia que se pueden desarrollar en el cuerpo humano. Una de las pocas producciones para canales temáticos que logra saltar a la emisión generalista y gratuita en nuestro paí­s. Pese a que en España cuenta con una audiencia reducida aunque fiel, es de celebrar que algún rincón de la parrilla este reservado a este tipo de programas divulgativos y entretenidos, independientemente de su rentabilidad.

Le hemos visto comer eces crudos, ojos de yak, excremento de elefante y guardar su orina en la piel de una serpiente que acababa de matar en pleno centro del Sahara. A priori no parece demasiado agradable, pero nadie dijo que fuera fácil sobrevivir en los lugares más duros del planeta. Pese a esto, Grylls consigue elaborar un programa en el que la tensión y la aventura se palpan de una forma muy similar a la de un producto de ficción, pero aquí todo es real, y se nota.Cada programa empieza con el mismo esquema, aunque acaba de formas muy dispares. Bear Grylls, acompañado de su equipo (unas cuatro personas), se lanza en paracaidas, con un ínfimo equipo de supervivencia, sobre cualquier rincón inhóspito del planeta. Esto puede ser desde el desierto del Sahara hasta el hielo de Alaska, Desde la selva Amazónica a las Montañas Rocosas, y así a lo largo de 39 episodios.Grylls le da una vuelta de tuerca a los clásicos programas de aventureros –imposible no relacionarlo con nuestro Miguel De La Cuadra Salcedo-, y lo hace rebasando todos los límites de lo que hasta ahora se había hecho en televisión. Pero no crean que se trata de un programa morboso sobre el sufrimiento. Todo lo contrario, cada programa es un ejemplo de superación individual, en el que además descubrimos los secretos del cuerpo humano en relación con la naturaleza, las reacciones ante situaciones límites en paisajes estremecedores que pueden convertirse en una auténtica tumba para la mayoría de personas. Y todo esto de forma realmente amena, capaz de enganchar desde el primer minuto, cuyo mérito también hay que atribuir al excelente equipo de postproducción.Un programa creado originalmente para el canal temático Discovery Channel, que afortunadamente, podemos disfrutar ahora en abierto las mañanas del fin de semana en Cuatro. Algo que debería ser más habitual, encontrar estas producciones útiles, didácticas y entretenidas, para completar una oferta televisiva que no se base únicamente en la máxima rentabilidad al menor plazo.Mientras nuestros viejos amigos de “Al filo de lo imposible” preparan su nueva temporada, disfrutremos de nuestro nuevo invitado “Oso” Grylls.

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