El temporizador griego inicia la cuenta atrás

Lo que hasta hace unos meses parecía impensable, que Grecia estuviera en la rampa de salida del euro, se atisba cada día que pasa como una posibilidad más real ante la descomposición política del país heleno y el ascenso electoral de formaciones radicales que rechazan los compromisos de ajuste adquiridos con Bruselas.Sin austeridad, el grifo del auxilio financiero internacional amenaza con cerrarse, como no puede ser de otra manera dado el riesgo moral de transigir con quienes no están dispuestos a cumplir sus obligaciones. Grecia, cuyos dirigentes políticos continuarán hoy las negociaciones, desesperadas y contrarreloj, para intentar formar Gobierno, sigue siendo el epicentro de un terremoto que ha resquebrajado los cimientos de la eurozona y ayer volvió a poner contra las cuerdas a España, cuyo tour de force en la reforma financiera, exigiendo un más que notable saneamiento adicional a la banca doméstica, se vio eclipsado por el temor al estallido de la bomba de relojería helena, cuyo temporizador ha iniciado la cuenta atrás, sembrando el miedo en Europa. El diferencial entre el bono español y el alemán cerró ayer en cotas históricas desde el nacimiento del euro, tras asomarse peligrosamente al umbral de los 500 puntos básicos, mientras que el Ibex perdió otro 2,66%, profundizando en su descenso a niveles de hace casi una década.