Carlos Bauer, editor y redactor independiente. Estudió Sociología en la UNAM. Fue Jefe de Redacción de la Revista Observatorio Social de América Latina y del medio digital Revolución 3.0. Editorialista en el diario La Jornada. Ha publicado artículos periodísticos en diversos medios.
Me encuentro con Carlos Bauer en la terraza de un café de San Ángel, al sur de la Ciudad de México. Aparece a la hora prevista en una bicicleta roja acompañado por su característica sonrisa irónica que lo hace, de algún modo, entrañable. Carlos Bauer es sociólogo y una voz crítica inconfundible cuando se trata de política nacional, colabora en diversos medios con artículos de opinión en los que sabe equilibrar el humor y la sabiduría a través de frases que se imprimen en la memoria. Es un gran defensor de los memes y en las redes sociales provoca discusiones acaloradas sobre cualquier tema: comida, futbol, frases populares, personajes del barrio y azarosas coincidencias que sabe relacionar de manera magistral con la política. En cuanto empieza a hablar, me doy cuenta de que no pude elegir a nadie mejor para reflexionar sobre el nuevo contexto político de México tras las elecciones del 1 de julio en las que “la izquierda” triunfó de manera aplastante.
¿El triunfo del primer gobierno de izquierda en México representará la cuarta transformación en la historia del país, tal como promete López Obrador?
Carlos Bauer: De entrada es muy optimista creer que es la llegada de un gobierno de “izquierda”. López Obrador triunfa con una coalición amplia, no sólo por los dos partidos que lo acompañan, sino porque la gente que lo apoya viene de estratos muy distintos. No estoy seguro de que podamos considerarlo un gobierno de izquierda.
¿Más bien es de centro?
Carlos Bauer: Tampoco se reclama un centro. Hay un vacío ideológico, es una de las cosas más preocupantes en estas elecciones. Todos los partidos renunciaron a la ideología. Incluso la coalición que quedó en segundo lugar, la alianza entre el partido de la ultraderecha (PAN) con el partido histórico de la izquierda (PRD), no lo tenía claro. En lo económico la coalición de López Obrador incluye a gente que es dogmáticamente neoliberal. Lo que sí marca una diferencia entre López Obrador y los gobiernos que se han presentado desde 1982 es que va a ser un gobierno nacionalista. Después de casi cuarenta años de entreguismo y de supeditar la política mexicana a EUA, que haya un gobierno nacionalista marca un giro radical. Es un poco ridículo que algo tan elemental como la defensa de los intereses nacionales parezca de una radicalidad enorme.
Existen ejemplos en América latina de gobernantes de izquierda que prometieron una gran transformación, pero a la hora de gobernar pasaron sin pena ni gloria.
Carlos Bauer: Hay un riesgo de una decepción muy grande. Sin embargo, debemos recordar que López Obrador gobernó la Ciudad de México en un contexto que también fue adverso (al grado de que intentaron encarcelarlo) y aun así condujo el gobierno más exitoso que ha tenido la capital. Es el gobierno que sigue teniendo la aprobación más alta desde entonces. Eso permite un margen de optimismo, porque ha probado que sí sabe gobernar y que sabe hacerlo en contextos adversos. El otro factor que genera pesimismo en su mandato es el acercamiento que ha tenido con los empresarios.
Comentabas hace poco que no querías ver a lo empresarios salir con una sonrisa después de reunirse con López Obrador.
Carlos Bauer: Exacto. Pero hay que ser muy claros en esto. Cuando digo empresarios, me refiero a un puñado de hombres y mujeres, que son las personas más ricas del país y que se han enriquecido no a base de innovación, sino que toda su fortuna proviene de haber recibido concesiones de bienes naturales o de contratos directos del gobierno. Un caso claro es el de la empresa Herdez, que recibió 200 millones de pesos para la “Cruzada contra el hambre”, la cual se convirtió en una campaña de cohesión política para atraer a los empresarios y darles contratos. Esto es lo que hay que acotar. Cuando digo: “No queremos ver a los empresarios contentos” me refiero a estas personas a las que cada año les condonan miles de millones de pesos en impuestos. No queremos, los que somos de izquierda, que los empresarios evasores de impuestos salgan sonriendo después de reunirse con López Obrador; nos gustaría verlos preocupados.
Uno de los partidos con los que Morena hizo coalición, el PES, es un partido evangelista. ¿Los congresistas del PES serán leales a López Obrador o es posible que se alíen con la derecha?
