El aislamiento de Israel por su guerra genocida

El mundo bulle de rechazo y condena contra el genocidio de Israel en Gaza

Arropado de una insolente impunidad, gracias al apoyo económico, político y militar de EEUU, el Estado de Israel y el gobierno Netanyahu están perpetrando el más horroroso genocidio contra la Franja de Gaza. Pero el mundo reacciona, levantando una ola de rechazo y condena contra Tel Aviv.

Cada vez son más los países que suben el tono contra Israel, rompiendo relaciones o presentando una denuncia ante la Corte Penal Internacional. La masacre de Gaza está tensionando los Acuerdos de Abraham en Oriente Medio. Y en EEUU, la sociedad civil está desatando el mayor movimiento antibelicista desde la guerra de Vietnam

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Por sus flagrantes crímenes de guerra

Suma y sigue: una decena de países acusan a Israel ante la Corte Penal Internacional

La dimensión del genocidio en Gaza está levantando una ola de condena y de acciones diplomáticas y penales contra el Estado de Israel.

«¡Tú, a la Corte Penal Internacional!». Viñeta de Ramzy Taweel (Palestina)

La brutal agresión del Estado de Israel sobre Gaza parece contar con un impenetrable manto de impunidad, gracias al decisivo apoyo y protección que le brinda la superpotencia norteamericana y sus aliados más estrechos, las principales potencias occidentales.

Pero fuera de ese blindaje, la inmensa mayoría de los países y gobiernos del mundo se agitan entre el horror, el rechazo y la condena. Si en el Consejo de Seguridad el derecho de veto de Washington frena cualquier condena, cuando la votación se lleva a la Asamblea General, se vislumbra la abrumadora soledad de EEUU e Israel en esta agresión imperialista. El cese de hostilidades fue apoyado por 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones.

Ya son varios los países latinoamericanos -Bolivia, Colombia, Chile, Honduras- que han roto relaciones diplomáticas con Israel o han retirado sus embajadores de Tel Aviv.

El presidente sudafricano ha acusado a Israel ante la CPI

Y a ellos se suman ahora los esfuerzos por llevar a Israel y sus dirigentes políticos -el ultrasionista gobierno de Netanyahu- a la Corte Penal Internacional por los más que abundantes y documentados crímenes de guerra y lesa humanidad que está cometiendo en Gaza.

La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya ya había registrado la denuncia de cerca de 300 abogados y de un centenar de ONGs por los bombardeos de Israel sobre la población civil gazatí. Ahora se suman los gobiernos de una decena de países. Primero fue Argelia la que acusó al gobierno de Netanyahu ante el CPI, y poco después, el gobierno colombiano de Gustavo Petro se ofreció a Argel para «coadyuvar» la denuncia.

A continuación, los gobiernos de Sudáfrica, Bangladesh, Bolivia, Comoras y Yibuti, todos ellos miembros de la Corte Penal Internacional (CPI), se dirigían al fiscal de este tribunal, Karim Khan, para pedirle que investigue los crímenes de lesa humanidad que se cometen en los territorios palestinos ocupados por Israel.

Ni Israel ni EEUU reconocen la jurisdicción del CPI, pero sí la Autoridad Palestina, por lo que los crímenes cometidos en los territorios palestinos pueden y deben ser investigados y condenados por La Haya.

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La agresión israelí pone en tensión a aliados y enemigos de EEUU

El mundo musulmán se revuelve contra el genocidio en Gaza

Como no podía ser de otra manera, los países musulmanes son la punta de lanza de la ola de rechazo internacional al holocausto que el Estado de Israel está cometiendo en Gaza


Esta imagen de la cumbre árabe-islámica pone los pelos de punta en Washington, al congregar a aliados y enemigos de EEUU. El príncipe saudí Bin Salman (en el centro), con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, y el presidente iraní, Ebrahim Raisi, a la derecha. También está el presidente sirio Bachir Al-Assad y el presidente egipcio, Al Sisi, así como mandatarios de dos decenas de países musulmanes de África, el sudeste asiático y Oriente Medio y Próximo

La crudeza del genocidio gazatí tensiona duramente el sistema de alianzas que años antes Washington había logrado tejer en Oriente Medio para -entre otras cosas- apuntalar a Israel: los acuerdos de Abraham. Las movilizaciones de millones y millones de personas en los países árabes y musulmanes contra la invasión de Gaza están poniendo en evidencia los lazos diplomáticos a los que había llegado Arabia Saudí, Emiratos Árabes o Marruecos con Tel Aviv, y están generando imágenes insólitas (y altamente preocupantes para Washington), como las de dos tradicionales enemigos, Arabia Saudí e Irán, cabezas del sunismo y el chiismo, sentándose juntos para plantearse que hacer en Palestina.

