El ex ministro colombiano de Defensa y posible presidenciable, Juan Manuel Santos, principal «pistolero» de Uribe, quedó a salvo de una petición de captura de un juez ecuatoriano, luego de que la orden fuera rechazada por la Interpol. Quito reclamaba a uno de los ministros más duros del gobierno de Alvaro Uribe por el ataque contra el territorio ecuatoriano del 1º de marzo de 2008, cuando aviones y soldados colombianos bombardearon y destruyeron el campamento del entonces número dos de las FARC sin autorización del país vecino. En el ataque murieron 25 personas, incluidos ciudadanos ecuatorianos.
La Interol había recibido el viernes la petición de detención contra Santos presentado por el juez Daniel Méndez, de la ciudad de Sucumbíos. Ante la eventualidad de que fuera aceptado, Bogotá adoptó medidas para blindar a Santos, quien se encuentra en Londres. El presidente Uribe, que calificó al magistrado de «auxiliar del terrorismo», movilizó el aparato estatal en torno del ex ministro, uno de sus más estrechos aliados políticos, y advirtió que «no lo dejaría tocar». Si Uribe no logra reformar la Constitución para introducir un tercer mandato presidencial, Santos sería el favorito dentro del uribismo para sucederlo.Para ello se creó un comité especial integrado por los ministerios de Relaciones Exteriores, Justicia y Defensa, y por la Fiscalía General, para diseñar una estrategia de defensa de Santos. Además, la Cancillería colombiana le extendió la vigencia de un pasaporte diplomático para darle inmunidad durante el tránsito por aeropuertos internacionales. El gobierno de Uribe también solicitó medidas cautelares para Santos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).Santos heredero de una saga Oligárquica y política Colombiana con ancestros en la presidencia de la nación, formado en EE UU, aupado a la gerencia de empresas estatales y a la dirección de los monopolios de la información de la familia en concreto el diario Tiempo. Salto a la política como ministro de Hacienda de Andrés pastrana, involucrado en escándalos de corrupción, acabo llevando a cabo como agente del imperio, lo que mejor sabia hacer ser el pistolero que le diera una vuelta de tuerca al proyecto de EE UU, El plan Colombia enmascarado en ese engendro que llamaron «política de seguridad democrática».Escándalo tras escándalo sacuden el palacio presidencial y señalan la figura de Álvaro Uribe y su ministro de defensa, Juan Manuel Santos. Sus vínculos con el narcotráfico, el paramilitarismo y la Casa Blanca dan forma a una política que se impone a la fuerza, acallando toda oposición con amenazas, muertes y desapariciones. Las víctimas civiles incluyen a líderes políticos, defensores de derechos humanos, intelectuales, periodistas, sindicalistas, campesinos y población indígena, con el principal objetivo de usurpar sus tierras para beneficio de empresas agroindustriales e industriales o de explotación de recursos naturales por parte de multinacionales y de la oligarquía local.Un gobierno formalmente democrático, sobre el cual se cimenta una inusitada y persistente ejecución de Crímenes de Lesa Humanidad. La violencia institucional (Fuerzas Armadas y Organismos de Seguridad), parainstitucional (organismos paramilitares) y extrainstitucional (sicarios y asesinos a sueldo), enmarcada en la Doctrina de la Seguridad Nacional y en la teoría del Conflicto de Baja Intensidad, persigue acabar con toda persona y organización social, gremial o política que confronte las injustas estructuras socio-económicas y políticas vigentes. El asesinato de líderes populares y políticos de oposición, la desaparición forzada, las masacres de campesinos, los bombardeos de zonas rurales, la detención ilegal, son varios de los instrumentos utilizados en la sistemática y permanente violación de los más elementales derechos.La coalición que controla el poder legislativo colombiano, del partido de Uribe o sus aliados, se encuentra con la mayoría de sus miembros investigados por vínculos con el paramilitarismo. Setenta están siendo investigados y la mitad están presos, entre ellos familiares cercanos al presidente.Esta situación ha llevado al destierro a más de 10.000.000 de colombianos, quienes han debido desplazarse dentro o fuera de su país. Esta situación se ha agravado especialmente en los últimos años, durante el mandato del actual presidente Álvaro Uribe.Los medios en Colombia (dentro de ellos, los regentados por la familia) lo declararon al año anterior, 2008, el personaje del año. Justo cuando se supo que los logros y victorias de la cartera militar estaban salpicados de «falsos positivos». Manera como la prensa maquilla más de 1.500 asesinatos, precedidos de desapariciones y torturas a que han sido sometidos anónimos ciudadanos cuyos cadáveres son luego presentados como caídos en combate y por los cuales algunos miembros del estamento militar cobran prebendas.El otro caso que encumbro al pistolero Santos a los altares de la colaboración con el imperio fue cuando tropas colombianas y aviones norteamericanos atacaron un campamento clandestino de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador, causando la muerte de 26 personas, entre ellas el ‘número dos’ de esa guerrilla, ‘Raúl Reyes’, en una acción que la OEA calificó de violación de la soberanía e integridad territorial de ese país.Ese día el presidente de Venezuela Hugo Chavez dijo de el pistolero Santos, refiriéndose a los rumores de que se iban difundiendo por Colombia de la candidatura de este a la presidencia, «De vez en cuando se vuelve loco y dice que van a buscar a los terroristas allá donde se encuentren. Una locura, y quiere ser presidente de Colombia», «Imagínense la amenaza para la paz de este continente con un caballero como ese, si logra su objetivo», apuntó el gobernante venezolano, quien señaló que Santos «es el pupilo de la extrema derecha yanqui’.