Los datos que reveló ayer la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre muestran un cambio de tendencia significativo en lo que se refiere al empleo indefinido. Por primera vez en 14 años, ha retrocedido el empleo asalariado de carácter fijo. Y no, precisamente en una cifra pequeña. De los 106.000 trabajadores asalariados que han perdido su empleo entre abril y junio, prácticamente la mitad (52.000) tenían anteriormente un puesto de trabajo fijo.
EXPANSIÓN. Acuciado or los compromisos que ha ido adquiriendo, el Gobierno incrementa la presión fiscal, mientras otros países, como Alemania, Francia, Portugal, Reino Unido, India, Estados Unidos o Brasil, están poniendo en marcha políticas de recortes fiscales, fundamentalmente para las empresas, que dejan en inferioridad de condiciones al tejido empresarial español. El vértigo de la crisis está llevando al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a tomar la peligrosa senda de un déficit público insostenible que hará muy difícil que España recupere la senda de Maastricht en 2012. Opinión. El Confidencial EL PARO ACECHA Carlos Sánchez (…) En la economía española, los primeros que cayeron fueron los trabajadores del sector de la construcción (323.000 parados más en los últimos doce meses), lo que supone un increíble aumento del 82%. Posteriormente, la crisis se cebó en los trabajadores con contrato temporal: 981.000 parados más que hace un año (+19,8% en términos relativos). Pero ahora el ajuste está llegando a los trabajadores que en teoría estaban más protegidos, los que disfrutan de un contrato indefinido. Los datos que reveló ayer la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre muestran un cambio de tendencia significativo en lo que se refiere al empleo indefinido. Por primera vez en 14 años, ha retrocedido el empleo asalariado de carácter fijo. Y no, precisamente en una cifra pequeña. De los 106.000 trabajadores asalariados que han perdido su empleo entre abril y junio, prácticamente la mitad (52.000) tenían anteriormente un puesto de trabajo fijo. Y de los 135.000 asalariados fijos que han perdido su empleo en el último año, más de la tercera parte corresponden al segundo trimestre de este año, lo que da idea de la aceleración del fenómeno. Y es que los datos de la EPA muestran un cambio cualitativo en el mercado de trabajo que va mucho más allá de las cifras. Y eso que los datos son sobresalientes. Por primera vez desde el segundo trimestre de 2005, la economía española ha bajado de los 19 millones de ocupados. O por primera vez desde el año 2001, la población activa ha decrecido, lo que ha permitido amortiguar la subida del paro. Cada vez menos gente busca empleo simplemente porque está convencida de que no lo encontrará. La dualidad de la legislación laboral había permitido hasta ahora que los trabajadores indefinidos capearan mejor la mala coyuntura económica, pero en el segundo trimestre todo ha cambiado. Y ha cambiado tanto que, por primera vez en la historia, la temporalidad en el sector público es superior a la del sector privado. En concreto, un 25,4% frente al 25,2%, si bien en el caso de las mujeres se llega a un histórico 30%. Es decir, por un lado el trabajo fijo ya no es sinónimo de seguridad en el empleo, lo cual tiene un impacto importante sobre las rentas familiares, ya que el empleo del sustentador principal de los hogares suele ser de carácter indefinido. Pero, por otro, las administraciones públicas están sosteniendo el nivel de empleo gracias a la temporalidad. Porque si algo deja claro la EPA del segundo trimestre es que el sector público, en un contexto recesivo y con un creciente déficit presupuestario, sigue creando empleo. En concreto, 22.000 puestos de trabajo en el último trimestre. O 110.000 puestos de trabajo en el último año. En estos momentos, según la Encuesta de Población Activa, 3.051.100 personas trabajan para el sector público. Es decir, uno de cada cinco asalariados. Los datos de la EPA inciden, asimismo, en un terreno ya abonado. Esta crisis la están pagando los jóvenes, que están perdiendo su empleo de forma cada vez más acelerada. Hasta el punto de que el nivel de ocupación en ese segmento se ha desplomado un 39% entre quienes tiene 16 y 19 años. Y un 25% para los jóvenes con edades comprendidas entre 20 y 24 años. Dicho en otros términos, mientras que el desempleo a nivel general roza el 18%, entre los jóvenes menos de 25 años se alcanza un estratosférico 38%, la tasa más elevada desde hace doce años. La radiografía de la EPA refleja, igualmente, un fenómeno incipiente, pero representativo. Las casi nulas probabilidades que tiene un joven de encontrar un puesto de trabajo. De hecho, y según datos de Agett, la patronal de empleo temporal, el desempleo de larga duración ha aumentado un extraordinario 162,8% en el último año (hasta afectar a 162.000 jóvenes que han acabado su ciclo académico, pero que no son capaces de encontrar un puesto de trabajo. EL CONFIDENCIAL. 25-7-2009 Editorial. Expansión LA SENDA DEL DÉFICIT INSOSTENIBLE Como dijo ayer en un comunicado el Círculo de Empresarios, es necesario retomar el diálogo social, pero sin que exista sobre la mesa ninguna línea roja. En un contexto tan dramático como el que vive la economía española sería una pérdida de tiempo y una irresponsabilidad que los sindicatos y los empresarios eludieran hablar claro. ¿Cuál es el proyecto de cada uno? ¿Qué van a aportar para sacar al país de la parálisis? Y en esta coyuntura, el Gobierno no puede limitarse a ser el palmero de una de las partes. Tiene la obligación de mirar a su alrededor para ver lo que están haciendo otros países, de analizar las debilidades que España tiene para competir y de articular políticas eficaces -en ningún caso fáciles ni populares- que estimulen la competitividad, para volver a crecer a un ritmo que permita crear empleo. De momento, los datos demuestran que, entre las medidas que están adoptando los gobiernos de las principales economías, las del Ejecutivo español no destacan por su valentía. En materia fiscal, España apuesta en estos momentos por una subida de impuestos, ante la incapacidad para recortar gastos. El Gobierno ya ha anunciado la eliminación de la deducción por la compra de vivienda o la reducción de la de I+D+i. Por contra, la rebaja del impuesto de sociedades para pymes, que el presidente anunció en el Debate sobre el Estado de la Nación, se ha difuminado, entre otras cosas porque una de sus exigencias era que las empresas que se fueran a beneficiar mantuviesen el empleo, algo harto difícil en la coyuntura actual. Mientras, acuciado por los compromisos que ha ido adquiriendo, el Gobierno incrementa la presión fiscal, otros países, como Alemania, Francia, Portugal, Reino Unido, India, Estados Unidos o Brasil, están poniendo en marcha políticas de recortes fiscales, fundamentalmente para las empresas, que dejan en inferioridad de condiciones al tejido empresarial español. El vértigo de la crisis está llevando al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a tomar la peligrosa senda de un déficit público insostenible, como dice Funcas, que hará muy difícil que España recupere la senda de Maastricht en 2012. Para que eso fuera posible, los técnicos creen que los ingresos deberían crecer a un ritmo importante, lo que hoy por hoy parece inviable. EXPANSIÓN. 28-7-2009