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El PP critica con dureza a Iberia por subordinarse a los dictados de IAG

Hasta ahora solo la ministra de Fomento, Ana Pastor, había sugerido que Iberia estaba siguiendo demasiado la línea marcada por el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, y que no se estaba cumpliendo el objetivo que le habían manifestado los ejecutivos de ambas compañías. En su encuentro con los máximos responsables de Iberia y British Airways le habían explicado que se trataba realmente de una fusión completamente distinta, una fusión entre iguales. En el futuro permitiría el funcionamiento de la matriz (IAG) y de las dos empresas fusionadas (Iberia y British Airways) sin que ninguna de ellas tuviera que desaparecer. No era la información que recibía de otras fuentes, como las del sindicato de pilotos o el personal de cabina o de tierra. Ahora se ha sumado a estos temores el propio partido. El portavoz de Fomento del Grupo Popular, Andrés Ayala, denunciaba este martes que Iberia está subordinada totalmente a los dictados de IAG, holding en el que se integra tras su fusión con British Airways (BA).

No es la única queja que se produce en el entorno del Partido Popular en las últimas horas mientras sigue presionando para tratar de lograr un cambio en la gestión de la compañía española. Rehúsan hablar de personas ‘non gratas’, pero consideran que ni el presidente de Iberia ni su consejero delegado defienden los intereses que defiende su partido de cara al futuro de la compañía Iberia. Y se han producido ya varias reuniones entre algunos de los accionistas de Iberia y representantes del Partido Popular para tomar decisiones al respecto. Siempre por supuesto respetando la normativa vigente.

Coinciden estas reuniones con las manifestaciones de Andrés Ayala quien considera que para entender sus manifestaciones solo hay que leer las últimas declaraciones del consejero delegado de IAG, Willie Walsh, al Telegraph, del pasado día 3 de marzo. El Partido Popular no quiere equívocos y ha expresado su opinión a través de un comunicado.

Ayala recuerda en el mismo que el expiloto reconvertido en gestor, Willie Walsh, afirma tajante que «British Airways sin duda se beneficia de esta fusión; British Airways se beneficia de la coordinación que IAG hace en relación con la actividad de Ibera, porque Iberia no está compitiendo con British Airways, está complementando a British Airways».

Para el portavoz popular de Fomento en el Congreso de los Diputados quien debería dar explicaciones por haber propiciado que la situación de Iberia haya llegado a estos extremos es José Blanco, «que no es otro que el que ha sido el peor ministro de Fomento de la democracia», aunque Ayala no hace referencia al nombre concreto del exministro socialista.

Según el comunicado la situación de Iberia es consecuencia de una fusión «mal tutelada, mal orientada y sin previsión alguna que auspició y bendijo el anterior Gobierno socialista», y «no cabe en cabeza humana que lo que se nos vendió como una fusión entre iguales se haya convertido en una subordinación total a los dictados de IAG».

Pide apoyo a los socialistas para que el Gobierno pueda solucionar la más que delicada situación en la que se encuentra Iberia y que no traten de buscar la crítica y el enfrentamiento permanente, por la comparecencia solicitada por Rafael Simancas de la responsable de Fomento.

Ayala se pregunta si la petición será para que comparezca la actual titular de Fomento, Ana Pastor, o el anterior ministro socialista. Ayala, en alusión a las complicaciones legales que puede afrontar el exministro Blanco, ha pedido a Simancas que si se trata del exministro Blanco «se dé prisa no sea que vaya a llegar tarde». La ironía disgustó ayer especialmente a los medios socialistas que expresaron a capitalmadrid.com que su objetivo es que se haga algo y no dejar pasar el momento que puede no tener vuelta atrás.

Mientras tanto los sindicatos han alertado de que uno de los problemas que afronta la compañía, aunque no sea el principal, del elevado número de ejecutivos por aeronave en funcionamiento, no solo no se va a solucionar sino que se agravaría con la actual propuesta de ERE. De los 3.807 empleados que se propone despedir la compañía, solo 15 son ejecutivos en un porcentaje claramente inferior del resto de colectivos, pese a que la compañía está sobredimensionada en este aspecto.

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