Iniciativas para el grave problema de la vivienda

El precio de la vivienda devora nuestro bolsillo

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) persevera. Tras el veto que impuso meses atrás el Gobierno de Rajoy a la Ley de Vivienda y Pobreza Energética que la plataforma presentó en el Congreso de los Diputados, la ley vuelve a la Cámara.

Las reivindicaciones que contiene la Ley son conocidas como las » cinco de la PAH»: que no se produzcan desahucios sin alternativa habitacional; regular el precio del alquiler; la dación en pago retroactiva; que se realoje temporalmente a familias en emergencia en pisos vacíos de la banca y combatir la pobreza energética.

La ley necesita más síes que noes. Además de Unidos Podemos, Esquerra Republicana, Compromís y EH-Bildu (promotores de la iniciativa en nombre de la PAH), ya han declarado que votarán a favor el PSOE y PDCat. El PNV sopesa si abstenerse o votar en contra. Ciudadanos apoyó el veto de Rajoy hace meses, pero podría cambiar de opinión.

Las medidas que exige esta propuesta de ley son esencialmente las mismas que la PAH demandaba en 2013 en una Iniciativa Legislativa Popular que recogió un gigantesco apoyo (1,5 millones de firmas) pero que no pudo salir adelante entonces por el bloqueo del PP: la dación en pago (tanto para deudas venideras como para poder cancelar deudas que ya llevan las familias a cuestas), una moratoria contra los desahucios, y el impulso a un gran parque público de viviendas de alquiler.

Pero cinco años después, la fisionomía del problema de la vivienda ha cambiado. Ya no se trata tanto de las hipotecas (que también), sino que se ha trasladado a los precios del alquiler. Por eso la PAH insiste en medidas que permitan regular los precios, o en alargar la duración de los contratos de 3 a 5 años, enterrando la Ley de Arrendamientos Urbanos del PP.

La vivienda nos hace más pobres

El pago de la vivienda es uno de los dilemas de cada mes, de cada semana, para millones de familias. Devora una enorme proporción de nuestro salario.

Diferentes estadísticas sitúan que la media que una familia española gasta en vivienda es aproximadamente el 35% de los ingresos. Pero en los menores de 25 años la proporción es más tiránica: dedican el 58,25% de su salario a la hipoteca, y el 80,43% al pago del alquiler. Son ocho de cada diez euros, dedicados únicamente a tener un techo.

La situación es especialmente grave en las grandes ciudades. En Madrid, el precio medio del alquiler alcanza la escandalosa cifra de 1.395 euros. Cataluña es la comunidad que registró el mayor incremento, con un encarecimiento del 24,3%, mientras que en los seis primeros meses de 2018 fue la Comunidad Valenciana la que experimentó un mayor repunte de las tasas de alquiler, del 18,93%.

Y no se trata solo del turismo, o de la gentrificación del centro de las ciudades (factores que influyen y mucho). La escalada del precio de la vivienda ha clavado sus garras en los cinturones obreros, en los barrios más populares. En Leganés, población del sur de Madrid, el precio medio de la vivienda es de 715 euros; en una población obrera de Valencia como Benimamet el precio medio de la vivienda es de 500 euros. La palma se la lleva Hospitalet, ciudad de trabajadores por excelencia muy cercana a Barcelona: el precio medio de la vivienda es de 1.018 euros.

Por supuesto, los desahucios siguen siendo un drama. El año pasado se produjeron 35.666 desahucios por alquiler, cuatro por hora; además 22.230 familias perdieron su casa por no pagar la hipoteca.

El precio de la vivienda nos empobrece mucho y muy rápido. No es un problema que pueda esperar.

¿Quién se beneficia?

Como en una novela negra, solo hay que seguir la pista de quién se enriquece más con la escalada del precio de la vivienda para encontrar a los que utilizan su poder para seguir inflando el precio de la vivienda, en particular el de los alquileres.

Hace bien poco, una de las principales Socimis (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria), Testa Residencial -la mayor empresa privada del mercado de alquiler, y propiedad de Santander y BBVA, descontando los fondos buitre- sacó un informe donde anunciaba su interés de subir el precio de sus viviendas de alquiler en un 25% para la obtención de mayores beneficios. ¿Más claro?

El alquiler se ha convertido en una nueva fuente de ganancia de bancos y monopolios, en contra de la mayoría de la población. Con la crisis y la explosión de la burbuja financiera, ha aumentado la demanda de pisos de alquiler. Y los bancos y monopolios no quieren que se les escape, por lo que, poco a poco han empezado a invertir más ahí. Es en la expectativa de negocio de especulación donde podemos encontrar la clave, o al menos una de las claves más importantes, de la subida del alquiler.

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