El monstruo burocrático se come los recursos

Las comunidades autónomas están echando mano de la carta más fácil ara intentar contener el incremento del paro: aumentar escandalosamente la contratación de funcionarios.Todos los gobiernos regionales (excepto cinco: Castilla León, Galicia, Navarra, País Vasco y La Rioja) se han sumado a la fiesta con cargo a los presupuestos públicos.Algunos de ellos de manera hiperbólica. En Baleares el empleo público creció durante el último año un 23,4%, en Murcia un 15%, en Asturias un 10% o en Canarias un 7%.Las incorporaciones de nuevos funcionarios llegan a multiplicar hasta por siete las contrataciones en el sector privado.Algunas voces de la izquierda plantean este incremento del empleo público como una receta progresista contra el paro. El problema es que sólo el 15% de los puestos de trabajo públicos lo hacen en alguna actividad productiva. El 85% sostienen el gigantesco aparato burocrático, que en el caso de las comunidades autónomas -las que se han lanzado a contratar nuevos funcionarios- alcanza unas magnitudes hipertrofiadas. Un oneroso entramado burocrático autonómico que sólo tiene sentido como asfixiante instrumento de poder y control en manos de las castas locales.Lo que hace falta es generar empleo productivo, que contribuya a generar riqueza. Y no engrandecer un entramado burocrático cuyo desarrollo incrementa la ya gigantesca deuda de las comunidades autónomas, cuya factura vamos a pagar, con intereses, no sólo nosotros, sino, a este paso, también nuestros hijos y nietos.