Carlos Bauer: El PES no obtuvo el 3% necesario para obtener su registro. En los próximos días sabremos si hay impugnaciones. Este es el factor que va a definir el peso de este partido en el próximo sexenio. Por otro lado, estas causas no han sido nunca tema central de la campaña de López Obrador. Sabemos que él en lo personal es una persona conservadora. En su gobierno en la Ciudad de México no hizo mucho por avanzar en estos temas. Hubo avances muy tímidos, el más importante que fue el de “las sociedades de convivencia”, que fue un primer paso para reconocer el matrimonio igualitario. Sin embargo, no se hizo durante su periodo sino con su suplente, Alejandro Encinas, cuando López Obrador ya estaba contendiendo por la presidencia. Se puede decir que sí lo autorizó él, pero no quiso firmarlo. De modo que estos temas (aborto, drogas, matrimonio igualitario) dependerán de la presión social, de los movimientos progresistas que deben ponerlo en la agenda para que no lo pueda eludir.
La derecha quedó malherida después de estas elecciones, ¿el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México por más de ochenta años, está en peligro de extinción?
Carlos Bauer: Creo que va a pasar por una necesaria reconfiguración, pero depende mucho de lo que haga López Obrador, es decir, a ver si logra aniquilar al PRI (risas), quiero decir, electoralmente. Aun siendo su peor votación histórica, el PRI obtuvo 9 millones de votos, que no es algo despreciable. En las próximas elecciones, cuando ya no arrastren el peso de una presidencia fallida, van a ganar muchos votos, porque es un partido que despierta simpatías en un país mayoritariamente conservador.
Con el poder de su lado, Morena debería ir pensando en un nuevo candidato para las elecciones de 2024? ¿Quién podría ser?
Carlos Bauer: Hay periodistas que ya especulan con eso y me imagino que dentro del partido mismo hay también una lucha. La figura más obvia políticamente es Marcelo Ebrard, quien fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, tuvo un gobierno exitoso, impulsó un proyecto propio y tiene un reconocimiento muy alto de las clases medias, no sólo en la capital sino en todo el país. Es algo en lo que supera a López Obrador, quien nunca se ganó el corazón de las clases medias altas. Ebrard sí, por muchos factores, incluyendo el racista. Ebrard es un hombre blanco, formado en universidades extranjeras, habla varios idiomas y proviene de una familia acomodada. Más allá de eso, Ebrard es una opción obvia porque ha demostrado que, teniendo su propia identidad, se ha mantenido fiel a López Obrador; nunca hubo un rompimiento.
¿Y la posibilidad de una candidata?
Carlos Bauer: Tatiana Clouthier (subsecretaria de gobernación), quien fue coordinadora de campaña de López Obrador, fue un fenómeno increíble, la mejor decisión que pudo haber tomado. Le permitió conectar con un sector de la clase media educada con el que él nunca tuvo conexión y Tatiana, mediante inteligencia, humor y el uso de los nuevos medios, logró un impacto impresionante. Ahora bien, tampoco tiene experiencia política.
Luisa María Alcalde (secretaria de trabajo) podría sorprender. Es una persona preparada, de la clase media alta. Ha tenido un fogueo político intenso, tiene compromiso con el partido, presencia social. Hasta ahora no ha tenido ningún escándalo y es, digamos, ambiciosa en un sentido positivo. Si continúa la tendencia actual hacia una feminización de la política, que es necesaria, Alcalde se convertirá en una figura muy fuerte.
Claudia Sheinbaum (jefa de gobierno de la Ciudad de México) tampoco tiene conexión con la gente, en su campaña fue muy notorio. Ella viene de la Academia, es una científica, fue secretaria de medio ambiente y alcalde de Tlalpan, pero, si gano estas elecciones, fue en porque las otras opciones eran pésimas y por el efecto López Obrador. Sheinmbaum tiene un problema de falta de carisma y de malicia.
POLÍTICA EXTERIOR
Durante las campañas había un meme en el que López Obrador molestaba a Trump y en el siguiente recuadro la Ciudad de México aparecía devastada por una bomba atómica.
Carlos Bauer: Un conflicto armado está completamente descartado. La asimetría de los poderes militares de México y EUA lo hacen impensable. El gobierno de EUA sabe todas las claves militares de México, saben dónde están las bases, todo nuestro armamento proviene de ellos. No hay ninguna manera. EUA no tendría nada que ganar. Lo que sí puede haber son rispideces. Si el gobierno mexicano intenta decidir sus propias políticas.
