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El hedor de las cloacas del sistema financiero español (Sí, el que Zapatero consideraba el más sano del mundo) con sus agujeros negros, activos inmobiliarios tóxicos, morosidad disparada camino de superar el 10%, etc. es cada vez más insoportable. Hay miedo a que la aparición cada día de más cajas de ahorros con problemas de de viabilidad acabe provocando una quiebra de propio sistema bancario.
Pasadas las elecciones euroeas el gobierno, PSOE y PP, junto con los gobiernos autonómicos se disponen a acelerar el proceso de concentración de las cajas de ahorros. Según fuentes de las propias entidades, dos de cada 10 cajas están dispuestas a estudiar posibles fusiones. Y el resto a llevar a cabo alianzas estratégicas con otras. Se mueve la fusión de las entidades de Castilla y León, Caja Duero y Caja España que crearía la séptima caja de ahorros española por activos y la quinta por volumen de negocio. Desde la Generalitat catalana se incentiva la integración de las catalanas. Se vuelve a plantear la fusión de las vascas, BBK, Kutxa y Caja Vital. Mientras Caja Navarra, Caja Canarias, Caja Badajoz o Caja Cantabria hablan de alianzas estratégicas.La inminente aprobación del decreto de creación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que contaría con hasta 90.000 millones de euros de dinero público para recapitalizar las cajas y tapar los agujeros negros, es el pistoletazo de salida para acelerar la concentración. Sectores del gobierno empiezan a transmitir la idea de que existe un número importante de cajas con problemas de viabilidad, suficiente para provocar una situación de “riesgo sistémico”. Y desde el Banco de España, el gobernador MAF. Ordóñez pide un gran pacto de Estado con el PSOE, el PP y los gobiernos de las comunidades autónomas para iniciar el nuevo plan de rescate bancario para las cajas de ahorros.Zapatero ya reconoce lo que antes negaba, que hay “algunas cajas con problemas…, a las que el gobierno invitará a fusionarse”. Pero gobierno, PP y los presidentes autonómicos lejos de aprovechar la situación para convertir a las cajas en instrumentos financieros de una salida nacional a la crisis, van a impulsar un proceso de concentración, recapitalizadas con dinero público, que les permita salir de la crisis y las mantenga como instrumentos financieros al servicio de los intereses de las castas políticas que detentan el poder y las burguesías regionales.