Algo en la estrategia política que llevo a Sarkozy ala presidencia de Francia, ha recibido «un tiro por la culata». Una huelga general y una moción de censura. Lo más destacado y que más debe temer Sarkozy, es la repulsa que ha originado sus políticas en el movimiento obrero popular francés.
En un aís en el que las protestas callejeras han derrocado a numerosos líderes políticos, el Gobierno está claramente preocupado, por lo que se ha cuidado de no repetir Sarkozy que “ahora en Francia, cuando hay una huelga, nadie se entera”. Pronunciada el pasado julio, ante las manifestaciones contra la reforma de los regímenes especiales de jubilación y la puesta en marcha los servicios mínimos en el sector educativo y los transportes.Hoy todas las centrales sindicales, CGT, CFDT, CFTC, Force ouvrière, FSU, Solidaires, Unsa y CFE-CGC así como los partidos de izquierda franceses, han movilizado al pueblo a una jornada de huelga a nivel nacional, el primer gran conflicto desde que estalló la crisis, en septiembre pasado, en defensa del empleo, del poder adquisitivo y de los servicios públicos. , la protesta está dirigida contra la política del gobierno de Nicolas Sarkozy y una serie de controvertidas reformas del mercado laboral, la justicia, el sector audiovisual, la salud y el servicio público, que sufrirá un importante recorte de personal. Ya que la tendencia que aplican los capitalistas, y sufre el proletariado, es la de coartar las conquistas de la clase obrera.""No vamos a permitirles que se sirvan de la crisis como pretexto para disminuir los salarios, para impedir los progresos que nos corresponden en nuestro trabajo, para negar las reivindicaciones ganadas, para echar gente a la calle al desempleo y para liquidar conquistas legales y contractuales"”.Grita hoy a pleno pulmón el pueblo de francés.Por otro lado esta política del Ejecutivo francés despierta y reactiva a los partidos de la oposición. El Partido Socialista de Martine Aubry , después de su paralización de los últimos tiempos, y aprovechar el movimiento social para tomar impulso, encendió una pequeña chispa, ya que no podía prosperar, con una moción de censura contra la política económica del Gobierno Fillon y la estrategia de Sarkozy que consiste en el ataques constantes a las libertades públicas, así el principal partido de la oposición ha protagonizado barios boicots en la Asamblea nacional durante la sesiones de control al Ejecutivo, ausentándose del hemiciclo, la última vez ayer.La encuesta de Isama, realizada el 21 y 22 de enero para el semanario Valeurs Actuelles, mostró que los apoyos a Sarkozy habían caído cinco puntos en un mes, hasta el 49 por ciento.