El octubre eléctrico más caro del último lustro

La factura de la luz se ha disparado un 7% -superando los 182,54 euros por megavatio, el máximo anual registrado- en el mes de octubre más caro de los últimos seis años.

Pretenden que pasemos por alto las sobradamente denunciadas, probadas y condenadas prácticas ilegales -de cártel monopolista- que usan estos gigantes para jugar con la factura de la luz. Hace exactamente un año, la CNMV condenó a las electricas por alterar la producción hidráulica… a 25 millones de euros, una pequeña menudencia comparado con el pingüe lucro de su saqueo.

Pretenden que olvidemos que son las mismas eléctricas que han diseñado un modelo energético hecho a medida de sus intereses oligopólicos. Un sistema donde -pase lo que pase- ellas nunca pierden, y las «condiciones climatológicas adversas» siempre caen sobre los bolsillos de las clases populares, y jamás sobre sus gigantescos beneficios. Las tres grandes eléctricas han ganado 56.000 millones de euros en los tres años anteriores, subiendo sus beneficios de conjunto en un 9% el año pasado. Lideradas por Endesa, que subió sus beneficios un 30% en 2016; seguida por Iberdrola con un 12% más. Estas dos compañías sministra electricidad al 80% de los hogares en España.

Pretenden que caiga en el olvido el «rescate encubierto» que recibió el sector eléctrico en forma de «déficit de tarifa»: 25.000 millones de euros de dinero público. Dinero que no solo pretenden no devolver, sino que no ha frenado en lo más mínimo la indignante escalada del precio de la electricidad, que ha subido ¡más del 80% en los últimos diez años!

Pretenden que les perdonemos que mientras esas grandes eléctricas se han forrado a costa de nuestro bolsillo, han decretado y ejecutado de forma inmisericorde 7,3 millones de cortes de luz, dejando a millones de familias en la más absoluta indignidad -en especial en invierno- de tener que elegir entre comer o calentarse. Sumando a la carestía de los suministros se suma la precariedad y el fin de los subsidios, lo que empuja a la antigua clase media a la vulnerabilidad. Una pobreza energética que alcanza el millón y medio de hogares en 2017, el 8% de las familias de nuestro país.

Pretenden enterrar que mientras hablan de «escasez de fuentes de energía» e incluso ponen el grito en el cielo cuando se habla de cerrar centrales nucleares -una bomba de relojería sobre nuestra vida y el medio ambiente- alarmando sobre cuánto subiría el precio de la luz… es la mano y los intereses de esos mismos monopolios los que están detrás del abyecto «impuesto al Sol», una ley para impedir que los hogares y las empresas produzcan -en todo o en parte- su propia energía y puedan vender el resto a la red eléctrica, aumentando la oferta y bajando los precios para los demás consumidores.

Es hora de desenmascarar sus pretensiones, de destruir una por una sus excusas y sus explicaciones. La brutal subida del precio de la electricidad, el atraco tarifario perpetuo… no tiene nada de «natural». Ni desde el punto de vista de la Naturaleza, ni desde el punto de vista de las propias leyes del capitalismo. ¿Cuándo se ha visto que el precio de una mercancía -en este caso la energía eléctrica- no disminuya con el tiempo al aplicar una mayor cantidad y calidad de medios de producción para generarla?.

Son los intereses monopolistas los que imponen esta condena a todos nuestros bolsillos, o a pasar frío y penurias a millones de trabajadores.

Es hora de exigir una ley que fije precios máximos para servicios básicos como la luz, acabar con el «déficit eléctrico» y juzgar a las eléctricas por haber inflado durante años el precio para atracar a la población.

Pero sobre todo es tiempo de abrir el debate sobre la nacionalización del sector eléctrico. Recuperando en manos públicas el mercado de la producción y distribución de la electricidad, para ponerlo a funcionar en función de los intereses populares y nacionales. Arrancando este estratégico sector de las manos monopolistas para poner la producción de una energía barata, limpia y sostenible en función del desarrollo industrial y de las necesidades de la gente.

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