El mundo después de la crisis

China acaba de anunciar que sus reservas internacionales sobrepasaron la cota de los 2 billones de dólares. Además, la economí­a China creció un 8%. Lo mismo está pasando en India. Pero no sólo a los chinos les va bien. Para Goldman Sachs y JPMorgan, los dos gigantes de la banca estadounidense, la crisis es lo que sucede a otros. Ambas compañí­as acaban de anunciar que en el segundo trimestre de 2009 obtuvieron ganancias espectaculares.

En estas noticias uede haber ciertos indicios del mundo que nos viene. A pesar de que comienza a amainar, la tormenta económica mundial sigue causando estragos y cambiando muchas cosas. Las sorpresas no han terminado. La señal que mandan estas estadísticas es que los dos gigantes asiáticos venían muy bien y que la crisis no les ha causado el daño que le produjo a otros importantes actores mundiales como Rusia, por ejemplo. Los resultados de Goldman Sachs y JPMorgan confirman que la competencia es una de las víctimas que quedó muerta en el camino a raíz del rescate del sector financiero Reavivar el crédito e impedir el colapso del sistema eran las prioridades correctas de quienes se encargaron de resucitar el moribundo sector financiero. En el proceso, el número de competidores decreció y la concentración del poder económico y financiero aumentó. Opinión. El País EL MUNDO DESPUÉS DE LA CRISIS Moisés Naïm China acaba de anunciar que al país le cayó una fuerte lluvia de dinero. O dicho de manera algo más técnica, según el Banco Central de China, para finales del segundo trimestre de este año sus reservas internacionales sobrepasaron la cota de los 2 billones de dólares (1,4 billones de euros). Además, en ese trimestre, la economía China creció un 8%. Lo mismo está pasando en India, donde este año también habrá un crecimiento cercano al 8%. En estos mismos días se supo que la economía rusa se achicó en más de 10% en lo que va de año. Pero no sólo a los chinos les va bien. Para Goldman Sachs y JPMorgan, los dos gigantes de la banca estadounidense, la crisis es lo que sucede a otros. Ambas compañías acaban de anunciar que en el segundo trimestre de 2009 obtuvieron ganancias espectaculares. Adicionalmente, Goldman Sachs ha indicado que pagará a sus ejecutivos 11.400 millones de dólares en bonificaciones especiales. No está mal para un año en que la economía mundial está postrada y el desempleo sigue aumentando casi en todas partes. En estas noticias puede haber ciertos indicios del mundo que nos viene. A pesar de que comienza a amainar, la tormenta económica mundial sigue causando estragos y cambiando muchas cosas. Las sorpresas no han terminado. Instituciones que creíamos fuertes y permanentes resultaron frágiles y transitorias (General Motors, AIG), y personas de las que nunca habíamos oído hablar ahora se han transformado en símbolos de nuestro tiempo (Bernard Madoff). Si bien es imposible describir con precisión cómo será el panorama mundial que veremos después de que pase esta crisis, el desempeño de China y India, el de los superbancos estadounidenses o la catástrofe económica rusa arrojan ciertas luces acerca de adónde vamos. China y India no son invulnerables, y las probabilidades de que sufran accidentes (políticos, medioambientales, militares, financieros) que retarden su desarrollo no se puede desdeñar. Pero lo que es indiscutible es que hasta ahora han tenido un desempeño estelar. El ingreso promedio de un habitante de China es hoy más de diez veces mayor a lo que era en 1980, y en India es más del triple. En ese periodo ningún otro país del mundo ha tenido estos resultados. Hay muchas razones para este éxito, pero el hecho de que ambos países se hayan abierto e integrado más en la economía mundial sin duda les ha ayudado. Hace una década, por ejemplo, el comercio con el resto del mundo sólo significaba un tercio de la economía de China y un cuarto en la India. Hoy el comercio internacional genera más de la mitad de la actividad económica de esos países, y en el caso de China alcanzó casi el 70% antes de que estallara la crisis en 2007. Después de la crisis, ambos países parecen haber tenido éxito en reemplazar la demanda de los mercados externos que menguaron con la recesión por el consumo interno. A medida que otros países se reanimen, India y China podrán recuperar esos mercados extranjeros con el añadido de que ahora también gozan de la mayor demanda de sus muy estimulados consumidores domésticos. La señal que mandan estas estadísticas es que los dos gigantes asiáticos venían muy bien y que la