Historia

El oeste esquizofrénico

La noticia es la venta de una foto de «Billy, el Niño» por 2,3 millones de dólares. Solo una excusa. El interés está en una terrible pero pequeña cifra que encierra dos realidades enfrentadas sobre la historia de la formación de la superpotencia norteamericana. La desaparición del salvaje oeste y la transformación de los forajidos en leyenda suscribe la formación del estado burgués norteamericano.

Todo el mundo ha visto alguna vez en su vida un western y las ideas contradictorias que ha difundido este género. Por una arte la vida en la frontera de los Estados Unidos hacia el oeste llena de polvo, whisky, caballos y violencia. Forajidos despiadados que eran doblegados por valerosos sheriffs y marshalls imponiendo la ley el orden y la paz. Y por otra cientos de historias de “hombres libres”, asalvajados pero leales y queridos por la gente, que hasta su mitificación eran una parte más del pueblo norteamericano en su territorio más desconocido y fuera del control del Estado. Antes de que se inventara la imagen en movimiento eran las novelas las que transmitían este retrato de la vida de frontera, a través de novelistas que recorrían las localidades buscando historias que luego se convertirían en best sellers. La realidad, sin embargo, es muy otra. Los registros de actuaciones criminales en las ciudades y pueblos del oeste muestran una vida mucho más aburrida, y sobre todo mucho más segura. De hecho, un artículo publicado en el Journal of Libertian Studies revela que el crimen en las ciudades del oeste no solo no era alto, sino que resultan ridículos en comparación con los actuales. Al mismo Billy el Niño se le habían atribuido hasta ahora más de 20 asesinatos, que ahora los estudiosos reducen a 9, dos de ellos en defensa propia y otros dos escapando de la justicia ante su inminente ejecución. Un artículo publicado por Ryan McMaken en el Mises Institue recoge esta y otras aportaciones a la literatura sobre la criminalidad decimonónica en los Estados Unidos, que coincide en la violenta discrepancia entre el mito y la realidad del oeste violento. Por ejemplo, en la ciudad de Dodge City, que aparece en los western como ejemplo de ciudad violenta y que de hecho había adquirido esa fama en su tiempo, registró cinco homicidios en 1878, lo que hacía de ese año el más sangriento. De 1876 a 1885 se produjeron en esa ciudad quince homicidios, y en todas las grandes ciudades ganaderas de Kansas de 1870 a 1885, 45. McMacken afirma que "la historia del Oeste es principalmente una historia de trabajo duro, comercio, tedio y paz". Henry McCarty, más conocido como «Billy the Kid», es probablemente uno de los mitos más universales del Viejo Oeste americano. De origen irlandés, se cree que nació el 23 de noviembre de 1859, aunque los historiadores no logran ponerse de acuerdo sobre su lugar de nacimiento. Realmente la mayor parte de su historia transcurre en el condado de Lincoln, en Nuevo México, y en sus alrededores convertido ya en un pistolero. La única fotografía que se hizo en toda su vida, el origen de la noticia, fue captada hace 132 años. La placa en cuestión fue captada en la localidad de Fort Sumner (Nuevo México) mediante una rudimentaria técnica fotográfica que utilizaba placas de metal. Recoge la imagen de Billy el Niño de pie, mirando a la cámara y apoyado en su winchester de repetición.A lo largo de su vida “Billy the Kid” utilizó al menos dos nombres: Henry Antrim y William H. Bonney. Vivió apenas cuatro años en el condado de Lincoln, en el que comenzó como vaquero y acabó por ser uno de los pistoleros más famosos del territorio. El nuevo sheriff de la localidad, Pat Garrett, capturó en diciembre de 1880 a Billy, por el que se ofrecía una recompensa de 500 dólares. El forajido fue condenado a muerte, pero a la espera de su ejecución se fugó en abril de 1881 matando a sus dos guardianes. Tres meses después de su fuga, Garret y sus ayudantes cercaron a Billy en las afueras de Fort Sumner y le dieron muerte en una situación confusa. El caso es que el 14 de julio de 1881, a los 21 años edad, Billy el Niño murió de un tiro de escopeta en el estómago. Su carrera de pistolero, fulgurante y sangrienta, había terminado. Su historia es la de cientos de forajidos, de los cuales solo unas decenas se convirtieron en verdaderos mitos, pero que han servido para “trastocar” la razón de su ensalzamiento. El “salvaje oeste” fue un territorio que se constituyó sobre la base de una conquista territorial basada en familias de colonos que construían las ciudades como asentamientos originales en torno a la diferente actividad, ganadera, minera o agrícola, que desarrollasen. Toda esta zona escapó durante mucho tiempo al control del Estado y, por lo tanto, al ejercicio del “imperio de la ley”, con todo lo que eso conlleva para los intereses y beneficios de las clases dominantes incipientes norteamericanas. Películas como “Los 7 magníficos”, “Grupo Salvaje”, “El fuera de la ley” o “Sin perdón”, son un homenaje a esa época y los valores que tejían esa parte de la sociedad, muy alejados de la imagen vil y pendenciera que se ha transmitido en otras tantas cientos de producciones. Al igual que “Gangs of New York” nos permite comprender algunos elementos que fueron determinantes en el sometimiento de la población de la gran urbe en crecimiento y sus suburbios habitados por la clase obrera inmigrante y local, grandes directores, salvando las distancias, como Sam Peckinpah, nos ofrecen otra versión del oeste americano y el nacimiento de una histórica esquizofrenia americana: la “necesidad” de doblegar la democracia y la libertad para construir un Imperio que llegaría mucho más allá de sus fronteras, a todas las fronteras.

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