La agenda de López Obrador estaría más emparentada con la de un político como Justin Trudeau. ¿México y Canadá podrían estrechar relaciones?¿Qué pasaría con las grandes mineras canadienses?
Carlos Bauer: Una peculiaridad de Canadá es su capacidad de presentarse como un país amigable a pesar de que tiene algunas de las empresas más agresivas. Hasta ahora, Canadá no ha tenido una política defensora de sus mineras. Hay mineras canadienses responsables de asesinatos de líderes sindicales y Canadá no ha censurado esta actuación, pero tampoco hace de abogado. Dependerá del nivel de afectación.
¿Qué pasará con el TLC (Tratado de Libre Comercio)?
Carlos Bauer: El TLC es lo peor que le pudo pasar a México. El tratado consiste en recibir a las empresas estadounidenses y canadienses a cambio de que los mexicanos siempre tengan salarios más bajos. Ese fue el gancho que dio México: una creación de empleos en la que, sin importar cuánto suba la productividad de los trabajadores mexicanos, hay una garantía de que siempre estarán malpagados. Es la ruina para el país. Somos una sociedad empobrecida apropósito. Dejando esto claro, es necesario admitir que su cancelación no tendría ningún efecto positivo a corto plazo. El TLC es fundamental para los empleos de millones de mexicanos. Si Trump le pone fin al tratado se generaría una crisis mayúscula que acabaría con el gobierno de López Obrador.
¿Cuál será la relación de México con América latina?
Carlos Bauer: México llegó dos décadas tarde al giro a la izquierda de América latina y ahora el giro a la izquierda ya no existe. Hay un reflujo derechista fortísimo, que además es un reflujo golpista. Recordemos que en Honduras, Brasil y Paraguay la derecha regresó por la vía de golpes de Estado orquestados, paradójicamente, por los poderes supuestamente democráticos. Es una derecha muy salvaje, retrógrada y dura porque saben que no tienen legitimidad. Si López Obrador cumple con sus promesas y hace un gobierno de izquierda la relación con estos países será necesariamente mala. Ya que estos países atacan sistemáticamente a Cuba, Venezuela y Bolivia. Ahí ya te doy el nombre de los países clave. Fuera de estos países, lo único que podemos esperar es hostilidad.
Por otro lado, algo urgente es dar un giro radical en el trato que México da a los migrantes de Centroamérica. Los países centroamericanos no nos piden visado y México a ellos sí. Y no sólo eso: si EUA le niega la visa a alguno, México tampoco se la da. Estamos haciendo una labor vergonzosa como aduana de EUA.
España ha seguido con atención las elecciones en México, ¿habrá ahora un acercamiento que ambos países cuentan con gobiernos de izquierda?
Carlos Bauer: Muy difícilmente la relación de México y España va a ser más estrecha de lo que ya fue. Recordemos que los gobiernos del PAN (Fox y Calderón) fueron descaradamente hispanófilos. Había unas filias hasta franquistas que caracterizan al PAN. Y con el PRI, sin que hubiera esta hispanofilia, hubo mucha cercanía en el ámbito empresarial. Sabemos que México hizo inversiones ruinosas en España sólo para apuntalar a empresas españolas. Por otro lado, así como te decía que creo que es optimista llamar a López Obrador de izquierda, creo que también es optimista llamar a Pedro Sánchez de izquierda. Si el nuevo gobierno establece una política nacionalista, en la que no permita los abusos de empresas españolas, el gobierno español se opondría. Porque el gobierno español sí tiene una visión colonial de sus empresas y las asume como una extensión de la “marca España”.
SEGURIDAD
¿Podrá López Obrador poner un alto a la violencia con las políticas anti-corrupción y educativas (“becarios sí, sicarios no”) o es una estrategia ingenua?
Carlos Bauer: El combate a la corrupción por sí mismo no va a acabar con la inseguridad ni con el problema de las drogas. No obstante, es el piso mínimo para resolver cualquier problema. ¿Es ingenuo? Hay dos formas de ingenuidad. La primera es la simple: la de creer que resolviendo la corrupción vamos a resolver todo lo demás. La segunda es la de creer que se puede resolver la corrupción. La corrupción no sólo es una forma de gobierno sino una forma de cohesión política. Los políticos de todo el mundo ven su labor no en términos de servicio público sino en términos de su propia carrera. Y su carrera es dinero.
El problema surge cuando a toda esta gente que entró a la política para hacer dinero le dices que ya no puede hacer dinero, ¿qué pasa? ¿Van a cambiar? ¿O van a quitar al político que les impide enriquecerse? En este contexto, quitar al político puede implicar incluso un magnicidio. Si López Obrador emprende una política seria de combate a la corrupción, existe la posibilidad de que los grupos afectados reaccionen de maneras violentas.
