El pasado 6 y 7 de julio tuvo lugar en Brasil la XVII Cumbre de los BRICS+, con la presencia de dignatarios de sus diez países miembros, así como de los países asociados y de delegaciones invitadas, tales como las de México, Chile, Colombia o Uruguay.
La respuesta que llegó desde Washington supera incluso los niveles de hostilidad a los que nos tiene acostumbrado el gobierno de Trump. “Los BRICS nacieron para derrocar la posición de líder global de EEUU”, remarcó contundente, en declaraciones a la prensa Marco Rubio, responsable de la política exterior norteamericana. «Cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRICS pagará un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones a esta política».
Y Rubio tiene razón. Efectivamente el proyecto de los BRICS se dirige de manera deliberada y consciente contra el viejo orden mundial norteamericano.
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Un periodo de transición hacia un mundo multipolar
El rasgo principal que caracteriza la situación internacional es la transición entre el ocaso imperial de la superpotencia y la emergencia de nuevos centros de poder, que enfrentan al orden unipolar hegemonista un nuevo orden multipolar.

Vivimos en un periodo de transición entre el viejo orden mundial unipolar y el nuevo orden mundial multipolar, va a ser necesariamente largo, caótico y desordenado. Su característica principal es la fluidez, con un sistema de alianzas móvil y cambiante.
El surgimiento de este nuevo orden mundial multipolar está determinado -en última instancia- por la lucha del conjunto de países y pueblos del mundo, y tiene como fuerza motriz la lucha del Tercer Mundo. Pero tiene una punta de lanza.
Los BRICS+ son la alianza de países que, por su capacidad y por su proyecto, impulsan una alternativa al orden mundial norteamericano y desarrollan un nuevo orden multipolar.
Se trata de un grupo de naciones emergentes que exigen ser tratados en plano de igualdad con la declinante superpotencia y se enfrentan a su dominio. En la actualidad, está formada por 10 países y tiene un peso en los ámbitos político, militar, diplomático, económico, comercial o cultural de alcance global.
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La impresionante base material de los BRICS

En 2009 nació el «grupo BRIC» como una asociación de 4 países: Brasil, Rusia, India, China; un año más tarde se unió Sudáfrica. En 2025, con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia ya son 10 miembros.
Es un poderoso polo de atracción, con 11 países (Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda, Uzbekistán, Vietnam) que ya tienen la categoría de «Estados miembros asociados» y varios más -Arabia Saudí, Turquía, Colombia, Chile…- en diferentes grados de aproximación.
La Nueva Ruta de la seda, impulsado por China engloba a 60 países de 4 continentes, supone enormes inversiones en infraestructuras en condiciones de beneficio mutuo y se acompaña de intercambios de todo tipo, educativos, culturales o tecnológicos, supone un grado de influencia a todos los niveles de China y los BRICS.

Las cifras actuales de los BRICS ya son impresionantes, pero lo son más si las ponemos en comparación… con ellos mismos hace 15 años, y con el campo imperialista
En 2009 nació el «grupo BRIC» como una asociación de 4 países: Brasil, Rusia, India, China, y un año más tarde se unió Sudáfrica. En 2025, con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia ya son 10 miembros.
En 2009, el BRIC ya sumaba al 41% de la población mundial. Ahora en los miembros de los BRICS+ vive el 46% de la humanidad, y si sumamos a los asociados, más del 55%.
Por contra, en EEUU y sus más estrechos aliados, el G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido) sólo vive el 9,7% de la población mundial.
En 2009, el PIB combinado del primer grupo BRIC suponía el 17% del mundial. Pero en 2025, el PIB de los BRICS+ ya supone el 41% del PIB global, y sumando a los socios, llegaría al 44%.
Por contra, el PIB conjunto del G7 suponía en 2099 el 44% del PIB mundial… y ahora ha retrocedido (porcentualmente) al 29% del global
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Un proyecto contra el orden norteamericano
Sobre esta base material, lo dirigente es que los BRICS tienen un proyecto político, enfrentado al orden mundial unipolar, cuyos ejes pueden resumirse en:

