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Cuando todos decían que la elección de Hollande iba a cambiar el rumbo de Europa, ha sido el pueblo griego quien ha puesto patas arriba la UE, diciendo no a las condiciones de saqueo y ocupación semicolonial que impone el plan de rescate dictado por el FMI y Berlín. Tras los resultados electorales, todas las presiones para formar un gobierno que aplique los recortes han fracasado.
La rotunda negativa de la coalición de izquierdas antihegemonista Syriza a participar en ningún gobierno que acepte el plan de rescate, y el consiguiente rechazo de Izquierda Democrática a formar parte de un gobierno que no incluya a la segunda fuerza política más votada del país, ha obligado al presidente griego a convocar nuevas elecciones para el 17 de junio. «El pueblo griego ha lanzado un órdago a Washington y Berlín, y por ahora van ganando»
Las múltiples amenazas lanzadas estos días desde Washington y Berlín –expulsión del euro, fuga masiva de capitales, aislamiento y corralito,…– buscan torcer la voluntad del pueblo griego. Pero no parece que estén consiguiéndolo. Todas las encuestas coinciden en pronosticar que se hundirá aún más el bipartidismo y que Syriza se convertirá en la fuerza política más votada.
En los días que quedan hasta las elecciones vamos a asistir a una feroz ofensiva del hegemonismo en todos los frentes para tratar de evitar que Syriza se convierta en la fuerza más votada. Van a buscar presentar las elecciones como una especie de referéndum, amenazando con que votar a Syriza es votar por la salida de la eurozona. Y, que nadie lo dude, van a usar cualquier medio para impedir que la decisión de pueblo griego ponga en cuestión y haga tambalear todo el sistema de alianzas del Imperio en Europa.
Si las presiones, chantajes y amenazas políticas no surten efecto, no sería extraño que las oscuras conexiones de las agencias de inteligencia yanquis provoquen que la violencia, o incluso el terrorismo, hagan acto de presencia en la campaña electoral. Es demasiado lo que hay en juego y esta gente ha demostrado sobradamente que no se anda con remilgos a la hora de utilizar cualquier medio a su alcance.
El órdago que el pueblo griego ha lanzado en las pasadas elecciones al hegemonismo es de tal calibre, que en los medios de comunicación europeos ha empezado a sugerirse la posibilidad de una “alternativa militar”, es decir, un golpe de Estado, si el pueblo griego persiste en su determinación de rechazar en las urnas los planes del FMI y Bruselas.
Y dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos, no es descartable esta solución extrema. Cada vez que los pueblos europeos hablan, Washington y Berlín tiemblan. Y cuando los países deciden tomar su destino en sus propias manos, no tarda en caerse la hoja de parra democrática que cubre las vergüenzas de las potencias imperialistas. La historia (incluida la nuestra) nos ha dejad elocuentes muestras de ello.Por eso, hoy mas que nunca, ¡todos con el pueblo griego!. ¡Grecia somos todos nosotros!