¿Entonces no sería sensato por parte de López Obrador deshacerse, como dijo en campaña, del Estado Mayor Presidencial (seguridad del Presidente de la República)?
Carlos Bauer: El Estado Mayor Presidencial es un símbolo de las élites del poder, de los presidentes intocables. Es lógico que él quiera desprenderse de ese lastre, de esa guardia pretoriana. Pero lo cierto es que en un contexto en el que hubo más de treinta candidatos asesinados durante las campañas electorales y que ha habido más 240mil asesinatos en doce años, debería pensar en una medida intermedia y responsable que cuide su vida sin generar esta lejanía.
El congreso electo es histórico por ser el primero con paridad de género, ¿podemos esperar algún cambio significativo en cuanto a la violencia machista?
Carlos Bauer: Ahí hay dos temas. El primero es un reconocimiento necesario y explícito de que las autoridades actuales le han dado la espalda a las mujeres. Hay una impunidad absoluta. Hay un machismo que permea a los jueces y a los encargados de combatir el crimen. Esto ha dado una impunidad tan grande que el fenómeno se ha salido de control. Reconociendo esto, es necesario preguntarnos otra cosa: ¿Cómo puede el Estado en el corto plazo evitar que un hombre mate a su pareja? Digo esto, porque la gran mayoría de los feminicidios son cometidos por personas cercanas a las mujer, parejas o exparejas. ¿Qué puede hacer López Obrador para evitar que un hombre se sienta dueño de la vida de una mujer y la mate? Es claro que se necesita cambiar la educación, pero en el corto plazo, en seis años, ¿cómo reducir la tasa de feminicidios? Yo no puedo responder a eso con certeza.
¿Va a desaparecer la figura de la Primera dama?
Carlos Bauer: Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de López Obrador, ha dicho explícitamente que buscará la desaparición de esa figura, precisamente porque es clasista la expresión “primera dama”, como si hubiera una jerarquía entre ella y el resto de las mujeres, y también es machista, porque implica que una mujer está atada al trabajo de un hombre. Gutiérrez Müller está en contra de esta figura y sería muy positivo que desapareciera. Mandaría un mensaje de que la esposa del presidente no es un adorno ni una persona que se pasea en las revistas de sociales.
El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa estremeció a la sociedad mexicana. Una de las promesas de campaña de López Obrador fue esclarecer lo que pasó. ¿En caso de que haya complicidad de los altos mandos militares qué hará el presidente?
Carlos Bauer: El gobierno de López Obrador va a ser la prueba de ácido para la institucionalidad de las Fuerzas Armadas Mexicanas. Algo que ha caracterizado al Ejército mexicano, que lo distingue del resto de América latina, es su lealtad frente al poder civil. Desde los años cuarenta, el ejército jamás ha intentado un golpe de Estado ni imponer un presidente, ha seguido las órdenes del ejecutivo… Pero esto ha sido así en un contexto en el que todos los gobiernos han sido de derecha. La existencia de un posible gobierno de izquierda va a poner a prueba su institucionalidad.
Los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa es el caso más emblemático de violación a los derechos humanos en México y es una deuda que si no aborda López Obrador, su gobierno no va a poder presentarse como democrático. Esa desaparición dinamita el Estado de derecho. Lo que ha dicho que hará López Obrador es poner toda la investigación en manos de una comisión internacional, del tipo de la CICIG que opera en Guatemala. Esto le quitaría la presión a la fiscalía mexicana. Si el presidente tiene la verdadera voluntad de resolver estos acontecimientos, esta instancia le permitiría hacerlo neutralizando una posible intromisión del ejército.
ECONOMÍA
¿Será un sexenio de sonrisas y buenas intenciones sin afectar los privilegios de las élites?
Carlos Bauer: Las cosas en México están tan mal, que un pequeño cambio puede producir efectos enormes. Los anteriores gobernaron tan tan mal, que López Obrador no necesita hacerlo ni siquiera muy bien. Aunque ésta es un arma de doble filo, porque la paciencia va a ser corta. La presión social va a ser la clave. No es un simple voluntarismo del gobierno. Los empresarios no dejarán de presionar por sus intereses. Para las élites económicas no somos seres humanos, somos números. ¿La gente se va a organizar para presionar por sus intereses? Esa es la pregunta.
¿Si los precios del petróleo continúan a la baja, México correrá el riesgo de sufrir una debacle como la de Venezuela?
