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El siguiente paso en las relaciones China-CELAC

La primera cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de China-América Latina y Caribe (CELAC) está teniendo lugar en Pekín el 8 y 9 de enero. Cuatro jefes de Estado, unos 30 ministros de Asuntos Exteriores y 40 delegaciones han llegado a la capital china para participar en una importante reunión internacional que inicia el año diplomático de China. Esta cumbre se realiza en el marco del compromiso anunciado en Brasilia, Brasil, en julio del año pasado durante la visita del presidente Xi Jinping para institucionalizar los vínculos China – CELAC y profundizar esta relación a través del Pacífico.

Para los miembros del CELAC, la primera década del siglo XXI estuvo marcada por el auge de las economías asiáticas, particularmente la de China. El flujo del comercio entre Asia los países del CELAC creció un 20,5% al año entre 2000 y 2010, con un comercio a dos bandos que alcanzó los 442.000 millones de dólares en 2011, de los cuales China obtuvo la mitad. Por ahora, Asia representa el 21% del comercio exterior del CELAC, solo por debajo de Estados Unidos, que supera el 34%.

El comercio con China ha vivido un aumento impresionante, aumentando de los 10.000 millones de dólares en el 2000 hasta los 257.000 millones de dólares en 2013, un 2.500% más. En 2011, China se había convertido en el mayor mercado de exportación de Brasil, Chile y Perú, y el segundo más importante de Argentina, Venezuela, Cuba y Uruguay. Tal y como predijo el Banco Mundial en 2011, «el sólido crecimiento de América Latina en la década pasada se debe en gran medida a sus conexiones con China». El impacto sobre el crecimiento económico fue directo, a través de la enorme demanda de China de materia prima como el cobre, el hierro y el petróleo, o productos alimenticios como la soja y las frutas para saciar a la economía china en rápido crecimiento y a su población de 1.300 millones de personas. China sufrió el impacto de manera indirecta, con el aumento del coste de vida.

Ahora que la economía china ha entrado en una nueva etapa, creciendo un 7% en lugar de un 10%, los precios han bajado y las economías del CELAC han sentido el impacto. CELAC estimó que su crecimiento en 2014 sería del 1.3%, muy lejos de los 5% entre 2003 y 2008.

El año 2014 fue realmente bastante turbulento, y la brusca caída del precio del petróleo ha afectado a algunas de las economías más grandes del CELAC, pero las raíces de los vínculos entre China y CELAC y el grado en el que los chinos y las economías del CELAC se complementan mutuamente son tan sólidos como siempre. Con el 20% de la población mundial y sólo el 7% de agua dulce, China dependerá cada vez más de las importaciones de alimentos, sobre todo de los países del CE LAC, así como de otros recursos naturales.

El desafío consiste en adaptarse y aprovechar al máximo este nuevo entorno. El objetivo de institucionalizar las relaciones entre China y CELAC es ir más allá de los vínculos transpacíficos basados principalmente en el comercio, haciendo las relaciones más profundas y fuerte, creando inversión, transferencia de tecnológica y cooperación a través de una amplia gama de campos. Este es un objetivo clave del primer foro de ministros de Asuntos Exteriores de China-CELAC.

CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, fue fundada en 2010, reúne a todos los países de esta región en una sola voz. Uno de los objetivos más ambiciosos es alcanzar un comercio bidireccional que supere los 500.000 millones de dólares en 10 años. Otro es aumentar la inversión extranjera directa de China en América Latina hasta los 250.000 millones de dólares.

Un desafío clave para el CELAC, cuyo ingreso per cápita es, en promedio, más alto que el de China, es aumentar la productividad. Uno de los obstáculos es la falta de infraestructura, tanto física como digital. Las grandes superficies de América del sur deben estar interconectadas y también las costas del Atlántico y Pacífico. Al igual que en China, la zonas costeras son las que mayor desarrollo económico tienen. La tecnología china, ya sea en la construcción de ferrocarriles, obras de ingeniería, telecomunicaciones o en el ámbito de la energía, pueden ayudar mucho en el desarrollo de la región americana.

En la última década, el vasto territorio de China y su enorme población se han ido interconectando gracias a los trenes de alta velocidad y a la telefonía móvil. Algo similar deseamos para América del sur y otras partes de la región.

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