Boris Johnson, el "Trump británico"

El “muñeco” de Trump al frente de Gran Bretaña

En apariencia llega al poder para salvar al Partido Conservador del desastre, tras los tres años nefastos del gobierno de Theresa May. Pero la verdad es otra: Boris Johnson llega a Dowing Street para cumplir los designios de Trump: romper a las bravas con Europa y convertir a Gran Bretaña, todavía más, en una “colonia” de EEUU.

Finalmente, la mayoría del Partido Conservador británico (un 63%) ha otorgado el liderazgo del partido y, en consecuencia, el gobierno de Gran Bretaña, al excéntrico, imprevisible y antieuropeo Boris Johnson, ante el temor de que un demagogo mayor, Nigel Farage, acabe convirtiendo al partido en una ruina… y para intentar llevar a cabo el Brexit que Theresa May no consiguió.

Pero lo que mejor define a Boris Johnson no son ni sus excentricidades, ni sus desplantes, ni sus  incongruencias, ni sus escándalos… sino el hecho de ser el líder que, desde la campaña  a favor de la salida de Gran Bretaña de la UE, Donald Trump “eligió” como “su hombre en Gran Bretaña”. De hecho, en su pasada visita a Londres, en junio pasado, el emperador ya lo “nombró” de facto primer ministro, mientras ninguneaba escandalosamente a la que todavía era la primera ministra, Theresa May, a la que despreciaba por intentar un Brexit negociado con la UE.

Boris Johnson llega a Dowing Street con la divisa de  llevar a cabo el Brexit el próximo 31 de octubre (fecha del último aplazamiento) “haya o no acuerdo, y caiga quien caiga”. Teniendo en cuenta que la UE parece muy poco dispuesta a renegociar lo ya acordado en su día con Theresa May y a las pésimas relaciones entre la UE y Johnson (evidenciadas en el breve periodo en que este fue ministro de Exteriores de Reino Unido), las palabras del nuevo líder inglés apuntan directamente a provocar la ruptura total con la UE que Trump viene pidiendo desde hace tiempo.

Boris Johnson llega a Dowing Strret para cumplir los designios de Trump          

¿Pero va a poder Johnson lograr lo que pretende? No parece tan sencillo como se las promete. En principio, el Brexit, bajo una u otra modalidad, necesita un acuerdo por mayoría del Parlamento. ¿Tiene Johnson esa mayoría? Es muy probable que no. Es más, varias resoluciones ya aprobadas por el Parlamento vetan expresamente la posibilidad de un brexit sin acuerdo. Amén de que es muy improbable que el nuevo primer ministro llegue a conseguir los votos necesarios, ya que no  solo escoceses, liberales y socialistas se oponen, sino que una parte importante de los diputados conservadores son contrarios al Brexit sin acuerdo, traduciendo así el rechazo que la City y otros núcleos económicos esenciales de la burguesía monopolista británica han expresado ya hacia la ruptura con la UE. Incluso es muy posible, que antes de votar nada sobre el Brexit, Boris Johson tenga que afrontar una moción de censura en el Parlamento, de la que veremos cómo sale.

¿Qué hará Johnson si no consigue doblegar al Parlamento? ¿Se saltará a la torera la acreditada “democracia” británica, en cuyo nombre trata de “independizarla” del yugo de Bruselas? 

Gran Bretaña se ha acabado metiendo en un verdadero lío por la injerencia de EEUU, y la deriva populista que Johnson encarna, en la estela de Trump, puede agudizar mucho todas las contradicciones.

Johnson será, por otra parte, una buena prueba de fuego para los recién elegidos líderes de la UE.  La nueva presidenta de la Comisión Europea se manifestó días pasados partidaria de dar un nuevo aplazamiento al Brexit, para dar la oportunidad a una nueva negociación, aunque siempre sobre la base del acuerdo ya obtenido en su día con May. No parece a priori que Johnson esté por aceptar esa mano tendida. Su obsesión es cumplir a rajatabla con el plazo del 31 de octubre.

Quedan tres meses. Y la partida es de alta tensión, con mucho en juego. 

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