Carlos Bauer: Para bien o para mal, la Reforma energética que hizo Peña Nieto eliminó el petróleo como un factor importante de ingresos para el Estado. Al entregarse a manos privadas, el Estado dejó de percibir estos ingresos, por eso la Reforma energética fue acompañada de una Reforma fiscal que amplió la base de contribuyentes. Esto es lo normal en las naciones desarrolladas, pero en México no sucedía así porque teníamos petróleo. El gobierno podía darse “el lujo” de no recaudar impuestos sosteniéndose en el petróleo. Esto ya no es así. No hay un riego de que nos pase lo que en Venezuela, porque ya no es el recurso clave para el Estado. Las remesas son más importantes, por eso la relación con EUA es tan delicada. Si bien es positivo que México no dependa del petróleo, el cortar esta dependencia se hizo a expensas de la mayoría de la población.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
¿Cuál será la relación de López Obrador con los medios de comunicación? ¿Hará algo para regular el duopolio de Televisa y Tv Azteca?
Carlos Bauer: El duopolio ya no existe. Está muerto. Y no lo mató la democracia, lo mató Netflix. Es claro que sólo hay dos empresas, o tres, que dominan el espectro radioeléctrico, pero su poder político ya no es el mismo. Sus ganancias llevan tres años en caída libre. Están en crisis económica por una crisis de audiencia. Los mexicanos de izquierda tenemos una relación muy hostil con las dos televisoras por su papel en la consolidación de los gobiernos neoliberales. Pero ojo: el hecho de que hayan perdido su poder no es necesariamente bueno porque al dejar de recibir ingresos ahora dependen más que nunca del gobierno y esto es peligroso porque elimina un posible contrapeso.
López Obrador agradeció en su triunfo a “las benditas redes sociales”. Como una persona cuyas opiniones críticas tienen mucha repercusión en Facebook, ¿cuál es tu postura ahora que terminó la campaña?
Carlos Bauer: Las redes sociales sirven para tomar el pulso. Por la manera en la que están diseñadas tienen un efecto de creación de burbujas. Para mantener a los usuarios enganchados les crean un ambiente donde se sienten cómodos. Hay un algoritmo que impide que veas cosas que no te van a gustar. Es muy difícil determinar el papel de las redes, porque a veces me pregunto: ¿Alguna vez llegamos a cambiar la postura política de alguien mediante nuestras publicaciones o sólo generamos resonancia entre gente que ya tenía nuestra misma idea? Más que generar cambios, las posturas se radicalizan. Pero también se movilizan, y eso es positivo. Hacen que una persona que tiene una idea se dé cuenta que no es la única y por lo tanto puede actuar políticamente en consecuencia. También existe el peligro de que nunca salgamos a hacer nada, pero se abre la posibilidad y eso puede ser benéfico en todas las situaciones.
Alejandro Espinosa Fuentes (Ciudad de México, 1991) es narrador, poeta, académico y profesor de literatura. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Novela ‘José Revueltas’ 2015 por «Nuestro mismo idioma», reeditada en España. Estudió la licenciatura de Letras Hispánicas en la UNAM, el máster en Escritura en la Complutense y el doctorado en Teoría Literaria en la Universidad Autónoma de Madrid. Se especializa en el estudio de la ironía en la narrativa hispanoamericana. https://alejandroespinosafuentes.wordpress.com/
LA FUERZA DE LA HISTORIA dice:
el propio izquierdoso se está dando a sí mismo la respuesta en relación al antagonismo, mas no se da cuenta de ello. Piensa en la cuestión nacional como algo elemental y no «una radicalidad enorme», cuando la nación sí es la posición radical. El intelectual anacrónico permanece encadenado a sus categorías de «izquierda», reclamando su seguimiento gubernamental para poder homologarlo a «lo normativo» contra «el neoliberalismo»; cuando en realidad bajo el Imperio, LAS NACIONES SON LAS CLASES. «Sólo conocemos una ciencia: la ciencia de la historia» (Carlos Marx). Los conceptos vivos se hacen ceniza, en un mundo «donde todo lo sólido se desvanece en el aire» (El Manifiesto Comunista). La Hispanidad y sus pueblos vivos enterrarán intelectualmente al corpus mortis que es la intelectualidad desarraigada presa de su abstracción apátrida y occidental.
Patricia Fuentes dice:
Me parece muy esclarecedor, justo dice lo que no podemos dejar de lado, se marcan las posiciones de los actores sociales y vemos el rumbo posible, excelente