SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El problema es el 3%, no la herencia

La familia Pujol-Ferrusola (y su deudo Artur Mas) han tenido tiempo y margen para preparar su defensa; cuando el pasado viernes emitieron el comunicado inculpatorio iniciaban un camino previamente trazado con el objetivo de minimizar daños, de sacrificar lo menos para proteger lo posible. Desde ese criterio hay que interpretar el comunicado y, sobre todo, la comparecencia de Artur Mas ayer para descabalgar a Pujol del entramado institucional catalán, con cobertura emocional, con la excusa de que todos cometemos errores, que lo que importa es el saldo. Y por el saldo, sostiene Mas, Pujol saldrá bien parado en la historia. Puede que sí, pero también puede ocurrir lo contrario.

Los Pujol-Ferrusola (una industria familiar) han visto acercarse a inspectores, policías, fiscales, investigaciones periodísticas y confidentes bancarios filtrando información sensible y antes de que llegaran las citaciones y las acusaciones han trazado una estrategia de defensa que pasa por reconocer algo para tapar lo peligroso. La excusa de la herencia ha provocado una carcajada general, no se tiene en pie, pese a que en sí misma arruina la trayectoria política del “President”.

Pero el problema no está en esa falta, la cuestión clave radica en las comisiones (el bicho del 3%, que será más, que mentó Maragall en el Parlamento para luego plegar velas) que constituye un asunto más grave que la evasión fiscal familiar o individual. Las comisiones ponen en jaque los 23 años de gobierno Pujol, a él y a todos el equipo, años salpimentados de escándalos (Maciá Alavedra, Prenafeta…) y de compañeros de viaje peligrosos (de la Rosa, Estevill…).

La cuestión que hay que aclarar, que flotaba en el ambiente y que ahora huele cada día peor, es si la familia Pujol era la cúpula de ese modelo mafioso, de corrupción política que lleva a administrar el poder en provecho propio. Y de eso tratan de escapar Pujol y Artur Mas. La estrategia de minimizar los daños está condenada al fracaso si hay instancias (policía, fiscalía, inspección fiscal, jueces) decididas a llegar al fondo de la historia.

Por ejemplo se entiende mal que el mismo viernes el comunicado de Pujol no incluyera un párrafo de renuncia a cargos, honores y prebendas varias, simultáneo al reconocimiento de culpa. Esperar al martes para que el pupilo Artur Mas anunciara las renuncias, una vez verificado que el escándalo es mayúsculo, indica mal cálculo de los riesgos y ninguna enmienda. Artur Mas está tan contaminado por el caso Pujol como Rajoy del tesorero Bárcenas. Y con esa carga ambos quedan muy limitados para su tarea, y desde luego para la regeneración que es una tarea inexcusable para salir de este abismo de inmoralidades y abusos.

Si los partidos tradicionales, renovados o sin renovar, no entienden que la corrupción les ha desbordado y que si no se enfrentan al problema de forma decidida los ciudadanos procederán al desahucio de los cómplices, activos o pasivos, de tanto abuso. El PSOE de González toleró las irregularidades municipales que empezó a denunciar el concejal Alonso Puerta desde primera hora; el PP pasó por alto el caso Naseiro, y Convergencia tapó los casinos… De aquellos poros han venido luego riadas, hasta forman la avalancha que amenaza con borrarles del mapa. La gente de “Podemos” tiene la campaña hecha, solo tienen que recoger la siembra.

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