Visita de Holbrooke a Pakistán e India

El problema Afpak y la solución hindú

Después de que Obama presentara su nueva estrategia para Afganistán, el enviado especial de EE.UU. para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, y el jefe del Ejército estadounidense, Mike Mullen, han iniciado una gira por dos paí­ses. Pakistán forma parte del problema -no en vano los estrategas norteamericanos han acuñado el término `AfPak´ para referirse territorio talibán dividido por una permeable frontera- e India, según aseguran los dos enviados norteamericanos, forma parte de la solución.

El tándem dilomático-militar estadounidense hizo una primera escala en Islamabad, donde se reunieron conel ministro de Exteriores paquistaní, Shah Mahmood Qureshi. Holbrooke destacó la coincidencia de intereses que tiene Washington con el gobierno pakistaní –un Estado donde las corrientes pro-taliban en el ejército y los servicios secretos son cada vez más fuertes-. Holbrooke dijo que "Estados Unidos y Pakistán enfrentan una amenaza estratégica común, un enemigo común, un reto común y, por ello, un tarea común". Aunque Qureshi coincidió con la convergencia de intereses, mostró el malestar que existe en el gobierno pakistaní. El ministro matizó que existe una falta de confianza en el combate contra el terrorismo, en referencia a los ataques de aviones estadunidenses no tripulados contra escondites de milicianos en territorio paquistaní, que provocaron la hostilidad de la población frente a ambos gobiernos. "Sólo podemos trabajar juntos si nos respetamos y confiamos el uno en el otro", matizó Qureshi. "No hay otra forma, ninguna otra cosa funcionará". Los sectores más proclives a compromisos con Washington observan como los ataques norteamericanos en suelo pakistaní también inclinan la correlación de fuerzas en el ejército hacia los sectores más islamistas. Holbrooke y Mullen se reunieron antes de viajar a India con el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, con el que departieron sobre el empeoramiento de la seguridad y también de los crecientes problemas económicos de Pakistán, que repercuten sobre un aumento de la conflictividad social. Zardari reiteró el compromiso de su gobierno en eliminar el extremismo, pero pidió que Washington y la comunidad internacional prestaran su apoyo incondicional en campos como el entrenamiento de tropas y policía o equipos para combatir la insurgencia. La administración Obama anunció hace poco una ayuda no militar de 7.500 millones de dólares para los próximos cinco años para el país, pero advirtió que no habrá cheques en blanco. Horas después, los emisarios de Washington aterrizaban en Nueva Delhi, donde se reunieron con el secretario indio de Exteriores, Shivshankar Menon, y con el Consejero de Seguridad, M.K. Narayanan. "Hemos venido a la India para informar, consultar y tener la visión de la India sobre los problemas en la región (…) Sin la total implicación de la India no podemos resolver por completo el problema afgano", dijo Holbrooke junto a Mullen en una rueda de prensa después de la reunión. Holbrooke explicó a los representantes del gobierno hindú los detalles de sus conversaciones con Pakistán, país con el que India mantiene unas extremadamente tensas relaciones. El enviado norteamericano aseguró que en ningún caso había discutido con Islamabad el estatus de Cachemira, la región que Pakistán se disputa con la India y que es principal fuente de conflictos desde la independencia y partición de ambos países en 1947. "Hablamos con los líderes paquistaníes sobre Afganistán y la situación política y económica de Pakistán. No podemos negociar las relaciones entre la India y Pakistán", indicó. El alto diplomático incidió en que Washington trata de articular un frente antitalibán en el que ambos gobiernos deben aparcar sus disputas contra el “enemigo común”. “Esta es la primera vez desde la partición que la India, Pakistán y Estados Unidos afrontan una amenaza, desafío y tarea comunes", insistió Holbrooke que reconoció también que aunque las administraciones de Bill Clinton y George Bush trabajaron "duramente" por la mejora de las relaciones comerciales bilaterales, no llegaron a cuajar sobre consultas en asuntos estratégicos y regionales. "Ese es el asunto básico que ahora tenemos que mejorar", concluyó. Las relaciones entre EEUU y el gigante hindú atravesaron un momento intenso durante el segundo mandato de Bush, cuando la administración republicana favoreció a India como contrapeso a China. Pero en los últimos años, según EEUU ha tenido que entablar una contradictoria relación cada vez más estrecha con Pekín –mucho más después del estallido de la crisis de septiembre- las relaciones entre Washington y Nueva Delhi han ido enfriándose. Las necesidades norteamericanas en Afganistán pueden estar empujando a la Casa Blanca a intentar retomar el pulso de India.

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