¿El retorno de las guerras de divisas?

«Las autoridades de Suiza y Japón están luchando con los mercados cambiarios para intentar detener la imparable apreciación del franco suizo y el yen, que se han fortalecido debido a una ola de compras de activos de refugio. Pero la historia sugiere que la intervención unilateral está destinada al fracaso mientras los esfuerzos de las autoridades de Estados Unidos y Europa por enfrentar los desafí­os económicos podrí­an empeorar las cosas»

Lo que se necesita es un nuevo acuerdo multilateral sobre las monedas, que siga el esíritu de los acuerdos del Plaza o el Louvre. Pero esto aún parece estar lejos. El Grupo de los 20 aún está tratando de establecer su enfoque hacia los desequilibrios globales. Lo más crucial, es que aún no está claro si existe la voluntad política en muchas economías avanzadas para explicar a los votantes el relativo descenso en los estándares de vida que acompañarán a un proceso de reajuste. (THE WALL STREET JOURNAL) AGENCIA XINHUA.- La baja de calificación crediticia subraya las contradicciones inherentes al sistema capitalista estadounidense y un orden internacional injustificado dominado por la hegemonía de Estados Unidos con el apoyo de una presencia militar sin precedentes y del dólar, la moneda de reserva más poderosa del mundo. El valor del dólar está determinado por la Reserva Federal, las tres grandes agencias calificadoras y el mercado del tesoro de Estados Unidos. La baja en la calificación por parte de Standard & Poor’s revela una fractura en la hegemonía financiera de Estados Unidos. No es una tarea sencilla terminar con el dominio del dólar estadounidense, pero esto no debe ser una excusa para no dar a los países acreedores una mayor opinión en el sistema calificador global. EEUU. The Wall Street Journal ¿El retorno de las guerras de divisas? Richard Barley Podría ser prematuro hablar de guerra de divisas, pero las batallas de divisas podrían estar muy cerca. Las autoridades de Suiza y Japón están luchando con los mercados cambiarios para intentar detener la imparable apreciación del franco suizo y el yen, que se han fortalecido debido a una ola de compras de activos de refugio. Pero la historia sugiere que la intervención unilateral está destinada al fracaso mientras los esfuerzos de las autoridades de Estados Unidos y Europa por enfrentar los desafíos económicos podrían empeorar las cosas. El franco suizo podría ser el mejor ejemplo de cómo una intervención unilateral simplemente da a los mercados un objetivo al cual atacar. Los intentos por intervenir en 2009 y 2010 han producido al Banco Nacional de Suiza enormes pérdidas y no lograron detener una apreciación del 35% en el franco frente al euro desde comienzos de 2009 hasta cerca del nivel de paridad. La especulación sobre un fijación al euro ha dado a los operadores razones para reflexionar, pero esto podría simplemente significar un blanco incluso más grande. De forma similar, la reciente intervención sobre el yen no ha logrado frenar la apreciación de la moneda japonesa. Lo que se necesita es un nuevo acuerdo multilateral sobre las monedas, que siga el espíritu de los acuerdos del Plaza o el Louvre. Pero esto aún parece estar lejos. El Grupo de los 20, conformado por países industrializados y en desarrollo, aún está tratando de establecer su enfoque hacia los desequilibrios globales en anticipo a la cumbre que se realizará en noviembre en Cannes. En una declaración de siete líneas emitido el lunes, ofreció muy pocas respuestas concretas a la crisis. Lo más crucial, es que aún no está claro si existe la voluntad política en muchas economías avanzadas para explicar a los votantes el relativo descenso en los estándares de vida que acompañarán a un proceso de reajuste. Pero pronto podría producirse un cambio. China está permitiendo que el yuan se fortalezca frente al dólar, en contraste con su respuesta a la crisis de 2008. Esto podría reflejar un reconocimiento de que su exposición a Estados Unidos es parte del problema; las rebajas de calificación crediticia podrían acelerar la revisión del estatus del dólar como moneda global de reserva. Esto podría aumentar la probabilidad de un acuerdo cambiario. La alternativa es una reducción desordenada de los desequilibrios globales, lo que aumenta la amenaza de una profunda recesión e incluso de un brote de proteccionismo. Esto es algo que el mundo debería intentar evitar. THE WALL STREET JOURNAL. 12-8-2011 China. Agencia Xinhua Reforma de sistema de calificación crediticia no debe demorarse La histórica baja de calificación por parte de Standard & Poor’s de la deuda de Estados Unidos es, en el mejor de los casos, una decisión correcta pero tardía y subraya la urgente necesidad de reformar el sistema global de calificación que es injustamente dominado por países deudores. El hecho de que el límite de la deuda federal de Estados Unidos haya alcanzado un nivel alarmantemente elevado en relación con el producto interno bruto (PIB) es una noticia vieja. Incluso en los peores días de las dificultades de las hipotecas de mala calidad de Estados Unidos que desencadenaron la crisis financiera global y después de que el gobierno estadounidense emprendió una expansión monetaria sin precedentes para tratar de pagar sus viejas deudas, las agencias calificadoras no emitieron una calificación a la baja, lo cual transmitió el mensaje equivocado a los inversionistas globales. Las tres grandes agencias calificadoras han obtenido considerables utilidades con el reempaquetamiento de los activos tóxicos de Wall Street y deben rendir cuentas por la prolongada crisis actual. La independencia y credibilidad de los gigantes calificadores nunca habían sido tan criticadas como ahora. Al final, Standard & Poor’s pareció no tener más remedio que bajar la calificación de Estados Unidos y dijo que "la baja en la calificación refleja nuestra opinión en el sentido de que el plan de consolidación fiscal acordado por el Congreso y la administración queda lejos de lo que, en opinión nuestra, sería necesario para estabilizar la dinámica de la deuda del gobierno en el mediano plazo". Hasta cierto punto, Standard & Poor’s tomó la decisión en un intento por rescatar su manchada objetividad, aunque antes de esto, los inversionistas ya habían reconocido que la deuda soberana de Estados Unidos ya no constituía un refugio seguro. La medida de Standard & Poor’s ha alimentado el temor de que las otras dos, Moody’s y Fitch, sigan su ejemplo. Moody’s ha advertido que podría bajar la calificación de Estados Unidos en el 2013 si el panorama fiscal o económico se debilita. La baja de calificación crediticia subraya las contradcciones inherentes al sistema capitalista estadounidense y un orden internacional injustificado dominado por la hegemonía de Estados Unidos con el apoyo de una presencia militar sin precedentes y del dólar, la moneda de reserva más poderosa del mundo. El valor del dólar está determinado por la Reserva Federal, las tres grandes agencias calificadoras y el mercado de tesoro de Estados Unidos. La baja en la calificación por parte de Standard & Poor’s revela una fractura en la hegemonía financiera de Estados Unidos. No es una tarea sencilla terminar con el dominio del dólar estadounidense, pero esto no debe ser una excusa para no dar a los países acreedores una mayor opinión en el sistema calificador global. Como la segunda economía más grande del mundo y el mayor acreedor de Estados Unidos, China tiene una fuerte relevancia en la economía mundial y necesita un ambiente económico global estable. Un sistema calificador encabezado por acreedores reflejaría de manera más precisa la realidad del deudor, lo cual es significativo en el fomento de un desarrollo saludable y sostenible de la economía mundial. XINHUA. 12-8-2011

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