Siempre son los más discretos. Se supone que los fondos del mercado de capitales —fondos de inversión en Estados Unidos que compran deuda a corto plazo emitida por empresas, bancos y gobiernos— son inversiones seguras y similares al efectivo que llevan una vida tranquila en las escalas inferiores del sistema financiero.En épocas normales, estos fondos, que en conjunto gestionan más de US$2,5 billones (millones de millones), deberían guardarse en un cajón y olvidarse. Pero los últimos años no han tenido nada de normales. Esto ha dado pie a un torbellino de actividad regulatoria, encabezada por la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU., que podría cambiar de forma fundamental la naturaleza de este gigantesco sector.El asunto es muy simple, aunque aterrador: los fondos del mercado de capitales se han vuelto instituciones «sistémicas», cuyo tamaño, interconexión y comportamiento tienen el potencial de causar un perjuicio serio a compañías, inversionistas y la economía en general (…)