1. Democratizar los organismos internacionales frente a las imposiciones de EEUU. Aumentar la presencia y el peso del Tercer Mundo en ellos, promover que India y Brasil sean miembros permanentes del consejo de Seguridad de la ONU y eliminar el derecho a veto.
2. Acabar con la arquitectura financiera con la que EEUU impone un atraco global, cuestionando el papel del dólar como moneda de cambio o el monopolio estadounidense de las agencias de calificación. Levantando alternativas al FMI y el BM como el Banco de Desarrollo de los BRICS.
3. Cooperación independiente entre los países BRICS al margen de EEUU. Impulsan cumbres anuales donde se toman decisiones por consenso y la formación de un “Parlamento” de los BRICS; acuerdos de cooperación económica, pero también de cooperación militar, intercambios educativos y proyectos científicos conjuntos.
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Todos -menos Rusia- nacidos de la lucha revolucionaria, o de la conquista de la soberanía
Todos los países BRICS+ -con la sola excepción de la Rusia imperialista, heredera de la superpotencia soviética- son países del Tercer Mundo, que han conquistado un camino propio de independencia, soberanía y desarrollo contra el colonialismo, el imperialismo y el hegemonismo.

La cabeza, el corazón y el motor de los BRICS+ es la República Popular China. El proletariado tomó el poder en 1949, a lo largo de 70 años ha guardado su independencia y ha desarrollado su camino su propio camino socialista, consiguiendo sacar en los últimos 40 años a 800 millones de personas de la pobreza, en un proceso de redistribución de la riqueza sin paragón en el planeta.
El fulgurante desarrollo de la India no sería posible sin la victoria anticolonial encabezada por Gandhi y Nerhu iniciada en los años 30. La Sudáfrica que es hoy la punta de lanza del desarrollo africano, o que lleva a Israel a los tribunales, no sería la que es sin la heroica y victoriosa lucha contra el apartheid liderada por Mandela y el Congreso Nacional Africano. El Brasil que dejó de ser «el enfermo crónico de América Latina» y se convirtió en la potencia emergente iberoamericana no lo sería sin la larga marcha de Lula y el Partido de los Trabajadores hacia la conquista del gobierno, primero en 2003 y luego en 2023.
En el origen del zigzagueante camino por la independencia y el desarrollo de Irán, Egipto, Etiopía o Indonesia -y de los “miembros asociados” como Vietnam, Cuba, Argelia, etc.- también encontramos la lucha revolucionaria, antiimperialista y anticolonial de sus pueblos o burguesías nacionales.
Este origen histórico marca la naturaleza del proyecto de los BRICS+. Nacieron en lucha contra el imperialismo, con el impulso de la revolución, y solo pueden avanzar enfrentándose al hegemonismo.
El avance de los BRICS+ demuestra en los hechos que el Tercer Mundo es la fuerza motriz del frente anti hegemonista y que las potencias imperialistas, con EEUU a la cabeza, están destinadas a ser orilladas a los arcenes de la Historia. Demuestra una vez más, como decía nuestra LIP en 1978, que “los países quieren la independencia, las naciones la emancipación y los pueblos la revolución; ésta es la irresistible tendencia histórica de nuestra época y nada puede detenerla”.



Carlos dice:
No os olvidéis de un Estado aliado de los BRICS muy poderoso: el Vaticano
El Vaticano, con el nuevo Papa a la cabeza ha optado por el apoyo a los BRICS desligándose de los Estados Unidos
Como decía Stalin «dónde están los tanques del Vaticano 🤪?»
Este pequeño Estado no tiene tanques pero sí una fuerza ideológica»material » poderosísima, millones de fieles en todo el mundo que lo hacen muy influyente
Viva el nuevo Papa
Luis dice:
¿Estamos seguros de que es un motivo de alegría y esperanza que Gobiernos como los de los EAU, Irán, Bielorrusia, Tailandia, Uganda o Kazajistán, a los que podríamos añadir los de Rusia, China e India, sean los co-gestores de un supuesto nuevo orden mundial? Que el poder imperial cambie de manos no es nada novedoso ni original en la Historia de las civilizaciones desde hace miles de años, con resultados muy heterogéneos para las ciudadanías de cada tribu, reino o país, según la época. El gran problema sin resolver a dia de hoy de todos los procesos más o menos revolucionarios es el inevitable desencanto del «dia después», cuando la infinita complejidad de las realidades materiales muestran crudamente sus laberintos. Si no, que se lo pregunten al que dijo que solucionaría lo de Ucrania en 24 horas. A muchos, este espectáculo cotidiano que muchos etiquetan como geopolítica, y que parece un descomunal tablero de Monopoly, nos causa más inquietud que esperanza.
Pedro dice:
Me gustaría saber por qué no aparece nada sobre la falta de libertades en varios de esos países.
No pretendo defender a EEUU o Europa, quedé claro.