Por la mañana, el PNV aprobaba con Bildu un preámbulo donde se reconoce a Euskal Herria como nación, se exige el derecho a decidir y se reclama una relación bilateral entre Euskadi y España. Y por la tarde recibía los halagos de Rajoy por permitir en el Congreso la aprobación de los presupuestos.
¿Una vela a Dios y otra al diablo, siguiendo las tácticas jesuíticas que tanto rédito le han dado al PNV? No exactamente. El PNV no va a sumarse a un camino catalán cuya estación de llegada es el 155, ni va a renunciar a seguir exprimiendo la extraordinaria rentabilidad de su papel como actor clave en la política española. Pero, en un previsible escenario donde los ataques contra la unidad persistan, y aprovechando la nueva situación creada tras la disolución de ETA, también quieren tener cartas en una partida que debilite a España.
Al mismo tiempo que Andoni Ortuzar, presidente del PNV, publicaba en Deia un artículo exigiendo a Puigdemont “abandonar las posiciones personales y trabajar por un govern viable”, su partido parecía querer poner la primera piedra de un “procés vasco”.
En la comisión que prepara una propuesta de nuevo estatuto, el PNV se unía a EH Bildu para aprobar un preámbulo que define a “Euskal Herria como la nación de los vascos”, contempla el derecho a decidir como “la capacidad de los vascos para decidir, expresar y ejercer su voluntad colectiva”, y reclama una nueva relación “de igual a igual con el Estado español”, basada en la bilateralidad y de naturaleza “confederal”.
La música suena muy parecida a la que se tocó en Cataluña en 2012 para abrir un procés que ha generado una fractura entonces imprevisible. Pero las condiciones son muy diferentes.
El PNV gobierna en Euskadi en coalición con los socialistas, y ha recibido el apoyo del PP para aprobar los presupuestos autonómicos. Y la continuidad del 155 no ha sido impedimento para que permitiera a Rajoy aprobar los presupuestos, cobrándose a precio de oro ese apoyo. Ante la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, el PNV ha vuelto a sacar la calculadora, analizando costes y beneficios.
Ni Urkullu ni Orduzar van a “echarse al monte”. Tienen muy presente el espejo catalán, donde el histórico poder de CiU se ha dinamitado. Y sigue pesando el recuerdo de como la “vía Ibarretxe” le costó la pérdida del gobierno vasco.
¿Por qué entonces aprueban una redacción del nuevo estatuto que excepto el apoyo de Bildu todos los demás partidos vascos, desde el PP a Podemos, han rechazado?
Se ha incluido en una propuesta, y no en un texto definitivo. Y se limita al preámbulo, como declaración de intenciones sin peso jurídico. Mientras en el preámbulo se afirma que Euskal Herria comprende territorios españoles, incluida Navarra, y franceses, en el articulado se limita a las tres provincias de la actual comunidad autónoma vasca. Y la exigencia del “derecho a decidir” no viene acompañado, como en Cataluña, de ninguna intención por impulsar un referéndum ilegal.
Esto no quiere decir que sea un movimiento inocuo. La dirección del PNV valora que con la continuidad del conflicto catalán la unidad seguirá cuestionada, y de forma calculada y sin exponerse a recibir daños, quieren sumarse a ese juego.
Aprovechando de manera torticera la situación creada tras la disolución de ETA. Cabe recordar que el New York Times deslizaba hace pocos días que “la realidad ha impuesto que el abandono del terrorismo es imprescindible para poder avanzar hacia la independencia”.
Ya hay convocado, para el próximo 18 de noviembre, un referéndum por la independencia en San Sebastián. Lo impulsa la plataforma Gure Esko Dago, pero a su presentación acudieron cargos tanto de Bildu como del PNV. Para promocionarlo se celebrará el 10 de junio una cadena humana que unirá Bilbao y San Sebastián. Todo, en el contenido y en las formas, inspirado en el procés catalán.
Bajo otras formas y en otro grado, pero resulta preocupante los pasos por extender a Euskadi el desafío contra la unidad que vivimos en Cataluña.
kenobi dice:
Anda y que les den,un muro a la soviética,con ametralladoras ponía yo en Ajuria Enea,hala,ya tenéis Estado própio.¿El mejor?Vizcaino Casas en sus «autonosuyas»,que mira que era franquista,pero te partes de risa con sus libros.Los de Kuenka habalmos en Farfullo,tenemos derecho a decidir también y vamos a montar un Estado étnico «Kuenka RH+» con ejércto,con un Seat 600 con un enano dentro,que matar no mata,pero desmoraliza.Macho,es que lllevan desde el impresentable del Sabino Arana dando la plasta y como el conejo Duracell «y siguen y siguen»