Conferencia de Seguridad en Munich

¿El nuevo tono de la Casa Blanca?

La Conferencia de Seguridad de Munich ha entrado en su segunda jornada de debates marcada por la llegada del vicepresidente de EEUU, Joe Biden y toda una corte de cuadros norteamericanos del más alto rango, desde Kissinger a Richard Holbrooke, pasando por el Consejero de Seguridad Nacional, James Jones. Si en la primera jornada, el tono lo marcaron las delegaciones más complicadas -la rusa y la iraní­- que rechazaron las imposiciones norteamericanas, este segundo dí­a ha comenzado con el ofrecimiento, por parte de Biden, de cooperación con Rusia y de diálogo con Irán.

La Conferencia de Seguridad de Múnich comenzó con un debate sobre el futuro de las armas nucleares, y las intervenciones de los reresentantes de Moscú y Teherán golpearon a los oyentes con la cruda realidad. El presidente del parlamento iraní, Ali Lariyani, -que negó la intención de su país de tener armas atómicas- lanzó una diatriba contra Estados Unidos, país al que acusó de aplicar una política de "doble rasero" al sancionar a Irán por seguir un programa nuclear pacífico y, a la vez, "premiar" a otros países como India o Pakistán que tienen armas atómicas.En cuanto al viceprimer ministro ruso, Sérguei Ivanov, aunque no tuvo la dureza de Vladimir Putin hace dos años -cuando amenazó con responder al escudo antimisiles de EEUU en Europa del Este con un nuevo rearme- advirtió que la iniciativa de Washington pretende intimidara a Rusia, y recordó la oferta del presidente Dimitri Medvedev, que propuso no instalar misiles de corto alcance en Kaliningrado si Washington prescinde del sistema antimisiles en la República Checa y en Polonia.La llegada del vicepresidente norteamericano horas más tarde he intentado cambiar el tono de la cumbre. Refiriéndose primero a Irán, Biden ha declarado que la administración Obama está dispuesta a hablar con Teherán, “pero Irán tiene que decidir si continúa con el camino del aislamiento o si abandona sus planes atómicos y su apoyo al terrorismo", advirtió, dejando claros los límites que tiene para Washington la negociación con el régimen de los ayatolás. Luego se refirió a Rusia, a la que ofreció “cooperar en muchos campos”. En cuanto al Escudo Antimisiles, Biden declaró que sólo seguiría adelante con su sistema defensivo en el este de Europa en "cooperación con los socios de la OTAN y Rusia" y "sólo si resulta tecnológicamente sensato" y "eficiente desde el punto de vista de los costes", dejando claro que era un asunto sobre el cual se podía negociar… a cambio de algo. Rusia, a la que la crisis financiera y del petróleo está empezando afectar seriamente y EEUU han mantenido intensos contactos esta semana, acerca de temas como la necesidad urgente de Washington de abrir una ruta de abastecimiento por las repúblicas ex-soviéticas para sus tropas en Afganistán ante la creciente inestabilidad de la ruta pakistaní, el escudo antimisiles o la reedición del tratado START de no proliferación nuclear. Ambos necesitan cosas del contrario

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