Relevo militar de EEUU en Afganistán

El Pentágono ata en corto el frente afgano

El relevo tajante y sumarí­simo del que hasta ahora era comandante estadounidense y jefe de la OTAN en Afganistán, el general David McKiernan -suceso que se produce muy raramente en medio de una guerra- demuestra hasta que punto el Pentágono y su máxima cabeza, el Secretario de Defensa Robert Gates están dispuestos a cambiar la estrategia en el paí­s afgano para reconducir el peligroso curso de los acontecimientos. El sustituto del defenestrado es el general Stanley McChrystal, un especialista en guerra no convencional y contrainsurgencia.

Aunque tales cosas no suelen salir a la luz, es conocida la lista de desavenencias entre el oderoso Robert Gates –el secretario de Defensa que sustituyó al halcón Rumsfeld, y que ha sobrevivido a la administración Bush- y el general David McKiernan. “Hoy tenemos una nueva política establecida por nuestro presidente. Tenemos una nueva estrategia, una nueva misión y un nuevo embajador. Creo que un se necesita un nuevo liderazgo militar, dijo Gates ayer al relevarle”. Y efectivamente McKiernan, especialista en guerras convencionales, parecía incapaz ya no de aportar nuevas ideas, sino de asimilar y desarrollar las líneas generales que la nueva estrategia de Obama han marcado para Afganistán. El enojo de Gates llegó al límite la semana pasada, cuando el secretario de Defensa visito in situ la situación en el frente: McKienan trató de justificar el avance talibán y el devenir de Afganistán por la escasez de tropas con las que contaba. Cuando el lunes preguntaron a Gates si la carrera militar de McKiernan estaba acabada, el secretario costestó un seco "probablemente".En cambio, el boina verde Stanley McChrystal comprende a la perfección la nueva estrategia para Afganistán, porque está basada en su propia experiencia en Irak. Segundo de Petraeus y teniente general del cuerpo de Operaciones Especiales, McChrystal ha sido condecorado por la detención del ex presidente Sadam Husein y del jefe de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al-Zarqawi. El sustituto domina el campo de la inteligencia militar, clave para la táctica que el Pentágono ha fijado: ganarse a la población, a los líderes tribales de los pashtún y a los sectores más cooptables de los talibán.Al contrario que su incompetente antecesor, McChrystal no ha pedido más hombres –cosa que tendrá de todas maneras: 21.000 soldados estadounidenses y 4000 más de la OTAN- sino más autoridad, para tratar con un gobierno Karzai demasiado díscolo en ocasiones y para llegar a pactos con los talibanes al margen de la opinión de Kabul. Su relación con Gates se adivina más empática, no sólo por el coincidente enfoque militar del avispero afgano, sino porque el secretario de Defensa ha colocado de segundo de a bordo de McChrystal a su propio primer ayudante militar, el general David Rodríguez. Otra prueba de que Gates quiere tenerlo todo “atado y bien atado” en Afganistán. No están dispuestos a tolerar ni un revés más.

Deja una respuesta