La gravedad de la situación en la Franja llevó a fusionar en una sola cumbre árabe islámica lo que iban a ser dos distintas -la de la Liga Árabe, encabezada por Riad, y la de la Organización para la Cooperación Islámica, encabezada por Teherán- con la participación de Arabia Saudí e Irán, así como de la Autoridad Nacional Palestina, Egipto, Irak y Siria. Aliados y enemigos de EEUU e Israel, unidos en condenar la invasión.

La crudeza del genocidio gazatí tensiona duramente el sistema de alianzas que años antes Washington había logrado tejer en Oriente Medio para -entre otras cosas- apuntalar a Israel

Los antagonismos que se levantan en Gaza también están agitando las aguas para EEUU en el Índico y el Sudeste asiático. Si hace unas semanas era el presidente de Indonesia el que espetaba a la Casa Blanca, pidiéndole hacer «más» para parar las «atrocidades» en la Franja de Gaza y lograr un alto el fuego, ahora ha sido Anwar Ibrahim, primer ministro de Malasia, el que hacía removerse incómodos a Biden y Blinken, delante de los dignatarios del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. «Usted nos pide que condenemos a Rusia en Ucrania, pero permanezcamos en silencio ante las atrocidades de Israel de matar mujeres y bebés en Gaza».

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EEUU: masivas movilizaciones contra la guerra

También en EEUU, una mayoría está en contra de la masacre contra la Franja

En el programa ‘Meet the Press’ de la cadena NBC se mostraba una encuesta: el 56% de los votantes y el 70% de los jóvenes están en contra de la gestión de Biden acerca de la guerra de Gaza

La genocida agresión de Israel contra Gaza -avalada y protegida por la administración Biden- no sólo está abriendo un abismo entre EEUU y el resto de países y pueblos del mundo, que perciben perfectamente en Washington la fuente de la impunidad y del poder militar de Tel Aviv, sino en la propia ciudadanía estadounidense y más concretamente entre Biden y sus propios votantes.

En Washington DC, la Gran Marcha Nacional por el Alto el Fuego en Gaza del pasado 6 de noviembre congregó a 300.000 manifestantes llegados de todo el país, igualando a la mayor manifestación de la historia de EEUU: la Marcha por el trabajo y la libertad de Martin Luther King de agosto de 1963, de 300.000 personas

EEUU está viviendo la mayor ola de movilizaciones antibelicistas… desde la guerra del Vietnam. Y según varias encuestas, una mayoría del pueblo norteamericano desaprueba el respaldo que la administración Biden está brindando al criminal gobierno Netanyahu.

Es un hecho. Las movilizaciones que están viviendo las grandes ciudades norteamericanas contra la guerra en Gaza -en las que se exige el Alto el Fuego inmediato en la Franja, paz y autodeterminación para Palestina, y el fin del apoyo militar de EEUU al Estado de Israel- no sólo superan en intensidad y volumen a las vigorosas marchas del «Black Live Matters» de 2020, sino que ya remiten a las grandes protestas antibelicistas de los años 70 contra la Guerra de Vietnam.


La siempre comprometida Susan Sarandon ha sido despedida de su agencia de representación tras denunciar la masacre en Gaza. Otras muchas estrellas de Hollywood como Angelina Jolie, Jessica Chastain, Ben Affleck, Jennifer López, Rosario Dawson, Mark Ruffalo, Sandra Oh o Lupita Nyong’o también han denunciado el genocidio gazatí y han pedido un alto el fuego.

La «Gran Marcha Nacional en Washington» por una Palestina libre del 6 de noviembre congregó a más de 300.000 personas llegadas de todo el país, igualando a las 300.000 personas que concentró Martin Luther King en 1963, considerada la mayor manifestación de la historia de EEUU. Las marchas han sido igualmente masivas en cientos de grandes urbes de todo el país.

Muchas de las movilizaciones antibelicistas están protagonizadas por la propia comunidad judía antisionista norteamericana, incluídos cientos de rabinos y descendientes del holocausto, que al grito de «No en Nuestro Nombre» han ocupado el Capitolio en Washington, la Estatua de la Libertad, el Puente de la Bahía San Francisco, la sede del Partido Demócrata, o intercomunicadores icónicos como la Estación Grand Central de Nueva York.

Ya son cientos las personalidades de Hollywood -como Susan Sarandon, Angelina Jolie o John Cusack- o estrellas de la NBA o de la música los que han tomado una posición radical y valiente en defensa de las vidas palestinas.

Y las encuestas son demoledoras. En una publicada por la NBC se revelaba que el 56% de los votantes norteamericanos desaprueba la posición tomada por Biden hacia la guerra de Gaza. Pero mucho más significativa es el sesgo por edad del sondeo: cuando se le pregunta a los jóvenes (entre 18 y 34 años), un abrumador 70% apoya el «No a la Guerra».

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