Segundo plan de rescate: 100.000 millones para salvar a las cajas

El rescate de las castas polí­ticas

Mientras en la mesa del diálogo social, patronal y gobierno regatean la duración de un mí­sero subsidio de 420 euros para el millón y medio de parados que ya no cobran prestación alguna, se pone en marcha un segundo plan de rescate donde se emplearán hasta 100.000 millones de euros en rescatar de la quiebra a las cajas de ahorros, brazo financiero que ha sostenido la expansión de unas castas polí­ticas locales tan voraces como parasitarias.

El rescate que va a taar, con el dinero de todos, los agujeros de los Chávez, Montilla, Camps o Esperanza Aguirre triplica el total de prestaciones por desempleo que tienen que repartirse los más de cuatro millones de parados.Esta es la magnitud del atraco perpetrado. Que alcanza dimensiones inaguantables si lo sumamos a los 240.000 millones del primer plan de rescate.Las cajas de ahorros son el punto más débil del sistema financiero español. Su abultadísimo nivel de endeudamiento, muchas veces por encima de los recursos que disponen, se ha vuelto en inasumible tras la crisis, y amenaza con una cascada de quiebras que deje en anécdota el hundimiento de Caja Castilla La Mancha.Una situación que es producto del papel que han ocupado las cajas durante estos últimos veinte años. Transformadas en brazos financieros de las burguesías locales, han colocado todos sus recursos al servicio de una agresiva y voraz expansión de esas élites regionales, que aglutinan en santa alianza a los nuevos ricos del ladrillo, a los caciques tradicionales y la casta política.Lo que en teoría era de todos –pues el propietario de las cajas son sus impositores- se ha colocado al servicio de unos pocos, asaltando la caja y preparando el camino hacia la quiebra.Ahora, el salvamento del sistema financiero –una quiebra en cadena de un número significativo de cajas arrastraría inevitablemente a los grandes bancos- ha alumbrado un nuevo plan de rescate donde 100.000 de dinero público –salido de nuestros bolsillos- va a reparar los desmanes de las castas locales.Unas élites regionales que son uno de los más claros ejemplos de voracidad y parasitismo. Al calor de unos presupuestos autonómicos cada vez más mastodónticos han levantado auténticos monstruos burocráticos, que sostienen su poder y al mismo tiempo son una ingente fuente de ganancias en forma de contratas, concesiones o subvenciones.En plena crisis, estas burguesías regionales se revelan cada vez más antagónicas con los intereses de la mayoría. Devoran y dilapidan a partes iguales los recursos públicos, sustrayéndolos a la inversión productiva o a los gastos sociales. Y generan un agujero de deuda cada vez mayor que debemos tapar luego todos en forma de planes de rescate o subida de impuestos.La salida a la crisis exige poner coto a los desmanes de estas élites locales, de estas castas políticas y económicas regionales transformadas en auténticos reyezuelos taifales regresivos e insolidarios.Por ejemplo, dándole por completo la vuelta al plan de rescate de las cajas de ahorros.“Rescatar” a las cajas para que continúen siendo el cortijo particular de las castas locales no es sino un nuevo atraco a la población.Si se van a emplear hasta 100.000 millones de dinero público en salvarlas de la quiebra, que sea para colocar los recursos de las cajas al servicio de un plan de choque contra la crisis.Transformando las Cajas de Ahorro, como entidades sociales sin ánimo de lucro que son, en un instrumento financiero público de tipo confederal, centralizado por el gobierno y controlado y supervisado por los impositores, sus verdaderos dueños. Y esto para promover un plan de choque contra el paro y de apoyo a las PYMES.

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