Un buque iraní­ decidido a llegar al puerto de Gaza a pesar del bloqueo.

El pulso de Teherán

La tensión se eleva ante la llegada a las costas de Gaza de un carguero iraní­. El buque, bloqueado por la marina israelí­, ha anunciado que perseverará en su misión hasta que pueda entregar la ayuda humanitaria al pueblo palestino, unas 2.000 toneladas de medicinas y alimentos

Ya hace unos días, el barco grecochiriota “Espíritu de la Humanidad” fletado por la ONG Free Gaza y cargado con ayuda humanitaria y personal médico fue interceptado, amenazado y obligado a desistir de su objetivo de llegar al puerto de Gaza.Pero quien fleta este barco es el régimen de Teherán, una de las potencias regionales más activas en la guerra de la franja, y que tiene gran influencia sobre Siria y partidos islamistas como Hizbulá y Hamás. La actividad diplomática y propagandística de Irán se ha intensificado notablemente en estas tres semanas, tanto en los países árabes y musulmanes como en Iberoamérica, donde los embajadores iraníes han tenido contactos con diplomáticos brasileños, venezolanos o bolivianos.El capitán del carguero ha mostrado su determinación por llegar al puerto de Gaza y ha señalado que han solicitado incluso el apoyo de Egipto, país con el que Irán mantiene rotas las relaciones diplomáticas formales desde hace casi tres décadas. "Hace tres días comenzamos a aproximarnos al puerto de Gaza escoltados por patrulleras israelíes. Después tuvimos que regresar a aguas internacionales. Nos han hecho promesas y espero que podamos descargar pronto, ya sea en Gaza o través de territorio egipcio", ha explicado el capitán Golab. "No habrá vuelta atrás. Nuestro único objetivo es cumplir con la misión encomendada y entregar al cargamento a los habitantes de Gaza", ha dichoEste acto, todo un pulso con Tel Aviv, se da en un contexto donde Irán –una potencia regional que tiene algunas de las claves para estabilizar Oriente Medio- ha sido señalada por el presidente electo de los EEUU, Barack Obama, (que será investido el martes próximo) como una de las prioridades diplomáticas de la nueva política exterior norteamericana. Obama, que ya ha declarado que retirará las tropas de Irak y se centrará en no perder el control de Afganistán, necesita contar con el plácet o cuanto mínimo la pasividad del régimen de Teherán. Por ello está dispuesto a explorar a fondo las posibilidades diplomáticas con Admadinejad y sacar a Irán del “Eje del Mal” en el que lo colocó Bush –aunque eso no significa en absoluto que renuncie al uso de la amenaza y de la fuerza con un régimen totalmente enfrentado con EEUU y que ha declarado su enemistad absoluta a Israel-.

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