crisis no les ha causado el daño que le produjo a otros importantes actores mundiales como Rusia, por ejemplo. Y que de seguir como van, lo que suceda en China y India nos afectará a todos cada vez más. Los resultados de Goldman Sachs y JPMorgan contienen señales acerca del mundo por venir. Confirman que la competencia es una de las víctimas que quedó muerta en el camino a raíz del rescate del sector financiero. Reavivar el crédito e impedir el colapso del sistema eran las prioridades correctas de quienes se encargaron de resucitar el moribundo sector financiero. En el proceso, el número de competidores decreció y la concentración del poder económico y financiero aumentó. La buena noticia es que todavía hay tiempo para impedir que el monopolio y la cartelización financiera sean rasgos fundamentales de la nueva economía mundial. Ojalá que, además de tiempo, también haya la voluntad de hacerlo. EL PAÍS. 19-7-2009 Editorial. ABC ZAPATERO Y LA ESPAÑA INSOLIDARIA RODRÍGUEZ Zapatero, quien ayer se permitió el lujo de afirmar que el nuevo modelo de financiación configura el auténtico Estado de las autonomías, identifica la política con una operación permanente de imagen, de tal manera que su objetivo consiste siempre en «vender» un producto mediático sin que los ciudadanos sepan con claridad cuál es su contenido. Esta vez se trata de la financiación autonómica, un acuerdo injusto a todas luces que altera sin reparos el principio constitucional de solidaridad para beneficio exclusivo del PSOE y sus necesidades coyunturales de apoyos parlamentarios. Después de sacar adelante la negociación inicial, todo se traduce en abrazos, parabienes e imágenes optimistas de cara a la galería, como refleja la reunión que mantuvo ayer Zapatero con los «barones» regionales. La satisfacción del tripartito catalán tiene cierta lógica, al menos desde una perspectiva particularista, y lo mismo cabe decir -en otro nivel- del socialismo andaluz, oportunamente utilizado para que Manuel Chaves reciba un apoyo político del que anda muy escaso en los últimos tiempos. En cuanto a los demás «barones» territoriales del PSOE, es evidente que hay mucha sonrisa desganada y muchos abrazos de compromiso porque todos ellos son conscientes de que su región se sitúa a la hora de la verdad en el bando de los perdedores. Ferraz acusa a los populares de centralismo y sumisión a los criterios del aparato de Génova, pero antes de hablar algunos líderes deberían mirar en su propia casa y escuchar lo que se dice por los pasillos sobre la «generosidad» del presidente del Gobierno hacia los compañeros y socios catalanes. El ridículo debate sobre una imaginaria «catalanofobia» y otras fobias regionales refleja el absurdo que supone esta especie de guerra de todos contra todos desatada por Zapatero y cuyo origen directo e inmediato es la financiación privilegiada que establece el Estatuto catalán. Mientras tanto, la vicepresidenta Elena Salgado ha intentado negociar hasta el final con las comunidades gobernadas por el PP en un esfuerzo por abrir una brecha en el mensaje conjunto de todos sus líderes a cambio de ventajas particulares. El interés general es algo más que la yuxtaposición del interés egoísta de unos y de otros, porque exige que los problemas se enfoquen con sentido de Estado y al servicio de todos los ciudadanos. No es éste el caso, como es notorio, porque aquí prima el egoísmo de unos y el oportunismo de otros, por mucho que luego los «barones» socialistas hayan cerrado filas para aparentar en público una satisfacción que no es unánime ni mucho menos. Mientras llega la sentencia del Tribunal Constitucional -ya superada, a estas alturas, por el desarrollo estatutario- se consolidan los efectos de la mutación del modelo territorial. El presidente del Gobierno ha eludido la reforma formal de la Constitución, pero este sistema de financiación autonómica quiebra las reglas que sustentan un Estado basado en los principios de unidad y autonomía, donde no hay lugar para el ventajismo insolidario. Las reuniones autocomplacientes y las declaraciones a mayor gloria del líder, sólo reflejan la debilidad de unos dirigentes regionales que son incapaces de plantar cara a sus jefes en Ferraz y en La Moncloa. Es probable que lleguen nuevas ofertas particularistas en los próximos días para abrir brecha en la respuesta homogénea de los populares. Frente a ello, es imprescindible que el PP mantenga la defensa sin fisuras de la Constitución y su modelo territorial. ABC. 19-7-2009

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