SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El rescate español abre una brecha entre Berlí­n y el Bundesbank

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, retiró ayer el foco de un segundo rescate de Esaña mostrando su confianza en la solidez de la economía española y la «gran determinación» mostrada por el Gobierno de Mariano Rajoy, en una entrevista publicada por Bild am Sonntag. «Soy muy optimista en lo que respecta a España», respondía a la pregunta sobre cuánto tiempo podremos aguantar sin tener que recurrir al rescate. El mensaje de apoyo contrasta con la frase pronunciada a mediados de julio por el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que anunció en un diario financiero que «España necesita un rescate global» y lanzó a los mercados a descontar esa posibilidad a toda prisa.Tratándose de Westerwelle, enamorado de España y que dio esta entrevista desde Mallorca, donde pasa las vacaciones desde niño y en esta ocasión con su marido, hubiese podido rebajarse el significado de la declaración por la entrega propia del momento vacacional. También sale de ojo que en ningún momento descarte clara y abiertamente ese segundo rescate. «Yo no especulo. Si diera ahora a Bild am Sonntag la respuesta que Bild am Sonntag desea, seguramente tendríamos un gran titular y un gran problema», responde al insistente interrogatorio.Fuentes de Fráncfort, sin embargo, aseguran que la contradicción de Westerwelle y al menos parte del gabinete de Gobierno alemán con el mensaje del Bundesbank es un hecho y que la imparable cuesta abajo de España está abriendo una brecha entre los dirigentes de Berlín. La última calificación de crédito de Fitch ha echado más leña al fuego al estimar que el rescate de hasta 100.000 millones acordado para España hace ya un mes podría no funcionar debido a «las duras condiciones económicas y del mercado» en ese país.«Lo que está sucediendo con las Comunidades Autónomas dibuja un escenario ingobernable», explica la misma fuente de Fráncfort, «y en Alemania comienzan a verse señales de agotamiento de la economía». «Berlín siente temblar sus fuerzas y justificar este ingente rescate en año electoral no parece una opción muy beneficiosa», añade, por lo que el Gobierno alemán habría girado hacia una posición más receptiva a operaciones de compra de deuda por parte del BCE mientras que Weidmann sigue clamando desde el púlpito del Bundesbank contra la corresponsabilidad de la deuda.«Resulta difícil imaginar a Merkel, a las puertas de una campaña electoral, dirigiéndose al pleno del Bundestag para pedir la macromillonaria suma que costaría rescatar a España», dice. El distanciamiento, añade, ha cristalizado después de que Merkel haya dado luz verde a Draghi para reiniciar las compras de deuda soberana italiana y española, aunque con serias condiciones.Los informes del Bundesbank consideran a España cerca de la insolvencia y que habrá que aplicarle la receta griega, un rescate a largo plazo supervisado por la troika (Bruselas, BCE y FMI). Como única ayuda, el economista jefe del banco central alemán, Jean Ulrich, ha reconocido que Alemania está abierta a dejar subir la inflación ligeramente por encima de lo que el BCE considera estabilidad de los precios (2%) refiriéndose a una subida salarial que arrastrase hacia arriba del PIB y permitiese a los alemanes gastar más. Ulrich, al igual que Weidmann, cree que es inútil que el BCE se dedique a financiar a un país al borde de una bancarrota inevitable, más tarde o más temprano.Merkel, sin embargo, es partidaria de que Roma y Madrid soliciten ayuda al FEEF y que esto abra el camino a un rescate blando, basado en una rápida intervención del BCE para bajar el costo del endeudamiento. Los analistas de Die Welt han señalado este fin de semana que la canciller no solo tiene en contra a su banco central, sino también a sus socios de coalición de gobierno, que podría romperse por esta causa antes incluso de las generales de octubre de 2013

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