Irán: aceptan que la oposición participe en el recuento parcial

El régimen busca el acuerdo de Musaví­

Mientras que los sectores más reaccionarios del régimen de los ayatolás reclaman un endurecimiento de la represión contra e movimiento opositor y el arresto de sus lí­deres, las autoridades y cabezas visibles del régimen -el lí­der Alí­ Jamenei y el Consejo de Guardianes- se entregan al pragmatismo para intentar recomponer el consenso entre los dos sectores de las elites dominantes que han librado la batalla electoral. El Consejo de Guardianes, después de descartar la repetición de los comicios, ofrece sin embargo a los principales candidatos reformistas -Musaví­ y Karrubi- la posibilidad de formar parte de un comité especial para revisar el resultado de las elecciones.

Musaví –que ha cuestionado la imarcialidad de un Consejo de Guardianes dominado por los conservadores desde el principio-, pidió la formación de un comité electoral independiente y formado por elementos neutrales de incuestionable credibilidad, pero el líder supremo, Alí Jamenei, desestimó la petición del opositor, ya que según la ley las cuestiones electorales son prerrogativa del Consejo, el órgano colegiado con más poder en Irán. El comité especial –al que la oposición podrá enviar representantes- en el que el Consejo va a delegar, participará en el recuento del 10% de las papeletas de las urnas de los distritos donde se han presentado objeciones, quejas o denuncias de fraude. Las papeletas se contarán en presencia de los delegados de las candidaturas perdedoras, e incluso también en presencia de la prensa. El portavoz del Consejo de Guardianes, Abbas-Ali Kadjodaei aseguró una vez más que no hubo grandes violaciones en los comicios presidenciales –a pesar de que se han detectado que los votos emitidos en más de 50 localidades superan con creces (hasta un total de 3 millones) al propio censo- y los calificó de los "más sanos" desde la revolución de 1979. Kadjodaei reconoció que la concesión a la oposición que tiene como objetivo "captar la confianza" de Musaví. Por otra parte, no son pocos los elementos del ala más reaccionaria de la línea conservadora que piden ano dura contra los reformistas, pidiendo incluso la pena de muerte para los cabecillas del movimiento de masas opositor y el arresto y juicio para Musaví, Rafsayani o Karrubi. Sin embargo, no parece ser la posición mayoritaria entre los principales representantes de la línea conservadora, y es evidente que una vez que han ganado la batalla –y Ahmadinejad es presidente- buscan pactos, compromisos y consensos con la línea de Musaví.

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